Balears, “laboratorio de la necrofrontera”: la travesía migratoria deja más de 1.000 muertos y desaparecidos en 2025
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Balears se ha consolidado en 2025 como el tramo más peligroso de la ruta migratoria argelina hacia el Estado español. En total, 1.037 personas han muerto o desaparecido en la travesía hacia Eivissa y Formentera durante el último año, de acuerdo al informe Monitoreo Derecho a la Vida 2025, elaborado por la ONG Caminando Fronteras, que alerta de que 47 de las 70 embarcaciones desaparecidas en 2025 corresponden a la ruta argelina, la mayoría de ellas con destino al archipiélago.
Se trata de un dato que, según la organización, evidencia un patrón estructural de desprotección del derecho a la vida en el mar, agravado por la demora sistemática o la no activación de los dispositivos de búsqueda y rescate.
“Este territorio es hoy un laboratorio: un espacio donde convergen la criminalización, la necropolítica y la erosión progresiva del derecho internacional, especialmente en la protección del derecho a la vida”, aseveran desde Caminando Fronteras, quienes llegan a calificar el archipiélago de “laboratorio de la necrofrontera”.
La entidad recrimina que la lucha por las competencias entre administraciones y el “discurso polarizado” son “una oportunidad para las administraciones de generar una frontera basada en la gestión del sufrimiento y la normalización de la muerte”. En concreto, las islas de Eivissa y Formentera concentran una gran parte de las llegadas, mientras que Mallorca actúa como punto de redistribución principal de personas hacia la península.
“Este conjunto de medidas revela la falta estructural de coordinación y de medios, así como una preocupante normalización de la vulneración de derechos humanos como parte de la gestión migratoria”, abunda el informe, que recrimina que la política regional ha priorizado “un enfoque centrado en la seguridad en detrimento de las perspectivas de derechos humanos y de protección integral”, lo que refleja, incide, la tensión existente entre política de acogida y la de contención.
El documento también apunta a una “preocupante reducción de espacios de diálogo” con las organizaciones sociales y entidades locales, que se ha sustituido con acuerdos entre grupos parlamentarios regionales en los que se insta a la persecución de la solidaridad. “Balears es el ejemplo de la adaptación política a las narrativas de miedo, control, criminalización y desprotección de derechos como herramientas de gestión de la frontera”.
Una ruta “negada e invisibilizada”
Durante años, tal como asevera el informe, la ruta argelina ha atravesado múltiples transformaciones, siendo una ruta “negada e invisibilizada por las instituciones que no la reconocían como tal”. El pasado mes de septiembre, el Gobierno central aprobó la declaración de emergencia migratoria en Balears en respuesta al incremento de personas migrantes llegadas a las costas del archipiélago a lo largo de este año, acompañada de una inversión de 6,75 millones de euros para reforzar la atención humanitaria hacia los recién llegados.
El informe subraya que Balears es, además, una de las zonas con mayor opacidad en relación con las operaciones de rescate desaparecidas en el mar: persisten las búsquedas pasivas y la limitación de los operativos a las áreas cercanas al territorio, junto con una escasa cooperación entre los países que comparten la protección de las zonas SAR -espacios marítimos delimitados que están a cargo de un país en el caso de que haya que proceder a un rescate o a ayudar a una embarcación-.
Asimismo, la organización asevera que la demora en la activación de los servicios de búsqueda y rescate sigue siendo significativa, además del uso de métodos pasivos de búsqueda, cuando, precisa, “se necesitarían operativos proactivos”. Un ejemplo de la necesidad de abordar la situación de los protocolos de servicios de rescate es, subrayan desde Caminando Fronteras, el alto número de cadáveres que han llegado durante 2025 a las costas de Balears: “Muchos de ellos se habían ahogado poco tiempo antes de aparecer en la playa”.
En cuanto al resto de rutas migratorias, los cruces a nado hacia Ceuta continúan siendo una de las formas de tránsito más peligrosas, y en 2025 se ha constatado también un aumento de los intentos de llegada de nadadores a Melilla.
Cementerios sin nombre
La consecuencia más visible de esta frontera letal es la acumulación de tumbas sin identificar en los cementerios de Balears, especialmente en Formentera, donde decenas de personas han sido enterradas sin nombre, sin ceremonia y sin que sus familias tengan confirmación oficial de su muerte.
El informe denuncia también las trabas administrativas para denunciar desapariciones, así como la falta de investigaciones independientes que determinen responsabilidades políticas o técnicas en los naufragios. Esta impunidad, señala la organización, es parte central del modelo de gestión migratoria actual.
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