Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El PSOE convierte su Comité Federal en un acto de aclamación a Pedro Sánchez
Las generaciones sin 'colchón' inmobiliario ni ahorros
Opinión - El extraño regreso de unas manos muy sucias. Por Pere Rusiñol

Rueda evita a toda costa responder por los escándalos de Baltar en el Parlamento de Galicia

El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, en la sesión de control parlamentario de este 31 de mayo

Daniel Salgado

0

Que a Alfonso Rueda no le gusta hablar en público del presidente de la Deputación de Ourense ha quedado claro en las últimas semanas. Actos sin posibilidad de que la prensa pregunte, evasivas, respuestas cuadriculadas y, en última instancia, un aval a que la temeridad al volante de Manuel Baltar no tenga consecuencias políticas. La primera sesión de control parlamentario posterior a las elecciones municipales lo volvió a demostrar: el presidente de la Xunta de Galicia se esforzó en ni siquiera mencionar su nombre, pese a las insistentes preguntas de Ana Pontón sobre los escándalos de Baltar. A cambio, desvió su intervención hacia una venta del relativo éxito electoral de su Partido (y el de Baltar).

“El PP va de escándalo en escándalo y usted calla o mira para otro lado”, atacó la líder del BNG. Mencionó las multas a Baltar por exceso de velocidad mientras él mismo conducía un coche oficial -la Guardia Civil lo cazó a 215 kilómetros por hora- y una información del diario Público sobre presuntas mordidas y financiación ilegal con su hermano como epicentro. “¿Va a seguir callado o va a tomar cartas en el asunto?”, inquirió Pontón. A esa disyuntiva sí respondió, por omisión, el propio Rueda: va a seguir callado. A cambio, el presidente de la Xunta, visiblemente molesto, arremetió contra la nacionalista con su artillería habitual -suele replicar a los datos que ella expone con la acusación de que los falsea- y le reprochó que no se ciñese al tema de la pregunta, la situación económica y social de Galicia. Él tampoco lo hizo.

Alfonso Rueda prefirió entonces, ya lo había hecho minutos antes durante el turno del socialista Luis Álvarez, disertar sobre las elecciones del pasado domingo. “La gente habló con claridad el 28 de mayo”, dijo, y presumió de la subida del Partido Popular gallego. Lo cierto es que este partía de uno de sus peores resultados históricos, el obtenido en 2019, y esta vez ha subido de aquellos 502.460 votos a los 554.112, aunque ha tropezado en su asalto al poder urbano. Pero la suma de las dos principales fuerzas de la izquierda gallega, PSdeG y BNG, sobrepasa ampliamente a los conservadores: 669.053 sufragios, 420.377 de los socialistas y 248.676 de los nacionalistas. “La verdad es que para haber ganado, está usted muy enfadado”, ironizó Pontón en la contrarréplica, “le sobra paternalismo y soberbia, y le falta capacidad para dirigir su partido y para dirigir Galicia”.

“Lo que debe preocuparle no es que el BNG pregunte por la corrupción del PP, sino que exista corrupción en el PP”, añadió la portavoz del Bloque, quien finalizó su intervención con una pregunta directa sobre lo que piensa Rueda “hacer con Ourense”. Tampoco con esa táctica consiguió que este pronunciase el nombre de Baltar, además de presidente del ente provincial, también del PP ourensano. Mucho menos que ofreciese alguna pista al respecto. Obtuvo apenas los lugares comunes del discurso de oposición a la oposición practicado por el jefe del Ejecutivo gallego. “Su nivel de egocentrismo llega al de Pedro Sánchez, y usted va a trabajar para que vuelva a ser presidente”, dijo. De Ourense, solo una petición, pero al BNG: su apoyo para que Manuel Cabezas, del PP y cabeza de la segunda lista más votada sea alcalde de la ciudad, y así no lo sea el antiguo aliado de los populares, Gonzalo Pérez Jácome.

Los espesos silencios del PP gallego sobre Manuel Baltar adquirieron en la Cámara gallega este miércoles, en el que la huelga de la Justicia obligó a suspender en Zamora el juicio al presidente de la Deputación de Ourense por sus excesos al volante, una nueva capa.

stats