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The Guardian en español

Las fuerzas kurdas en Irak reclaman ayuda internacional ante un posible ataque químico de ISIS

Patrick Wintour

Las fuerzas peshmerga que se están preparando para unirse para unirse al ataque en Mosul, bastión de ISIS en el norte de Irak, han escrito al ministro de Defensa británico Michael Fallon, para pedirle urgentemente equipamiento para protegerse de un ataque químico por parte de ISIS. La batalla por Mosul, ideada para poner fin al califato de ISIS en Irak, se espera que comience pronto, a mediados de este mes, y es probable que las fuerzas peshmerga jueguen un papel de vital importancia.

Karwan Jamal Tahir, el máximo representante kurdo en Reino Unido, envió la carta a Fallon. Jamal Tahir aseguró que las fuerzas kurdas habían sido atacadas con armas químicas al menos en 19 ocasiones diferentes y están preocupados por la falta de protección mientras tratan de contener una frontera que se extiende a lo largo de 1.000 kilómetros.

Hasta ahora, las fuerzas kurdas han utilizado protecciones rudimentarias para defenderse de los ataques químicos como toallas, tanques de agua y gorros. Añadió que la protección de los peshmerga en un ataque sobre Mosul debería ser la mayor prioridad. ISIS ha utilizado municiones químicas, como gas mostaza y gas cloro, en varias ocasiones en Irak y Siria, según la CIA.

Fallon visitó Irak la semana pasada y dijo que esperaba el ataque decisivo sobre Mosul en cuestión de semanas.

Hamish de Bretton-Gordon, un antiguo oficial de mando de la unidad Química, Biológica, Radiológica y Nuclear de Reino Unido, y de la fuerza de reacción rápida de la OTAN, dijo que temía que ISIS lanzase armas químicas caseras sobre las fuerzas peshmerga e iraquíes. Anticipó que las armas químicas que probablemente manejaban incluían gas cloro lanzado con morteros y cohetes, así como gas mostaza.

De Bretton-Gordon ha participado como un asesor informal para grupos humanitarios de la sociedad civil en Irak preparando las consecuencias humanitarias de un ataque en la ciudad, hogar de más de dos millones de personas, así como de las fuerzas peshmerga del Kurdistán iraquí.

Luchar sin equipamiento

“La clave del problema es que la armada iraquí y, en particular, las filas peshmerga tienen muy poco equipamiento de protección, como máscaras de gas. He rogado, tomado prestado y robado equipamiento y he dado a los peshmerga 400 máscaras de gas, pero podrían serán 30.000 en el asalto de Mosul”, asegura.

Añade que los peshmerga, que están a 10 kilómetros de la ciudad –de mayoría suní y capital de la provincia de Nineveh, al noroeste de Irak–, están profundamente alarmados por una posible guerra química debido a la historia de ataques químicos perpetrados por Saddam Hussein sobre los kurdos antes de ser derrocado por la coalición de fuerzas occidentales en 2003.

Aunque De Bretton-Gordon tiene un interés comercial en la venta de equipos de protección, su experiencia está reconocida. Las armas químicas, especialmente los rudos modelos realizados por ISIS, son menos letales que las armas convencionales, pero tienen un impacto psicológico extremo.

Mosul, tomada por ISIS en 2014, es una ciudad predominantemente suní, de modo que se han establecido planes para evitar al grueso de las fuerzas de liberación procedentes de las milicias chiíes de Irak. El ejército británico considera la composición de las fuerzas que lideren la liberación de Mosul –incluida la presencia de las fuerzas kurdas– como un aspecto crítico, tanto a nivel militar como político.   

De Bretton-Gordon avisa: “ISIS está elaborando su propio gas mostaza pero también creo que han tenido acceso a algunos arsenales no declarados de Asad que podrían llegar a ser de hasta 100 toneladas”. También ha alertado de que ISIS ha manipulado la fábrica de azufre de al-Mishraq, 20 kilómetros al sur de Mosul, para hacerla explotar, una acción que daría lugar a la liberación de cientos de toneladas de dióxido de azufre y sulfuro de hidrógeno a la atmósfera.

Los síntomas de un ataque con agentes químicos son fuertes dolores en los ojos, en los músculos y en la piel seguido de dificultades respiratorias y erupciones en la piel que pueden causar fuertes dolores. Las filas peshmerga, ubicadas en el norte, oeste y este de la ciudad, aseguran haber sido atacadas por armas químicas en repetidas ocasiones este año, aunque el espacio de tiempo que necesita Naciones Unidas para verificar los ataques hace que esto sea difícil de confirmar.

Estados Unidos anunció a comienzos de la semana pasada que se estaban enviando otras 600 tropas para ayudar con el ataque sobre Mosul. Cientos de asesores militares de Estados Unidos están ayudando a los iraquíes a establecer la base aérea de Qayyara como base logística de cara a su asalto a Mosul, donde llevarán a cabo su papel de apoyo en la operación.

Traducido por Cristina Armunia Berges

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