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The Guardian en español

Confusión en Italia por la cuarentena masiva contra el coronavirus: “Muchas personas han intentado escapar”

Italia intenta aislar focos del coronavirus con controles, arrestos y multas

Angela Giuffrida / Lorenzo Tondo

Roma / Palermo (Italia) —

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Italia se ha visto sumida en el caos después de que se conocieran los detalles del plan del Gobierno para poner en cuarentena a más de 16 millones de personas, lo que provocó que miles de personas trataran de huir de la zona. Toda la Lombardía, incluida la ciudad financiera de Milán, y 14 provincias de las regiones septentrionales más afectadas, han sido cerradas hasta el 3 de abril mientras el país lucha por contener la propagación del virus.

Este domingo, las muertes pasaron de 233 a 366, un aumento de más del 50% en 24 horas, con un total de 7.375 casos hasta ahora. La mayoría de las personas que se infectan del coronavirus SARS-CoV-2 presentan síntomas leves y se recuperan. En otros casos, desarrollan una enfermedad respiratoria grave. Los grupos más vulnerables son las personas de más edad o con enfermedades previas.

Este domingo, miles de personas abarrotaron las estaciones de tren o se montaron en sus coches después de que los medios de comunicación revelaran el proyecto de decreto que finalmente fue aprobado este domingo y prohibía a la gente salir o entrar en la región. En el sur de Italia, docenas de policías y médicos con máscaras y trajes de protección esperaban en Salerno, Campania, a los pasajeros que habían subido a los trenes nocturnos desde la Lombardía a medida que aumentaba el temor por la posible propagación del virus.

“La filtración de la noticia ha provocado que muchas personas intenten escapar, provocando el efecto contrario a lo que el decreto intenta conseguir”, ha advertido Roberto Burioni, profesor de microbiología y virología de la Universidad Vita-Salute San Raffaele de Milán. “Desafortunadamente, algunos de los que huyeron se infectarán con la enfermedad”.

Las regiones septentrionales de Lombardía, Emilia-Romaña y Véneto concentran el 85% de los casos y más del 90% de las muertes. Puglia, en el sur, ha registrado 26 casos, mientras que las provincias de Basilicata y Calabria han contabilizado solo tres y cuatro.

El presidente de Puglia, Michele Emiliano, ha firmado este domingo una orden que obliga a todos los que lleguen del norte en las próximas horas a entrar en cuarentena. “Bájate en la primera estación de tren, no tomes aviones a Bari y Brindisi, regresa en coche, bájate del autobús en la siguiente parada”, ha escrito en Facebook, dirigiéndose principalmente a las personas de la región que viven en el norte. “No traigas la epidemia de Lombardía, Véneto y Emilia a tu Puglia. Llevas el virus a los pulmones de tus hermanos y hermanas, tus abuelos, tíos, primos y padres”.

Tres presos murieron después de que estallara una protesta en una prisión de Módena cuando se informó a los detenidos de que el decreto de emergencia prohibía las visitas de familiares para reducir las infecciones.

En virtud del decreto, la Policía y las fuerzas armadas patrullarán los puntos de acceso de Lombardía, como las estaciones de tren y las entradas y salidas de las autopistas, así como las zonas fronterizas de las 14 provincias que se encuentran bajo bloqueo en toda Emilia-Romaña, la segunda principal zona de brotes, el Véneto y el Piamonte.

La gente solo podrá abandonar las zonas por razones de emergencia y se enfrentará a multas y hasta tres meses de cárcel por infringir las normas de cuarentena. Ha habido cierta oposición local a las medidas, incluso por parte del jefe del Véneto, Luca Zaia, quien ha calificado de “científicamente desproporcionada” la inclusión de tres provincias en su región, incluida Venecia.

Se prevé instalar puestos de control en autopistas, estaciones de tren y aeropuertos, pero no está claro el impacto en los vuelos, por lo que las autoridades judiciales locales deberán decidir si se suspende o no. Este domingo, la principal aerolínea de Italia, Alitalia, dijo que suspendería todos los vuelos nacionales e internacionales desde el aeropuerto de Malpensa de Milán y que solo operaría un servicio reducido para los vuelos nacionales desde el aeropuerto de Linate de la ciudad.

Los partidos de fútbol de primera división se jugaron a puerta cerrada a pesar de que el ministro de deportes del país pidió que se detuviera el campeonato.

Algunos de los que permanecieron en la zona de cuarentena expresaron su apoyo a las medidas para contener el peor brote de coronavirus de Europa. “Por supuesto, me siento un poco ansiosa y asustada”, afirma Alessia Scoma, 30, una consultora de negocios en Milán. “Pero estoy de acuerdo con esta medida y me siento avergonzada por aquellos que dejaron Lombardía y huyeron de forma tan irresponsable. Se arriesgan a infectar a sus seres queridos y esto es algo que, si me pongo en su lugar, nunca podría perdonarme”.

Fuera de la zona de cuarentena, hay preocupación por los que ahora no pueden salir. “Mi madre se quedó en Bérgamo”, afirma Francesca Nava, 45, una periodista de Roma. “Tiene 70 años y ha sobrevivido a una grave enfermedad. La idea de no poder llegar a ella durante semanas, o tal vez meses, la idea de que algo le pueda pasar, este sentimiento de impotencia total, me deja sin respiración”.

Críticas a la filtración del decreto

El consejo de ministros aprobó el decreto durante la tarde del domingo. “El hecho de que la epidemia siga aumentando sustancialmente nos obliga a tomar estas medidas para limitar la libertad de las personas, que por supuesto son medidas muy extremas que no creo que se hayan tomado nunca en ningún otro país democrático”, explica Walter Ricciardi, asesor del Ministerio de Salud italiano sobre el brote de coronavirus y miembro de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a The Guardian. “Tenemos que ser responsables y ser responsable significa tomar medidas velando por el interés de la gente, aunque a veces sea difícil de entender”.

Sin embargo, la filtración del decreto y el consiguiente pánico provocaron duras críticas. Ricciardi, que formaba parte del equipo de científicos que lo firmaron, supone que pudo haberse filtrado cuando el primer ministro, Giuseppe Conte, envió el proyecto a las regiones para obtener su consentimiento. “Significa que a veces tanto las personas de las instituciones como las de la prensa no tienen sentido de la responsabilidad”, sostiene. “Este tipo de procedimientos deben ser tomados de forma muy confidencial para no provocar pánico entre la gente y comportamientos inapropiados”. Conte ha afirmado que la filtración era “inaceptable”. “Esta noticia creó incertidumbre, inseguridad y confusión, y no podemos tolerarlo”, señaló el domingo.

Las escuelas y universidades se han clausurado en toda Italia, pero el decreto cierra cines, museos, teatros, gimnasios, piscinas y estaciones de esquí en las nuevas zonas de cuarentena. Los bares y restaurantes solo pueden abrir entre las 6 de la mañana y las 6 de la tarde, mientras que las tiendas deben garantizar que los clientes estén separados al menos un metro. También se han prohibido las bodas y los funerales. Se espera que continúen los servicios de transporte público en todos los territorios bajo cuarentena.

Beppe Sala, el alcalde de Milán, ha pedido un “cambio de estilo de vida” en la ciudad. “Tenemos que evitar los contactos que no son estrictamente necesarios”, dice en un vídeo publicar en Facebook. “Por favor, permanezcan en sus casas tanto como puedan”.

El coronavirus está causando estragos en la ya frágil economía de Italia, especialmente porque las regiones del norte producen la mayor parte del PIB del país. El Gobierno aprobó el pasado jueves un paquete de medidas financieras de 7.500 millones de euros para ayudar a la economía a soportar el impacto.

“Nos enfrentamos a una emergencia pero el cierre de una cuarta parte del país causará un daño inconmensurable a las familias italianas”, apunta Sala. “La gente se arriesga a perder sus trabajos. Espero que el Gobierno trabaje rápidamente para que los fondos estén disponibles. Nos guste o no, Milán es el corazón de este país”. Burioni ha dicho que se necesitaban sacrificios para detener la propagación. “Lo más importante en este momento es que todos y cada uno de nosotros nos quedemos en casa”, añade. “Hemos visto un comportamiento estricto en China que ha tenido un muy buen impacto, tenemos que hacer lo mismo”.

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