Un exministro israelí, condenado a 11 años de prisión por espiar para la inteligencia iraní
El exministro israelí de Energía e Infraestructuras entre 1992 y 1995, Gonen Séguev, se ha declarado este miércoles culpable de espiar para Irán y de ayudar y pasar mensajes a un país enemigo, por lo que será condenado a 11 años de cárcel tras el acuerdo alcanzado con la Fiscalía.
“Hoy se presentó un acuerdo con la Fiscalía de reducción de pena en el Tribunal de Distrito de Jerusalén” en el que Séguev “se declaró culpable de espionaje grave y de informar al enemigo”, ha informado el Ministerio de Justicia en un comunicado.
Como parte del acuerdo, las partes han acordado que la pena será de 11 años de prisión. Los argumentos a favor del acuerdo alcanzado se escucharán en una audiencia el próximo 11 de febrero.
Justicia ha añadido que se ha aplicado en este caso “una orden de secreto de sumario sobre los detalles que se penan”, por lo que no se revelará más información en esta etapa del proceso.
El pasado junio, la Fiscalía concluyó su investigación y presentó acusaciones formales contra el expolítico, médico de profesión, que ya estuvo encarcelado entre 2005 y 2007 por intentar pasar de contrabando 30.000 pastillas de éxtasis de Holanda a Israel y falsificar un pasaporte diplomático.
Séguev residió en Nigeria durante los últimos años y en mayo pasado se trasladó a Guinea Ecuatorial, donde fue arrestado y entregado a Israel tras una orden de extradición.
Tras su llegada al país, el exministro fue interrogado por sospechas que indicaban posibles contactos con Irán y, el Servicio de Seguridad Interior israelí o Shin Bet reveló que “se descubrió que fue reclutado y actuó como agente en nombre de la inteligencia iraní”, según indicó la policía durante la investigación.
Según los datos desvelados, el acusado estableció contactos con la embajada de Irán en Nigeria en 2012 y se reunió dos veces con oficiales de inteligencia, a quienes habría informado sobre el mercado energético israelí y sobre lugares de alta seguridad, incluyendo información relativa a edificios y de miembros de organizaciones políticas y del aparato de seguridad del país.
A finales de agosto, el ministro iraní de Inteligencia, Mahmud Alaví, admitió que Irán tuvo como espía a un exministro de un país enemigo.
“Hace un tiempo tuvimos al miembro del gabinete de un país hostil”, dijo Alaví, sin nombrar el Estado al que se refería ni la identidad del espía en cuestión.