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DeSantis avanza en su agenda ultra con la vista puesta en retar a Trump para las presidenciales de 2024

Ron DeSantis junto a su esposa, Casey, y sus hijos.

Javier de la Sotilla

Washington —

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El gobernador de Florida, Ron DeSantis, no necesita campañas multimillonarias para ganarse la atención de todo un país. Ni siquiera ha anunciado su candidatura para las primarias republicanas de 2024, pero es un secreto a voces que los ultraconservadores hastiados de Donald Trump esperan con gran entusiasmo. Las leyes que está impulsando desde su tribuna estatal serán la mejor carta de presentación de su propuesta para el país: “Make America Florida”. Después de prohibir el aborto y la participación de personas trans en acontecimientos deportivos en los institutos y universidades, de deportar inmigrantes con autobuses hacia ciudades gobernadas por demócratas y de criminalizar por ley las protestas pacíficas, entre otras controvertidas medidas, ahora Florida se dispone a ir un paso más allá en la agenda radical de DeSantis.

De Santis “ha indicado en privado que tiene la intención de postularse para presidente”, informa el Washington Post este viernes.

“Os puedo prometer que todavía no habéis visto nada”, dijo este martes el gobernador en su discurso del estado de Florida ante el Congreso estatal. Así dio inicio a una sesión legislativa de 60 días, en que la supermayoría que ostentan los republicanos en las dos cámaras debatirá un centenar de iniciativas lideradas por el gobernador. En esta lista interminable de propuestas, destacan la ampliación del derecho a llevar armas, la limitación —aún más— del debate LGTBI en las aulas, los ataques a la libertad de prensa y la ampliación de las restricciones al derecho al aborto. El poder legislativo estatal, que hasta ahora ha actuado con total servilismo hacia el líder ultraconservador, se dispone a aprobar leyes que se relacionan directamente con la centenaria Constitución, concretamente con la primera y segunda enmienda, y que probablemente acabarán siendo recurridas en los tribunales.

Armas sin licencia

La ley de Seguridad Pública regularizará llevar armas ocultas sin licencia a todo aquel ciudadano de Florida que no tenga antecedentes relacionados con delitos graves o con el abuso de sustancias. En la actualidad, el estado exige una licencia de armas que puede obtener quien se haya sometido a una comprobación de antecedentes, a la toma de huellas dactilares y a un curso de formación, además de disparar el arma ante un instructor. Todo esto no hará falta cuando se apruebe la ley, algo que ha asustado a muchos vecinos y, especialmente, al sector del turismo, motor económico del estado.

“Es algo que siempre he apoyado”, dijo DeSantis, quien ha convertido esta ley en una de sus prioridades para la sesión. Para hacerla más digerible de cara a la galería, así como para los legisladores, los republicanos han añadido a esta iniciativa una serie de medidas que, según afirman, aumentarán la seguridad en las escuelas. Concretamente, crearán un proceso estandarizado de evaluación de amenazas en las escuelas y ampliarán un programa que permite a los empleados de los centros educativos llevar armas. 

Esta estrategia ha sido duramente criticada por los demócratas, que piden que se voten ambas propuestas en dos iniciativas distintas. “No tienen nada que ver”, lamentó el senador Jason Pizzo. Pero también ha suscitado las críticas de algunos miembros del Partido Republicano, como la misma presidenta del senado Kathleen Passidomo, quien ampara su postura en la oposición de la Asociación de Sheriffs de Florida. “Los sheriffs a los que respeto profundamente, que están en el negocio, que entienden los problemas, no apoyan que se puedan portar armas sin licencia en Florida, ya que eso es contrario a la constitución”, dijo el martes en una conferencia de prensa. A pesar de la negativa de la presidenta de la cámara alta, y de la influencia política de los sheriffs sobre varios representantes, se espera que la mayoría conservadora apruebe esta ley.

Ampliación de la ley “no digas gay”

La legislatura se dispone a ir un paso más allá también en su censura hacia los contenidos LGTBI en las escuelas, que ha dejado vacíos los estantes de algunas aulas del estado. Concretamente, tiene previsto ampliar la ley conocida por sus detractores como “no digas gay”, que se aprobó el año pasado y prohíbe a los maestros enseñar materias relacionadas con la orientación sexual y la identidad de género. La ley, que recuerda al pin parental defendido por Vox en España, prohibía el debate en clase sobre estos asuntos hasta el tercer grado (8-9 años) en escuelas públicas. La nueva legislación ampliará esta prohibición hasta el octavo grado (13-14 años) y se hará efectiva también en escuelas concertadas. 

Además, también prohibirá en las escuelas referirse a los alumnos con los pronombres “que no correspondan a su sexo”, lo que, de facto, negará la posibilidad de obtener título a aquellos alumnos que quieran utilizar pronombres diferentes de los de su sexo biológico. “El sexo es la división binaria de los individuos basada en la función reproductora” y es “un rasgo biológico inmutable”, dice textualmente la iniciativa legislativa. Este conjunto de medidas ha recibido el rechazo frontal de organizaciones como Equality Florida, que considera que la legislación “tiene que ver con un falso pánico moral, cocinado por DeSantis, para demonizar a las personas LGTBI en el beneficio de su propia carrera política”.

Ataques a la libertad de prensa

Otra iniciativa legislativa podría entrar directamente en conflicto con la Primera Enmienda. Si se aprueba la futura ley, llamada “Difusión de Información” requerirá a los blogueros que quieran escribir en internet sobre el gobernador o los legisladores estatales la obligación de registrarse previamente mediante un formulario. Esta ley, que excluiría los periodistas acreditados, obligaría a los blogueros a informar mensualmente sobre lo que han cobrado por escribir sobre estos asuntos. La negativa a registrarse implicaría una multa de 25 dólares por día y hasta los 2.500 por publicación. Aun así, varios juristas aseguran que esta ley probablemente no podrá sobrevivir a una demanda judicial. “Es difícil imaginar una propuesta que viole más la Primera Enmienda”, ha asegurado el abogado Ron Kuby a la cadena de televisión NBC.

El congreso de Florida también ha registrado una iniciativa que facilitaría demandar a los medios de comunicación por difamación. Con ese fin, el proyecto de ley HB 991 rebajaría el listón de quién se puede considerar una figura pública, algo que el The New York Times ha calificado como un “desafío directo a los precedentes del Tribunal Supremo”. Además, entre otras provisiones, la propuesta también haría que las citas anónimas se presuman falsas por defecto y protegería bajo la libertad de expresión las declaraciones que discriminen sobre raza, sexo, identidad de género u orientación sexual.

El aborto, todavía más restringido

Además, la mayoría ultraconservadora ha introducido otra propuesta que ilegalizará el aborto después de seis semanas de embarazo, excepto para las víctimas de violación e incesto, en lugar de las 15 semanas que prevé la ley actual, firmada el año pasado por el DeSantis. La iniciativa, defendida por el gobernador, como las otras, durante el discurso del estado de Florida del pasado martes, también busca impedir que las instituciones educativas y las entidades dependientes del gobierno utilicen dinero público para ayudar económicamente a las mujeres que viajen a otro estado para abortar. 

De este modo, si finalmente el proyecto se convierte en ley, después de la firma de DeSantis, Florida prohibirá el aborto antes de que muchas mujeres ni siquiera sean conscientes de su embarazo. Los republicanos quieren aprovechar la corriente contraria al aborto iniciada el verano pasado, cuando el Tribunal Supremo eliminó la protección al derecho a escala federal y desató una oleada de ilegalizaciones en estados gobernados por republicanos y un aumento de abortos en los estados donde continúa siendo legal. Sin embargo, en Florida el 64% de los residentes creen que el aborto debería ser legal en “la mayoría” o “todos” los casos, según una reciente encuesta de Public Religion Research Institute.

Estas son tan solo algunas de las medidas más polémicas de la agenda ultraconservadora de DeSantis, la nueva estrella republicana, que ha declarado la guerra a su padre político, Donald Trump, y a los derechos de las minorías (o como él se refiere, “la ideología woke”). Recientemente, ha publicado un libro titulado La valentía de ser libre, de carácter autobiográfico, donde propone llevar a todo EEUU el modelo de Florida, con su persecución racista a los inmigrantes, su censura LGTBI en las aulas, sus recortes de impuestos a los ricos y su discurso anticiencia. Si finalmente se presenta a las elecciones de 2024, parte de su éxito dependerá del recibimiento que tengan estas medidas entre los votantes republicanos de todo el país. 

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