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May sigue tras el varapalo al Brexit en el Parlamento: ¿y ahora, qué?

Un broker en la bolsa de Frankfurt viendo noticias sobre el Brexit

Andrés Gil

Enviado especial a Estrasburgo —

El varapalo sufrido por Theresa May en el Parlamento británico este martes ha sido mayúsculo: la Cámara de los Comunes ha dado un sonoro portazo a su acuerdo de salida de la UE firmado a finales de noviembre.

“Nos encaminamos al abismo, a la salida sin acuerdo, algo que no quiere nadie en Reino Unido ni en la Unión Europea”, dicen fuentes del gobierno británico en los pasillos de Parlamento de Estrasburgo. ¿Entonces? “¡Ayúdennos!” Pero Bruselas ya ha dicho que el acuerdo no se renegocia, y lo más que están haciendo es repetir, con muy bonitas palabras, lo que viene en el texto: que la salvaguarda para la frontera irlandesa no es una trampa para atrapar para siempre a Reino Unido en la UE. Al contrario.

Pero los parlamentarios británicos no se lo han creído. O quieren otra cosa. O no saben bien qué quieren. O no hay mayoría para nada en concreto.

¿Entonces? ¿Retirar el Brexit? ¿Pedir un aplazamiento de la salida de la UE? ¿Un nuevo referéndum? ¿Elecciones? ¿Brexit sin acuerdo?

Lo primero ha sido la moción de confianza laborista, que May ha podido superar. Ahora tiene hasta el lunes para volver al Parlamento con una nueva propuesta, si bien en Bruselas insisten que no hay margen para renegociar el texto.

El riesgo de una ruptura radical y desordenada del Reino Unido ha aumentado con el voto en Westminster. Eso sí, lo que sí ha hecho el negociador jefe de la Comisión, Michel Barnier, es abrir la puerta a negociar con Londres tras el varapalo al Brexit: “Es el momento de que Reino Unido nos diga los siguientes pasos, y de la UE permanecer unida y determinada para alcanzar un acuerdo”.

“Si no es posible un acuerdo”, ha tuiteado el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, “y nadie quiere un no acuerdo, ¿quién tendrá el valor de decir cuál es la única solución posible?”.

Si May no resistiera la presión y acabara dimitiendo, Reino Unido se encaminaría a unas elecciones anticipadas que previsiblemente pueda ganar el líder laborista, Jeremy Corbyn. Pero difícilmente con unas elecciones de por medio podría seguir vigente el 29 de marzo como fecha de salida de la UE.

Precisamente el 29 de marzo es una fecha de salida que sí quiere mantener Theresa May. Entre otras cosas porque no hay mucho margen para posponer la salida. ¿Por qué? Porque el 26 de mayo hay elecciones europeas y están convocadas sin Reino Unido y con un reparto de escaños que excluye a Reino Unido y, como ha dicho este martes en Estrasburgo el líder del PPE en el Parlamento Europeo, Manfred Weber, “no tiene sentido que diputados electos de un país que se está yendo de la UE puedan condicionar el futuro próximo de la UE”.

En relación con el Parlamento Europeo, además del 26 de mayo, fecha de las elecciones y que el PPE pone como fecha tope para retrasar la retirada desde el 29 de marzo, realmente se encontrará de forma inoperante hasta la toma de posesión de los nuevos eurodiputados: el 1 de julio.

Es decir, hasta el 1 de julio de 2019, no se produciría la paradoja imposible de tener un Parlamento Europeo sin diputados de un país que pertenece a la UE, como sería el caso de Reino Unido si no se ha ido el 29 de marzo y quiere pedir un retraso de la fecha de salida para convocar elecciones, convocar un nuevo referéndum o intentar renegociar algún aspecto del acuerdo de retirada que este martes ha sido despachado por el Parlamento británico.

¿Qué otras alternativas hay?

Además de que las fuentes británicas y la propia primera ministra insisten en que la fecha es el 29 de marzo y que lo que tiene que hacer el Parlamento es decir “qué quiere”, hay otras posibilidades.

Por ejemplo, retirar el artículo 50. Es decir, retirar la solicitud de retirada de forma unilateral, algo que validó la Corte de Justicia Europea recientemente y que facultaría al Gobierno británico a detener en seco el proceso. Esta hipótesis, en principio, no está encima de la mesa de May.

Pero si no se retira el artículo 50 y no hay manera de encontrar un acuerdo que satisfagan a los diputados, como parece, lo siguiente es ir a un Brexit sin acuerdo. Y, justo antes de saltar al vacío, que el miedo resucite un acuerdo muerto. O, de lo contrario, que Reino Unido y la UE salten de la mano al vacío.

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