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CLAVES

Siete preguntas sobre el 9 de mayo y qué puede significar para la guerra en Ucrania

Vista de la plaza Roja de Moscú, en una imagen de archivo

Cristina Armunia Berges

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Tras casi dos meses y medio de guerra en Ucrania, algunos analistas occidentales consideran que el presidente ruso, Vladímir Putin, ha ordenado a sus fuerzas que aseguren un triunfo en Mariúpol de cara al próximo 9 de mayo, jornada en la que Rusia celebra el llamado Día de la Victoria. Todavía no está claro lo que podrá o no ofrecer Putin en la fecha en cuestión. Lo que sí parece cada más probable es que el 9 de mayo no será el fin de la guerra en Ucrania. 

¿Qué se celebra el 9 de mayo?

El 9 de mayo Rusia celebra su Día de la Victoria y este año lo hará en medio de una guerra. Para los rusos -también para Bielorrusia y para la mayoría de antiguas repúblicas soviéticas-, se trata de un día festivo en el que todo el país celebra la victoria soviética contra la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Los veteranos, y también los jóvenes, salen a la calle con sus uniformes y viejas fotografías de familiares caídos en la contienda. La idea de un país fuerte y unido capaz de sentarse cara a cara con el resto de las potencias mundiales sigue latente en el imaginario popular.

La jornada en la que se demuestra el gran orgullo patrio, de ambiente similar al que se pudo ver en el octavo aniversario de la anexión de Crimea a Rusia el pasado 18 de marzo, Putin espera tener alguna victoria que ofrecer a la población. Y esto último parece bastante complicado, según el ritmo lento que ha adquirido la guerra. Sobre el terreno los avances son mínimos y las negociaciones parecen estancadas desde la última reunión presencial en Turquía.

Durante el aniversario de la adhesión de Crimea, hace varias semanas, Putin se dio un baño de masas en Moscú y defendió la invasión de Ucrania como la única vía para evitar el “sufrimiento” y el “genocidio” contra la población. Sin embargo, muchas cosas han cambiado en la invasión desde aquel 18 de marzo, cuando todavía no se había cumplido ni un mes de guerra. La masacre en Bucha, el ataque a una estación de tren llena de civiles en Kramatorsk o la renuncia a tomar la siderúrgica de Azovstal son algunos puntos de inflexión que marcarán el 9 de mayo, la guerra y el futuro del presidente Putin.

¿Por qué es tan importante para Rusia?

Es el día en el que Rusia recuerda a sus soldados caídos en la Segunda Guerra Mundial. “La URSS perdió decenas de millones de soldados y civiles en el transcurso de la guerra, muchos de ellos en las entonces repúblicas soviéticas de Ucrania y Bielorrusia, y muchos de ellos a manos del propio régimen soviético”, explica a elDiario.es Keir Giles, investigador británico que trabaja en el programa de Rusia y Eurasia de Chatham House. “En total, Stalin mató a más personas tanto en su propio país como en los territorios ocupados que Hitler. Pero hoy en día es un crimen en Rusia recordar esa historia o comparar las atrocidades cometidas por la Unión Soviética con las de la Alemania nazi”, añade el experto, que recuerda que cada 9 de mayo, “todavía se colocan flores frescas en la tumba de Stalin en la Plaza Roja”, que es donde se celebra el desfile.

¿El 9 de mayo ha condicionado el transcurso de la guerra?

Fuentes de inteligencia especializadas como el Ministerio de Defensa británico consideran que la inminencia de esta fecha tan señalada ha podido condicionar de algún modo el devenir de la guerra, cuya ofensiva en la parte norte de Ucrania llevaba semanas encallada. Tras esto, Moscú renunció a seguir con el asedio en el norte para centrarse en el Donbás, donde una parte de territorios separatistas apoyados por el Kremlin vive un conflicto armado desde abril de 2014. El Donbás sería el pasillo que conectase a Rusia con el mar de Azov y la Península de Crimea. “Es probable que Rusia desee demostrar un éxito significativo antes de la celebración anual del 9 de mayo, Día de la Victoria. Esto podría afectar a la rapidez y la fuerza con la que intentan llevar a cabo las operaciones en el período previo a esta fecha”, evaluó en su análisis del 21 de abril el Ministerio de Defensa británico.

En la misma línea se han pronunciado fuentes de inteligencia estadounidenses citadas por la CNN. A comienzos de abril, estas fuentes apuntaron que el presidente ruso estaba presionado por mostrar una victoria y que solo en el este de Ucrania esto iba a ser factible. Según una de las fuentes, las intercepciones de la inteligencia estadounidense sugieren que Putin estaba centrado en la fecha del 9 de mayo. Las mismas fuentes señalaban que una cosa es que Rusia lleve a cabo una celebración y otra que verdaderamente exista una victoria real.

“Putin hará un desfile de la victoria el 9 de mayo, independientemente del estado de la guerra o de las conversaciones de paz”, añadió una autoridad de defensa europea, citada también por la CNN. “Por otro lado, ¿un desfile de la victoria con qué tropas y con qué vehículos?”

Por su parte, el Instituto de Estudios de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés) informó el 25 de abril de que las fuerzas rusas reanudaron los ataques terrestres sobre la planta de Azovstal. “Es posible que los oficiales rusos consideren que no podrán matar de hambre a los defensores restantes antes del 9 de mayo, posible plazo autoimpuesto para completar la captura de Mariúpol”, añadía la nota de ese día. Cuatro días antes Putin había ordenado a sus tropas frenar los ataques y bloquear la siderúrgica para que no pudiera salir nadie.

¿La clave de ese día será Mariúpol?

Sí. Rusia necesita una victoria clara sobre el terreno para poder seguir defendiendo lo que llama “operación militar especial”, aunque muy probablemente solo logre ofrecer a su ciudadanía la caída de la simbólica ciudad de Mariúpol. Esta es la tesis que sostiene la experta en estudios europeos de la Universidad Complutense de Madrid, Ruth Ferrero, que durante una entrevista con elDiario.es, vaticinó que Putin no iba poder “vender en casa” mucho más que la caída de Mairúpol. “Por el momento, no hay ninguna gran victoria que Putin pueda promocionar en casa y la caída de Mariúpol le permitiría poner encima de la mesa el control total de la zona del Donbás”, argumentaba la experta.

Poder celebrar la caída de la ciudad portuaria el 9 de mayo encajaría de manera perfecta con todo el relato que ha seguido Putin sobre “liberar de nazis” a Ucrania que ha utilizado para llevar a cabo la invasión del país vecino. En Mariúpol, recuerda la experta, se localiza el batallón Azov, formado por “elementos neonazis”. “A nivel simbólico, sería muy relevante de cara a la estrategia y al marco discursivo que ha utilizado Putin”, añade. Por otro lado, Mariúpol se encuentra camino de Odesa, ciudad poblada por descendientes rusos y de habla casi completamente rusa, y objeto de deseo del presidente.

En el momento en el que se escribe este artículo, Mariúpol no ha caído. Aunque el pasado 21 de abril Moscú hablase de “éxito” en Mariúpol, de manera oficial la ciudad ucraniana no está en manos rusas. A las puertas del mar de Azov, la ciudad ha resistido el ataque continuado desde primeros de marzo y se hizo mundialmente conocida después de que las tropas rusas bombardeasen su hospital de maternidad. Y no solo eso, la siderúrgica de la época soviética en la que se cobijan soldados -algunos pertenecientes al batallón neonazi de Azov- y civiles, según han confirmado las autoridades ucranianas, sigue resistiendo.

Al ser prácticamente inexpugnable, Putin ordenó a sus tropas no asaltar la fortaleza compuesta de túneles de acero y, en lugar de eso bloquearla. De este modo, parte de las tropas rusas podrían ser utilizadas en otros puntos estratégicos del este y el sur ucraniano.

¿El 9 de mayo puede ser el final de la guerra?

“El Día de la Victoria puede utilizarse para declarar el éxito en Ucrania: con el control casi total de Rusia sobre la información que llega a los rusos, los hechos son irrelevantes si Rusia decide afirmar que ha cumplido con sus objetivos de guerra”, dice Giles, que también cree que podría ser el momento en el que Rusia decida declarar que sí que está en guerra, “pasando de la ‘operación especial’ a un estatus legal que le permitiría movilizar a la población y a la economía para asegurar la victoria”.

También es posible que llegue ese día y pase sin pena ni gloria. “Si los analistas occidentales están en los cierto cuando dicen que Putin ha exigido la victoria para el Día de la Victoria, significa que los comandantes militares necesitan conseguir algo después de las humillantes derrotas en los dos primeros meses”, argumenta. Si se equivocan, “el 9 de mayo puede simplemente llegar y pasar de la manera habitual a otros años”.

¿Se celebra en otros países?

Sí. El 9 de mayo es día festivo en Rusia, pero también en las antiguas repúblicas soviéticas. En Ucrania, también se realizan cada año desfiles de este tipo y, desde hace varias semanas, existe la sospecha de que Rusia planea organizar algún tipo de acto en los lugares ocupados como es el caso de Mariúpol. Lo dijo hace unos días el asesor del alcalde, Petro Andriushchenko, en su cuenta de Telegram. “A pesar de la falta de control en la ciudad, los ocupantes están tratando de crear una imagen de restauración de la vida pacífica”, explicaba el asesor, que añadía que se habían hecho nombramientos en Educación en un intento de retomar las clases. “Además, según nuestras informaciones, Ivashchenko [en referencia al cargo nombrado] recibió la orden de limpiar parte del Distrito Central de la ciudad de escombros y muertos para garantizar el desfile del 9 de mayo, añadía. ”A juzgar por toda la serie de datos, los ocupantes planean celebrar un ‘carnaval de la victoria’ en Mariúpol el 9 de mayo en caso de éxito de la ‘operación especial’“.

¿Rusia celebrará el Día de la Victoria con el desfile habitual en Moscú?

Cómo será ese día es todavía una incógnita. “Por el momento, no hay indicios de que en Rusia vaya a haber nada fuera de lo normal en las celebraciones del 9 de mayo”, comenta el experto consultado, Keir Giles. “Todas las especulaciones que dicen que el presidente Putin exige el éxito en la guerra de Ucrania para el 9 de mayo provienen de analistas y comentaristas occidentales, no de la propia Rusia”, añade Giles, que considera que, si Rusia hubiera logrado mayores éxitos en la toma de Ucrania, habría sido razonable esperar desfiles similares en Kiev o en otras ciudades conquistadas.

Por otro lado, el Instituto de Estudios para la Guerra cree que, debido a los indicios de que las fuerzas rusas quieren celebrar referéndums para poner en marcha otras repúblicas populares en zonas ocupadas, se plantea la posibilidad que “Putin tenga la intención de presentar una serie de nuevas e independientes repúblicas populares como parte de la celebración del Día de la Victoria”, según su nota informativa del 26 de abril.

Y una coincidencia.

A las seis de la tarde del 9 de mayo de 1950 Robert Schuman pronunció su famoso discurso -conocido como la Declaración Schuman- en el que se daba el primer paso para la integración de los estados europeos al proponer que el carbón y el acero de Alemania y Francia tuvieran una administración conjunta. Este hito de la historia europea supuso la creación de la primera comunidad europea, la del Carbón y el Acero. El 9 de mayo también se celebrará -y también en medio de una guerra- el Día de Europa.

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