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The Guardian en español

El número de civiles asesinados o heridos por explosivos aumenta un 50% en cinco años

Las ruinas de un colegio bombardeado por el régimen de Al Asad al sureste de Damasco, en Siria, el pasado marzo.

The Guardian

Richard Norton-Taylor —

Más de 33.000 civiles fueron asesinados o heridos por armas explosivas en 2015, lo que supone un incremento de más del 50% en cinco años según un amplio estudio realizado por the Guardian. Solo en el último año, el número de civiles asesinados por esas armas creció hasta un 7.682% en Turquía y un 1.204% en Yemen. También hubo incrementos significativos en Egipto (142%), en Libia (85%), en Siria (39%) y en Nigeria (22%).

El número de civiles asesinados o heridos en ataques suicidas también aumentó bruscamente. El año pasado se registraron un total de 9.205, lo que supone un incremento del 68% en 2014. Sin embargo, el número de ataques individuales, de unos 253, es prácticamente el mismo. Más de la mitad de los 16.180 civiles heridos o asesinados por artefactos caseros –también llamados artefactos explosivos improvisados o IED–, incluidos coches bomba, fueron víctimas de ataques suicidas.

Se han registrado ataques bomba suicidas en 21 países, lo que supone el mayor dato jamás registrado. Los países afectados son: Nigeria, Irak, Afganistán, Turquía, Siria, Yemen, Chad, Camerún, Pakistán, Líbano, Kuwait, Francia –cuyo atentado del 13 de noviembre fue el primero del país en la era moderna–, Arabia Saudí, Somalia, Egipto, China, India, Bangladesh, Mali y Túnez.

El número de civiles heridos o asesinados por atacantes suicidas en 2015 fue un 78% mayor que en 2011, cuando se empezaron a cuantificar estos datos.

“Ya sean ataques aéreos en Yemen, bombas tierra-aire en Ucrania, bombas de racimo en Siria o ataques suicidas en Irak, lo que está claro es que 2015 fue un año terrible en cuanto a los daños ocasionados sobre la población civil de todo el mundo desde que estalló la violencia”, explica Roger Mullin, ministro del Partido Nacional Escocés y presidente de un grupo parlamentario sobre armas explosivas en el que trabajan todos los partidos.

“Año tras año nos encontramos con la misma realidad. Cuando se utilizan armas explosivas en zonas pobladas, el 90% de los heridos o muertos son civiles”, asegura Mullin. “Necesitamos unirnos para buscar la manera de parar estos estragos y el primer paso debería ser la condena explícita por parte del gobierno de Reino Unido –y de otros– del uso de armas explosivas en pueblos y ciudades”.

La ministra y presidenta del grupo parlamentario sobre refugiados, Thangam Debbonaire, cree que “esas cifras sostienen una profunda y terrible realidad: que la violencia con explosivos en sitios como Siria, Irak o Yemen está alimentando la crisis de refugiados de todo el mundo”. También explica que “decenas de miles de vidas y hogares han sido destruidos por las armas y su impacto es evidente en la circulación de personas desesperadas dentro y fuera de Europa”.

Las conclusiones que aparecen en 'Daños Inaceptables', un estudio realizado por la organización Action on Armed Violence (AOAV), muestran un promedio de 30 civiles muertos cada día por armas explosivas el año pasado. Más del 90% de estas muertes se produjeron a causa de armas explosivas en zonas de población civil.

Los ataques a mercados, los más letales

El informe define como armas explosivas a aquellas que tienen características similares a la hora de causar muertes, heridos y daños al lanzarse cargas explosivas, calor o fragmentos alrededor de un punto de detonación. También se incluyen las bombas lanzadas desde el aire, las bombas de mortero, los explosivos caseros (IED) y los proyectiles de artillería. Los explosivos caseros hirieron o mataron a 16.199 civiles, los ataques suicidas alcanzaron a 9.205, los aéreos a 9.200 y las bombas tierra-aire a 7.095.

La coalición liderada por Arabia Saudí que en parte utiliza armamento británico para atacar objetivos en Yemen fue la que más armas explosivas utilizó en 2015, seguida de Siria. ISIS fue con diferencia la organización no nacional que más armas de este tipo utilizó.

Según este estudio, los ataques a mercados fueron los más letales, seguidos de los ataques en lugares de culto, reuniones públicas y locales comerciales. Cerca de 44.000 personas fueron asesinadas o heridas con armas explosivas, de las cuales 33.307 –alrededor de un 76%– eran civiles, en un año en el que se han registrado unos 2.000 ataques.

El mayor número de muertes y heridos se produjo en Siria, Yemen, Irak, Nigeria y Afganistán. Solo en Siria se han contabilizado 9.000 personas muertas y heridas en 2015, un 40% más que en 2014. El informe indica que los datos disponibles registran una caída de más del 50% en Irak, pero que es posible que se deba a una reducción de la información disponible en inglés sobre víctimas en zonas de conflicto activo en ese país. Se registraron ataques con armas explosivas en 63 países y territorios de todo el mundo, cinco más que en 2014.

A pesar del aumento de las cifras de muertos y heridos, hubo un descenso del 20% en el número de incidentes con armas explosivas registrados en 2015 en comparación con el año anterior. Eso significa que los ataques fueron de media más letales, lo que refleja el uso deliberado cada vez mayor de armas explosivas contra zonas concurridas.

AOAV aclara que sus datos solo muestran una parte de la fotografía del daño que producen en los civiles las armas explosivas. Explica que su informe trata de captar algunos de los efectos inmediatos: las muertes y las heridas físicas. “No puede mencionar la destrucción de hogares o de las propiedades de toda una vida. No puede expresar a ciencia cierta el sufrimiento psicológico infligido, ni las carencias económicas que cambian la vida tras una explosión”, indica la organización.

“Hay muchas más personas afectadas por armas explosivas de las que pueden mostrar nuestras cifras de víctimas. Los datos de AOAV no son un intento de registrar todas las víctimas de todos los ataques del mundo. No se afirma que esta muestra de datos, tomada de la información de los medios de comunicación en inglés, pueda representar el impacto total de las armas explosivas sobre los civiles en 2015”, añade AOAV.

Iain Overton, que supervisa el proyecto de la organización, precisa: “Desde que empezamos nuestra vigilancia de la violencia por explosivos en 2011, todos los años ha habido un aumento constante y terrible del daño producido a civiles de todo el mundo, provocado por armas que van del coche bomba al chaleco suicida, el misil guiado por láser o el cohete Grad”.

El informe se ha publicado antes de la Cumbre Humanitaria Mundial que se desarrollará en Estambul el próximo mes. En ella se afrontarán las violaciones y abusos de la legislación internacional sobre derechos humanos, incluidos los ataques dirigidos contra civiles, heridos y enfermos, los ataques indiscriminados, el sometimiento de civiles al hambre como método de guerra, la violación, la tortura y las detenciones arbitrarias o ilegales. Esas violaciones se siguen cometiendo “a un nivel alarmante”, según un informe previo a la cumbre que se publicó este martes.

Traducción de Cristina Armunia Berges

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