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EEUU y la UE se habían preparado para la autoproclamación de Guaidó en Venezuela

El presidente de EE UU, Donald Trump, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

La Casa Blanca ni se lo pensó, porque ya lo tenía pensado: reconoció al autoproclamado Juan Guaidó como presidente de Venezuela incluso antes de que se autoproclamara. Y la Unión Europea, cuyos tiempos dilatados son proverbiales cuando se trata de poner de acuerdo a 28 gobiernos, difundió un comunicado el miércoles por la noche en tiempo récord, como reconoce la propia Comisión Europea. ¿Por qué? “Hacía días que se venía trabajando en ello”. Es más, hay quien dice que directamente se dio el visto bueno al texto propuesto por Federica Mogherini porque había sido previamente trabajado. 

Es más, el ministerio español de Exteriores ha confirmado este jueves  que conocía con antelación la decisión de EE UU de apoyar a Guaidó como presidente.

La Casa Blanca ya había anunciado que apoyaría las pretensiones de Guaidó si decidía dar el paso y autoproclamarse presidente. Poco después del juramento, desde el Despacho Oval se hacía público el apoyo explícito de la administración estadounidense al líder opositor como sustituto de Maduro al frente de Venezuela.

“Seguiré utilizando todo el peso de Estados Unidos y su poder económico y diplomático para presionar por la restauración de la democracia en Venezuela”, asegura Trump en el comunicado. El presidente estadounidense ha sido más contundente en Twitter donde ha asegurado que los venezolanos “ya han sufrido demasiado en las manos del ilegítimo régimen de Maduro”.

Juan Guaidó ya anunció el pasado 11 de enero una “ruta” para asumir “las competencias” de la presidencia del país, ante lo que considera es la “usurpación” del cargo a manos de Nicolás Maduro, quien 24 horas antes había jurado el cargo.

“Claro que vamos a ejercer nuestras competencias y claro que vamos a hacer lo que debemos hacer, (pero) no sucumbiendo a elementos o presiones, sino ante una ruta que hemos establecido”, señaló Guaidó en una entrevista con el periódico digital local Efecto Cocuyo el 18 de enero.

Maduro, en el poder desde 2013, juró el 10 de enero, ante el Supremo, un nuevo mandato cuya legitimidad la oposición y parte de la comunidad internacional no reconocen. El líder chavista se impuso con holgura en los comicios presidenciales de mayo pasado, tachados en su momento como “fraudulentos” y boicoteados por el grueso del antichavismo.

Durante toda la semana pasada, fueron frecuentes los llamamientos de la oposición para que Guaidó asumiera la presidencia del país, amparado en varios artículos de la Constitución que otorgan estas funciones al jefe del poder Legislativo ante la eventual “falta absoluta” del presidente. Guaidó, este viernes, afirmó que contaba con el apoyo “de la comunidad internacional y de la mayoría del pueblo venezolano”, y anunció que en la manifestación del día 23 iba a entregar un mensaje a los militares, a los que había pedido ayuda para desalojar a Maduro.

Y todo eso, y más, está sobre la mesa de todas las capitales europeas y de la UE desde hace “días, semanas y meses”, según el Ejecutivo comunitario. De ahí, como ha subrayado este jueves la portavoz de la Alta Reperesentante para política exterior, Federica Mogherini, “la declaración se difundió en unos plazos de tiempo sin precedentes”.  “El trabajo no empezó ayer [por el miércoles] cuando se desataron los acontecimientos, llevamos mucho tiempo”, ha explicado Maja Kocijancic.

Kocijancic también ha querido destacar la señal de unidad que daba una reacción tan rápida de los 28. Pero la unidad ha saltado por los aires menos de 24 horas después cuando el responsable de Exteriores británico, Jeremy Hunt, ha dicho antes de reunirse con el vicepresidente Mike Pence que reconocían a Guaidó como líder de Venezuela, alineándose con la Casa Blanca y desmarcándose de la línea oficial de la UE: elecciones de acuerdo con el orden constitucional, apoyo total a la Asamblea Nacional y a la democracia.

Pero Londres, como si ya se encontrara en un escenario post Brexit, ha cruzado el Atlántico diplomáticamente. 

El senador estadounidense Marco Rubio ya había pedido al presidente de EE UU, Donald Trump, el 22 de enero, 24 horas antes de las protestas de la oposición, reconocer a Guaidó como el “presidente legítimo” en lugar de Nicolás Maduro. “Animamos al presidente [Trump] a que siga adelante con lo que ya ha declarado, que es que Maduro es ilegítimo. El siguiente paso lógico es reconocer al presidente de la Asamblea Nacional como el presidente legítimo”, declaró Rubio tras reunirse con el dignatario en la Casa Blanca.

Ese mismo días, el vicepresidente Pence publicó un video en el que calificaba de “dictador” a Maduro, al tiempo que expresaba su respaldo a la marcha convocada para el miércoles por la oposición.

“Mientras hacen que sus voces se hagan oír mañana, en nombre del pueblo estadounidense le decimos a la buena gente de Venezuela: Estamos con ustedes”, afirmó Pence en el video. “Estamos con ustedes, los apoyamos, y los seguiremos apoyando hasta que la democracia en Venezuela sea restaurada, y sus derechos de libertad que les pertenecen sean reivindicados”, añadió. El vicepresidente, además, reiteró que la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, es el “último vestigio” de la democracia en Venezuela y reiteró su apoyo a Guaidó.

A nadie pilló por sorpresa el movimiento de Guaidó. Es más EE UU y la UE ya se habían preparado para su autoproclamación como presidente de Venezuela.

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