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Los “magnates” convierten un idílico municipio mallorquín en el segundo más rico de España: “El resto somos obreros”

Xim, uno de los residentes de toda la vida de Valldemossa: "El pueblo son obreros, gente más o menos normal, y cuatro magnates que han hecho subir la renta per cápita"

Esther Ballesteros / Joe Curtin

Mallorca —
9 de octubre de 2024 22:33 h

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Fue el refugio mallorquín del compositor Frédéric Chopin y, entre otras muchas peculiaridades, a él le debe Valldemossa la fama que le ha granjeado ser uno de los pueblos más visitados de Mallorca. Solo en 2023, esta localidad de poco más de 2.000 habitantes recibió más de 800.000 turistas. Ahora, además, se ha convertido en el segundo municipio con mayor renta per cápita de España, tan solo por detrás de la ya consagrada Pozuelo de Alarcón (Madrid). En 2021, Valldemossa se situaba en el puesto número 51 de esta clasificación. Sus vecinos, sin embargo, aseguran que su día a día “continúa igual” y que ha sido el empadronamiento de apenas unos millonarios el que ha desajustado la balanza. “No nos podemos quejar, pero los ricos son otros”, comentan algunos de los residentes de este núcleo enclavado en plena Serra de Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad.

En este pueblo de casas de piedra, rodeado de olivos, encinas y almendros y situado a 20 kilómetros de la capital balear, el trasiego es habitual en cualquier época del año. Las hordas de turistas salen de los souvenirs y muchos toman un café en las terrazas que se dispersan por sus calles principales. A diferencia de otros municipios de alrededor, esta antigua alquería, de gran relevancia simbólica para los mallorquines, lleva décadas viendo crecer el número de visitantes, atraídos sobre todo por la Cartuja que un día alojó al músico polaco, a su mujer, la escritora George Sand y a numerosos pintores, políticos y filósofos. El turismo es, de hecho, la principal fuente de ingresos de la localidad –antaño lo era la agricultura– y el ámbito que más contrataciones genera a lo largo del año, con. Algunas voces, como la de la Fundació Iniciatives del Mediterrani, temen que el centro histórico de la localidad acabe destinado exclusivamente al monocultivo turístico.

No en vano, un estudio de capacidad de carga turística elaborado en 2019 por las asociaciones Tramuntana XXI y Palma XXI en colaboración con Iniciatives del Mediterrani y el Ajuntament de Valldemossa revelaba que el índice de presión turística diaria de la localidad se situaba en 154 turistas por cada 100 habitantes, un dato notablemente superior al de cualquiera de los destinos turísticos de España analizados por Exceltur un año antes de publicarse este informe. Los datos reflejaban, además, cómo en el periodo 2012–2017 se produjo un incremento del 43% en el número de establecimientos turísticos en el municipio.

En cuanto a la población extranjera que reside en el pueblo, no es Valldemossa un municipio que se destaque, como otros, por contar con una mayoría de residentes de procedencia internacional, como sucede en localidades como Deià. De hecho, son 72 los empadronados de nacionalidad alemana, seguida de la inglesa, con 30 habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Del puesto 51 al número dos

Más allá de estas cifras, estos días Valldemossa amanecía con una noticia que sorprendió a muchos: el municipio ha escalado del puesto 51 al número dos –datos relativos a 2022– tras incrementarse un 66,6% su renta media, de acuerdo a la estadística del IRPF por municipios de más de 1.000 habitantes difundida por la Agencia Tributaria. Según este informe, el salario medio se sitúa en los 67.527 euros anuales, frente a los 33.006 euros que cobran los contribuyentes en el conjunto de las Illes Balears.

Los vecinos, sin embargo, aseguran que el nivel de vida de los residentes de a pie “es muy normal” y que son “tres o cuatro magnates” quienes han roto la estadística. Entre ellos, el empresario Bruno Entrecanales, establecido en la isla desde hace más de una década y dedicado, entre otros ámbitos, a la recuperación de la agricultura, el paisaje y el patrimonio arquitectónico de algunos de los lugares más emblemáticos de Valldemossa. El industrial, miembro de la familia Entrecanales, propietaria de Acciona, y cuya fortuna asciende a 250 millones de euros, según la revista Forbes, compró hace varios años la emblemática finca Son Moragues, una possessió de más de 500 años de antigüedad ubicada a las afueras del municipio mallorquín.

“Entrecanales, Michael Douglas... Estos son los que tienen mucho dinero. Pero la gente del pueblo son obreros”, comenta Xim, uno de los vecinos de la localidad, en declaraciones a elDiario.es. Sentado en la terraza de la cafetería Orígenes de Valldemossa, da unos sorbos a su copa de vino y reflexiona: “Quitando a los que en los años sesenta emigraron a América, ganaron dinero y se hicieron buenas casas, la gente del pueblo es normal con casas normales. Los habitantes del pueblo son obreros, gente más o menos normal, y cuatro magnates que han hecho subir la renta per cápita porque compran las fincas antiguas y las reforman”.

Respecto a los precios de la vivienda y los recursos básicos, Xim asevera que Valldemossa “en general siempre ha sido cara” debido a la gran afluencia del turismo. “¿Cómo es posible que una casa se alquile por 2.000 euros? ¿Cuánto tienes que ganar?”, lamenta este residente de origen danés, quien lleva “toda la vida” viviendo en el municipio. “Mi padre era danés, vino a Valldemossa en los años 50, cuando aquí no había casi nada, ni siquiera coches”, relata.

El alcalde: “Ha habido empadronamientos de personas con dinero”

El propio alcalde, Nadal Torres (del Grup Independent de Valldemossa), señala, sin ofrecer datos privados –“Quien tiene acceso a ellos es la Agencia Tributaria”–, que se han producido varios empadronamientos que han provocado el repentino aumento de la renta per cápita. No en vano, el hecho de que se produzcan fuertes repuntes en municipios pequeños –en Valldemossa solo se presentaron 1.130 declaraciones– suele estar relacionado con la obtención de ingresos extraordinarios por parte de alguno de los vecinos a raíz de alguna venta importante o herencia o bien por el traslado a la localidad contribuyentes de rentas más elevadas.

“Tenemos cuatro o cinco personas con dinero que viven aquí desde hace años y que se han comprado una o dos casas en el pueblo”, comenta Torres, quien elude relacionar esta circunstancia con el incremento de precios de la vivienda en Valldemossa. “Los alquileres son caros. Una persona que gana 1.400 ó 1.500 euros para vivir lo pasa mal, porque también tiene que pagar luz y teléfono. Pero es un problema que no solo nos ocurre a nosotros”, apostilla.

La localidad, de hecho, no se escapa al aumento desbocado de los precios de la vivienda que sacude a toda Mallorca fruto de la especulación inmobiliaria, la voracidad de los fondos de inversión y el desenfreno del alquiler vacacional. De hecho, la vivienda en alquiler –temporal– más barata que puede encontrarse en estos momentos en el portal de Idealista tiene 82 metros cuadrados y se encuentra disponible por 1.200 euros. En cuanto al régimen de compra, el inmueble con el precio más bajo es una casa a reformar de dos plantas y dos habitaciones por 275.000 euros. Las siguientes ya ascienden a más de 400.000. Unos precios desorbitados que cierran las puertas de la oferta inmobiliaria a las rentas más moderadas.

Tenemos cuatro o cinco personas con dinero que viven aquí desde hace años y que se han comprado una o dos casas en el pueblo. Quien tiene acceso a los datos fiscales es la Agencia Tributaria

Nadal Torres Alcalde de Valldemossa

“Si no conoces a nadie, es muy difícil encontrar vivienda aquí”

Lucía, quien trabaja en una heladería próxima a la Cartuja, lo sabe bien. “El alquiler está muy alto y lo que cobramos tampoco es que sea una barbaridad. Siempre dicen que ganamos un poco más que en otros lugares, pero también lo que estás pagando de alquiler no te compensa. Es casi imposible poder pagarte un alquiler solo y hay mucha gente que está buscando habitaciones que no encuentra”, comenta esta joven mallorquina, quien se trasladó en 2020 a vivir a Valldemossa por recomendación de un conocido. “Si no conoces a alguien, es muy difícil encontrar algo aquí. Esto está lleno de casas vacacionales y todo el pueblo está enfocado al turismo, incluso el supermercado. Todo está muy caro”, lamenta.

Asegura, incluso, que los precios de la compra obligan a muchos a hacerla en otros lugares, y en su caso a domicilio, pero recrimina que hay personas mayores “que no se pueden permitir irse hasta Palma a comprar”. “Es muy triste que tengan que pagar estos precios y cuando sales fuera puedes llegar a gastarte una barbaridad”, lamenta.

Lucía, que atiende a elDiario.es a intervalos dada la afluencia de turistas en su tienda, atribuye que Valldemosa se haya situado en segundo lugar en renta per cápita a “las cuatro personas que tienen dinero”. “También hay gente que lleva toda la vida y que ha heredado casas. Y no es nada malo, es la suerte que han tenido y les ha ido muy bien. Pero claro, no es la mayoría. Los demás estamos trabajando y viendo cómo seguimos adelante”, sentencia.

Hay cuatro personas que tienen dinero. También hay gente que lleva toda la vida y que ha heredado casas. Y no es nada malo, es la suerte que han tenido y les ha ido muy bien. Pero claro, no es la mayoría. Los demás estamos trabajando y viendo cómo seguimos adelante

Lucía Residente en Valldemossa

“Hay personas con dinero, pero también mucha gente trabajadora”

En otra parte de la localidad, Magdalena, desde el jardín de su vivienda, comenta que en Valldemossa “la gente está más o menos acomodada”, principalmente en la zona de casas bajas en la que reside. “El pueblo está repleto de turismo. A veces no puedes pasar ni aparcar. Hasta te da pereza sacar tu coche”, comenta la mujer, vecina del pueblo de toda la vida. Con todo, reconoce que “también se vive de esto [en referencia a la industria turística] y no se puede hacer nada en contra”. “El pueblo en sí tiene historia, han pasado personajes importantes y han dejado huella”, incide. Sobre el incremento de la renta per cápita, Magdalena, quien reside en la casa que su familia construyó hace sesenta años, señala que “hay personas que tienen dinero, pero también hay mucha gente trabajadora”. 

Las cifras dadas a conocer por la AEAT sobre el salto de Valldemossa a la segunda posición en riqueza han hecho que las miradas se posen –aún más– sobre este municipio. El alcalde lo celebra: “Es una buena noticia que podamos ser segundos. Es un pueblo bonito al que viene mucha gente y eso es bueno para los negocios y el comercio local”. “Seguiremos trabajando en ello”, sentencia, visiblemente satisfecho.

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