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La explosión de cuatro paquetes bomba en dos semanas eleva el nivel de alerta en Austin, Texas

La Policía texana investiga la relación de la nueva explosión con casos anteriores

elDiario.es

Las explosiones de cuatro paquetes bomba en las últimas dos semanas en la ciudad norteamericana de Austin -que han dejado dos víctimas mortales y al menos cuatro heridos graves- ha obligado a la Policía de Texas a alzar la voz de alarma este lunes. Las autoridades han aconsejado a la población que aumente la precaución y que se abstenga de abrir cualquier paquete que parezca sospechoso.

Por cuarta vez consecutiva este mes, se ha registrado la explosión de un artefacto casero en la localidad texana. Dos jóvenes blancos, de 22 y 23 años, han resultado gravemente heridos y han sido trasladados al hospital más cercano. Por el momento se encuentran fuera de peligro, según ha informado la cadena de televisión estadounidense CNN.

La Policía de Austin había descartado hasta la fecha la existencia de una relación entre las distintas explosiones por falta de pruebas, pero tras lo ocurrido la pasada noche del domingo, el jefe de la Policía de Austin, Brian Manley, ha asegurado que se enfrentan a unos ataques producidos “en serie” perpetrados por una misma persona o un mismo grupo de personas, ya que carecen de sospechosos por el momento.

“Necesitamos que la comunidad tenga un nivel extra de vigilancia y preste mucha atención a cualquier objeto que pueda parecer sospechoso -ya sea un paquete, un bolso o una mochila- cualquier cosa que parezca estar fuera de lugar”, ha apuntado Manley. “Simplemente no se acerquen”, ha concluido.

Cronología de los ataques

El primer ataque se produjo el pasado dos de marzo a las siete menos cinco de la mañana, hora local. Anthony Stephan House, de 39 años, perdió la vida al abrir un paquete que se encontró a las puertas de su vivienda, localizada en el barrio obrero de Harris Ridge, en el norte de la ciudad. De acuerdo con las autoridades, se trataba de un artefacto de fabricación casera introducido en una caja de cartón muy similar a las utilizadas por los servicios de mensajería.

Diez días después, el 12 de marzo, se producirían las siguientes explosiones. La primera de ellas también tuvo lugar a primera hora de la mañana, causando la muerte de un joven estudiante de música, Draylen Mason, de tan sólo 17 años. Al igual que en anterior ataque, el paquete bomba explotó cuando Mason introdujo la caja dentro de su casa y la abrió. En la explosión también resultó herida leve una vecina suya.

A eso de las doce del mediodía, los agentes de la Policía local todavía estaban digiriendo lo ocurrido en East MLK, el barrio donde vivía Mason, cuando se produjo la siguiente explosión en la vecindad de Montopolis, muy cerca del aeropuerto de Austin. Como consecuencia de este tercer ataque, una mujer hispana de 75 años resultó gravemente herida. El patrón de lo ocurrido continuaba siendo el mismo: la víctima se encontró un paquete de cartón en su portal que explotó al abrirlo.

Fue en este momento en el que la Policía de Austin comenzó a barajar la posibilidad de que los ataques no sólo podían estar relacionados, sino que parecían dirigidos de forma específica contra miembros de minorías, ya que los dos fallecidos eran afroamericanos y la mujer herida era de procedencia latinoamericana. “Creemos que los incidentes producidos recientemente tenían como objetivo mandar un mensaje”, aseguró en aquel momento Manley.

La última explosión

Al contrario que en el caso de las tres primeras bombas, que fueron colocadas a la puerta de las viviendas de las víctimas en barrios habitados por minorías, el artefacto que ha explotado durante la noche del domingo se encontraba en la acera de un barrio residencial de lujo, cuya población es predominantemente blanca .

Por otro lado, los investigadores han descubierto que el artefacto fue detonado a distancia a través de un cable trampa que se activócuando las dos víctimas pasaron cerca del emplazamiento del paquete bomba, según ha informado la CBS este lunes. “Podría haber herido a cualquiera que pasase por ahí”, ha afirmado Manley.

A pesar del nuevo modus operandi, la Policía de Austin cree que todos los ataques están conectados y son obra de la misma persona. Ahora mismo, lo que más preocupa a la unidad a cargo de la investigación es el hecho de que todos los artefactos, a pesar de ser de fabricación casera, eran increíblemente sofisticados, especialmente el último.

“El último aparato, que ha sido detonado a través de un cable trampa, demuestra un nivel mucho más alto de sofisticación y de destreza”, ha explicado el jefe de Policía. El hecho de que el nuevo paquete bomba incluyese un sistema de detonación tan específico como un cable trampa sugiere, de acuerdo con los investigadores, que el autor de los hechos “es alguien con mucha experiencia y que ha recibido entrenamiento, probablemente como técnico de remonición de explosivos militar”.

Por el momento, la unidad a cargo de investigar los hechos ha aumentado su plantilla a más de un centenar de personas, que han bloqueado la zona del último ataque hasta las dos de la tarde de este lunes.

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