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Bruselas y Londres reabren las negociaciones sobre el Brexit hablando idiomas diferentes

La primera ministra británica Theresa May, y el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker en Bruselas.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

El acuerdo de retirada no se negocia, dice Bruselas. Pero, de momento, la primera ministra británica, Theresa May, lo que se lleva de Bruselas este jueves es el ofrecimiento de la Comisión de reabrir la declaración política que acompaña el acuerdo de retirada de 585 páginas.

Ella ha insistido al marcharse en que lo que necesita para conseguir el apoyo del Parlamento británico es un compromiso legal a través del acuerdo de retirada en relación con el backstop, sin especificar exactamente en qué consiste ese compromiso.

“Hoy he tenido varias reuniones, constructivas, en las que he trasladado que necesitamos asegurar legalmente los cambios en el acuerdo de retirada en lo relativo al backstop para lograr la mayoría en el Parlamento”, ha afirmado Theresa May, quien está abierta a diferentes posibilidades –un anexo, etc–, según fuentes británicas.

“Tenemos que trabajar en una buena relación futura entre la UE y el Reino Unido, y en eso estamos centrados. Hemos reabierto el diálogo para buscar una solución”, ha dicho May: “El Parlamento británico ha dicho claramente que debemos tener cambios legalmente vinculantes en el acuerdo de retirada en lo relativo al backstop, y lo que he visto aquí es que hay deseos de que el Reino Unido se vaya con acuerdo”. El problema, según Bruselas, es que el backstop dejaría de tener sentido como seguro de salvaguarda que es, si se le ponen límites temporales, que es lo que reclama Reino Unido para no quedarse “atrapado” en él.

Este lunes se reunirán en Estrasburgo el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, y el ministro para el Brexit británico, Stephen Barclay, y a finales de mes volverán a verse en Bruselas el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y la primera ministra.

La declaración política y el acuerdo de retirada son dos documentos distintos. De hecho, la idea inicial era que primero se aprobara el acuerdo de retirada y luego la declaración política, pero ambos se aprobaron conjuntamente a finales de noviembre en una cumbre de jefes de Gobierno en Bruselas. Mientras que el acuerdo de retirada es legalmente vinculante y establece el libro de instrucciones para la desconexión de Reino Unido, la declaración política establece las líneas generales de la relación futura entre ambas partes. Una relación futura –acuerdo comercial, fundamentalmente– que debería desarrollar esa declaración y negociarse una vez se produzca el Brexit y cuyo plazo óptimo de negociación –para evitar la entrada en vigor del célebre backstop– es hasta el 31 de diciembre de 2020 –con seis meses prorrogables, según el acuerdo de retirada–. Una vez negociado, se plasmaría en otro documento.

Y eso es lo que se intenta con esta nueva negociación: acelerar en la declaración política lo que debería ser el acuerdo de relación futura para evitar la entrada en vigor del backstop, que es la principal preocupación británica. De acuerdo con el comunicado pactado por las dos partes, “las conversaciones se llevaron a cabo en el contexto de una determinación compartida de lograr una asociación sólida para el futuro”.

“La primera ministra”, según el comunicado leído por la Comisión Europea, “planteó varias opciones para hacer frente a las preocupaciones con el acuerdo de retirada en relación con sus compromisos con el Parlamento británico. Y el presidente Juncker subrayó que la UE27 no reabrirá el acuerdo”.

Sin embargo, “el presidente Juncker expresó su disposición a añadir un texto a la declaración política acordada por los 27 y el Reino Unido para ser más ambiciosos en términos de contenido y velocidad en lo concerniente a la relación futura entre la Unión Europea y el Reino Unido”.

La discusión, según el comunicado, “fue fuerte pero constructiva”, y los dos líderes “acordaron que sus equipos deberían mantener conversaciones para encontrar la forma de obtener el apoyo más amplio posible en el Parlamento del Reino Unido y respetar las directrices acordadas por el Consejo Europeo”.

Y todo para evitar un Brexit sin acuerdo que cada vez es más probable, el abismo de una salida desordenada que puede conducir al caos en 50 días. “Me he estado preguntando cómo es ese lugar especial en el infierno para aquellos que promovieron Brexit, sin siquiera un bosquejo de un plan sobre cómo llevarlo a cabo de manera segura”, se lamentaba este miércoles Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo. “Este tipo de lenguajes no ayudan y genera desánimo en el Reino Unido”, ha dicho este jueves May.

El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, y el coordinador de la Eurocámara para el Brexit, Guy Verhofstadt, advirtieron este jueves tras la visita de May de que el escenario de una falta de acuerdo entre Londres y Bruselas sería “desastroso”.

En la línea de lo declarado por el propio Juncker, Verhofstadt abrió la puerta a una nueva redacción sobre la salvaguarda para evitar la frontera física entre Irlanda del Norte e Irlanda “dentro de la declaración política”, pero no en el acuerdo de retirada. “Si hay algún problema con la salvaguarda, nuestro posicionamiento siempre ha sido solventarlo en la declaración política”, señaló el líder liberal.

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