El tribunal expulsa a un testigo en la jornada más tensa del juicio por el Caso Cursach
Un testigo del caso Cursach, en concreto el propietario de un local de la zona palmesana de Gomila, ha sido expulsado este jueves de la Sala por la presidenta del Tribunal, Samantha Romero, en la jornada más tensa de cuantas se han celebrado.
“No soy ningún delincuente y no le debo nada a nadie, los delincuentes son los que están sentados detrás”, ha recriminado el individuo antes de abandonar la sesión.
En un momento en que el testigo ha comenzado a levantar la voz, la magistrada le ha pedido silencio. Ante su negativa, y después de que el hombre le respondiera “no me trate como a un delincuente”, Romero le ha expulsado de la Sala.
Previamente, el testigo había testificado en la sala que los agentes de la Patrulla Verde “se inventaban” las denuncias, indicando que “cada día que abría tenía una multa”.
Además, ha negado que los policías le ofrecieran dinero a cambio de que cesaran las inspecciones, aunque sí ha señalado que llegó a pagar a un tapicero 1.500 euros por un trabajo “y desapareció”. Posteriormente se enteró de que era policía y cuando fue a preguntar le dijeron “que había cambiado de departamento” y que no podían contactar con él.
El testigo también ha contado que se llegó a entrevistar con agentes de la Policía Nacional. “Me dijeron que querían hablar sobre los policías que me habían hecho la vida imposible y les expliqué lo que había pasado”, ha relatado.
Antes de su declaración, el propietario ha identificado a cuatro de los imputados en la causa, que ha descrito como “enemigos”.
Un extrabajador del grupo Cursach: “Me buscaron la ruina”
Por otro lado, un extrabajador del grupo Cursach que posteriormente abrió un local en el Paseo Marítimo de Palma ha asegurado que, cuando se desligó, tuvo problemas con su nuevo establecimiento. “Me buscaron la ruina”, ha dicho ante el Tribunal.
Durante su declaración, el testigo ha explicado que tuvo que traspasar su establecimiento a una tercera persona que finalmente no le pagó.
Asimismo, ha manifestado que, cuando todavía tenía la propiedad, los agentes de la Patrulla Verde de Palma aparecían de paisanos y “todas las veces” le obligaban a apagar la música, sacar a la gente fuera y encender las luces. “Había uno que siempre era el mismo”, ha asegurado.
Por otro lado, el testigo ha señalado que recibió una llamada del fiscal Miguel Ángel Subirán “porque quería corroborar si Cursach me había mandado policías y lo negué”. Además, ha destacado que Subirán “no le obligó” a testificar cosas concretas, sino que “sólo estaba tanteando qué era lo que sabía”.
Mientras tanto, el dueño de un local de Paseo Marítimo ha reconocido este jueves, durante su comparecencia en la vista oral, que denunció en reiteradas ocasiones a la discoteca Level motivado “por un trabajador y amigo” del Grupo Cursach. “Me relató el problema que tenían de competencia desleal y si podía dar la cara por ellos”, ha dicho ante el Tribunal.
Denuncias contra una discoteca
Durante su declaración, el testigo ha señalado además que conoce a uno de los antiguos socios de la discoteca, contra quien se querelló. “Le puse una denuncia porque sustrajo un informe de una agencia de detectives y lo difundió por whatsapp a las personas que creyó convenientes, como trabajadores míos o de otras empresas”, ha relatado.
Preguntado por el fiscal, el hombre ha destacado que no recuerda exactamente las denuncias que interpuso contra Level, aunque era “un número elevado porque se estaban saltando normativas”.
Asimismo, el empresario ha asegurado que en un principio no le ofrecieron dinero por presentar las denuncias, aunque en su anterior declaración alegó que recibió 3.000 euros de parte de Cursach. Ahora, no obstante, ha destacado que “esos 3.000 fueron un ejemplo, como si digo 20 euros”.
A preguntas de la defensa del director general del Grupo Cursach, Bartolomé Sbert, ha afirmado también que el fiscal Miguel Ángel Subirán le llamó en 2020 para saber si había recibido algún tipo de coacción.
“Se presentó como fiscal Subirán y que preguntó si en algún momento alguien me había obligado a decir algo, a lo que le dije que no y le hice una puntualización que le cabreó, porque le eché en cara tres párrafos pequeños de mi declaración y exigí que los quitaran”, ha explicado ante el Tribunal. “Si dije que era blanco, utilizaron elementos para que pareciera que era negro”, ha añadido.
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