El coronavirus acumula más de 16.000 muertes en todo el mundo y supera al brote de ébola de 2014
China, 10 de enero de 2020. La comisión municipal de salud de la ciudad de Wuhan anuncia la primera muerte pocos días después de que las autoridades empezaran a informar de que estaban atendiendo casos de una “neumonía viral desconocida”. Se trataba de un hombre de 61 años, ingresado con insuficiencia respiratoria y patologías previas como una enfermedad hepática grave y un tumor abdominal. Entonces, ya se comenzaba a saber que se trataba de un nuevo virus de la familia de los coronavirus, aunque la fuente original del mismo sigue siendo desconocida.
Días después, Tailandia, Japón y Corea del Sur comunicaron sus primeros casos importados desde Wuhan. El día 2 de febrero, Filipinas confirma la primera muerte por el nuevo coronavirus fuera del gigante asiático, un hombre de nacionalidad china de 44 años. Para aquel entonces, en China ya se habían registrado alrededor de 300 fallecimientos y la lista de países que empezaban a verse afectados aumentaba cada día. Casi tres meses después del inicio de la epidemia en territorio Chino, más de 16.100 personas no han podido superar la infección en todo el mundo, según los datos recopilados por la Universidad John Hopkins.
El número de fallecimientos asociados al coronavirus SARS-CoV-2 supera los confirmados durante el devastador brote de ébola en África Occidental en 2014, el peor de la historia, que se cobró alrededor de 11.300 vidas en Guinea, Liberia y Sierra Leona, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El organismo declaró en 2016 el fin de la emergencia de salud pública de importancia internacional por el virus de ébola, que causa una enfermedad grave y tiene una tasa de mortalidad de alrededor del 50%, muy superior a la del nuevo coronavirus, que en la inmensa mayoría de los casos provoca síntomas leves.
No obstante, las cifras están todavía lejos de las que dejó la última pandemia declarada por la OMS, la de la gripe A (H1N1), que en 2009 causó entre 100.000 y 400.000 muertes, según la organización internacional. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU calculan que entre 151.700 y 575.400 personas murieron a causa de la infección por este virus en todo el mundo aquel año.
Hasta el momento, un total de 167 países han confirmado casos del coronavirus SARS-CoV-2 dentro de sus fronteras. “La pandemia se está acelerando”, ha advertido este lunes Tedros Abhanom Ghebreyesus, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien ha recordado que a nivel mundial se han detectado más de 360.000 contagios de COVID-19. “Se necesitaron 67 días desde el primer caso notificado para llegar a los primeros 100.000, 11 días para los segundos 100.000 y solo cuatro días para los terceros 100.000”. La buena noticia es que más de 100.000 se han recuperado.
Italia, China y España, los países con más mueres
El epicentro de esta pandemia se ha desplazado a Europa desde China, que ha empezado recientemente a ver la luz al final del túnel tras más de dos meses luchando contra el virus. El gigante asiático detectó este domingo un nuevo contagio local tras tres días sin diagnosticar ninguno. Este lunes, la Comisión Nacional de Sanidad de China volvió a colocar un cero en este casillero y los esfuerzos se concentran en contener la cantidad de infecciones que llegan del extranjero. Por quinto día consecutivo, además, el número de muertes nuevas se queda en un solo dígito.
Hasta hace algo más de una semana, China era el país que más fallecimientos había registrado del mundo, concentrados principalmente en la provincia de Hubei, origen del brote. A día de hoy, las autoridades chinas han informado de la muerte de 3.270 personas con el virus en su territorio. Sin embargo, ahora es Italia el que ocupa este lugar, con un total de 6.077 pacientes fallecidos, de acuerdo con el balance más reciente. Son 602 más que este domingo, según datos de Protección Civil, pero la cifra de nuevos decesos es menor por segundo día consecutivo. Hay al menos 3.204 en cuidados intensivos.
Las autoridades sanitarias italianas han preferido mostrar cautela. Es el caso del presidente del Instituto Superior de Salud, que ha dicho que el país entra en una semana crucial para evaluar el progreso de la curva de la epidemia y ha dicho que aún no se puede confirmar “una tendencia a la baja”. “Lo que estamos estudiando hoy es el efecto de las medidas tomadas a principios de marzo. Veremos los efectos de las últimas medidas más adelante”, ha recalcado en declaraciones recogidas por La Repubblica.
Después de Italia y de China, el país que más muertes de pacientes con COVID-19 ha contabilizado hasta ahora es España, con 2.182 fallecimientos confirmados este martes. La cifra de casos totales es de 33.089, de los cuales 2.355 permanecen ingresados en la UCI.
A nuestro país le sigue en número de fallecimientos Irán, que desde el inicio del brote que también ha sacudido el país ha notificado 1.812 muertes, de acuerdo con el recuento de la universidad estadounidense. En total, el país ha informado de cerca de 23.000 positivos.
Sin embargo, si se mira por número de casos confirmados, Estados Unidos es el tercer país que más ha detectado, más de 41.500. Los fallecimientos de momento se sitúan en alrededor de 500, según las cifras más actualizadas de la Universidad John Hopkins, muy por debajo de los contabilizados en España e Italia.
Algo parecido ocurre con Alemania, que ha informado de más casos que Irán, 28.865, y de solo 118 muertes. Este lunes, los expertos científicos que trabajan para el Gobierno germano han sido ligeramente optimistas tras los últimos datos sobre el coronavirus. El presidente del Instituto Robert Koch ha dicho que la curva de nuevos infectados parece estar bajando por primera vez, aunque no podrá confirmar esta tendencia positiva hasta el miércoles, cuando se procesen los datos de los últimos días y, sobre el bajo número de fallecimientos en comparación con otros países europeos, ha negado que se estén ocultando. Afirma que todos aquellos fallecidos a los que se diagnosticó coronavirus son registrados con esa causa de muerte, aunque tuvieran otras enfermedades.
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