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El Mar Negro: la peligrosa ruta por la que están apostando los traficantes de personas

Fotografía del 2 de noviembre de 2015 de los chalecos salvavidas utilizados por los migrantes para cruzar el Mediterráneo.

Kit Gillet

Bucarest —

Una nueva y peligrosa ruta se abre en el Mar Negro para los refugiados que intentan llegar a Europa, una opción que los guardacostas rumanos señalan como más mortífera que las actuales vías por el Mediterráneo.

Hasta ahora Rumanía había permanecido ajena a los problemas que enfrentaban los países a su alrededor por la crisis humanitaria de millones de personas huyendo de los conflictos en Oriente Medio. Sin embargo, la actividad de los últimos días sugiere que sus aguas están siendo evaluadas por traficantes que buscan evitar el control exhaustivo de otras zonas.

El sábado, los guardacostas rumanos interceptaron un barco de pesca en el Mar Negro con 97 migrantes a bordo, 36 de ellos niños. La policía de fronteras comunicó que eran de nacionalidad iraní e iraquí, capturados cerca de la frontera marítima entre Rumanía y Bulgaria. La noche anterior, los guardacostas localizaron otro barco que iba en dirección a aguas rumanas. El barco de pesca, con alrededor de 120 personas a bordo, fue interceptado por la policía fronteriza y entregado a los guardacostas turcos.

El 3 de septiembre, un barco de pesca con 81 migrantes fue detenido mientras navegaba en dirección a la costa rumana del Mar Negro. Se cree que el barco había salido de la costa norte de Turquía. Los guardacostas también interceptaron otra embarcación con 68 migrantes en la costa rumana el 21 de agosto, y unos días más tarde, 150 refugiados sirios fueron encontrados subiéndose a un barco de pesca en Turquía con dirección a Rumanía. El 13 de agosto salvamento marítimo encontró 69 migrantes iraquíes en un barco hacia aguas rumanas.

Aunque puedan parecer cifras pequeñas en comparación con los cientos de miles que han cruzado de Turquía a Grecia, describen una situación que puede volverse relevante.

La ministra del interior rumana, Carmen Dan, se reunió con la policía de fronteras marítimas del Mar Negro la semana pasada. “Tratamos a los migrantes como a personas que necesitan ayuda, no como a criminales”, aseguró.

Una ruta más peligrosa aún que el Mediterráneo

Krzysztoz Borowski, portavoz de la agencia europea de protección de fronteras Frontex, explica que es pronto para tratar estos incidentes como un cambio en las tendencias, ya que se trata de un pequeño número de incidentes en un corto periodo de tiempo.

Aún así, dijo que Frontex cree que hay un intento de los traficantes en Turquía de reactivar la ruta del Mar Negro. “Ha sido utilizada en el pasado. En 2014 llegaron 430 personas a Rumanía y a Bulgaria por el Mar Negro. En 2015 fueron 68 personas. En 2016 una persona. Puede que sea un intento de reactivarla”, asegura Borowski.

Según el portavoz de Frontex, las condiciones meteorológicas del Mar Negro suelen ser peores que las del Mediterráneo, con vientos más fuertes. “Los migrantes están ante un mayor peligro, especialmente si son llevados en embarcaciones más pequeñas. Es un mar peligroso y difícil de cruzar”, añade.

Gabriela Leu, portavoz de ACNUR en Rumanía, dice que aunque es difícil llegar a una conclusión tras unos cuantos incidentes, “lo que está claro es que cuando las vías legales están cerradas, las personas que huyen de la guerra y la persecución toman medidas desesperadas para intentar ponerse a salvo”.

Leu añade que la agencia está muy preocupada por los refugiados y migrantes que se echan al mar en embarcaciones que no están preparadas para ello, especialmente por aquellos que confían su seguridad a traficantes de personas. “Las probabilidades de morir intentando llegar a Europa a través de las rutas de traficantes son inquietantemente altas”. 

Las autoridades rumanas han detenido a seis individuos hasta ahora sospechosos de trata de personas en relación con los incidentes: turcos, búlgaros, sirios, iraquíes y chipriotas.

Las rutas marítimas son extremadamente peligrosas. En total, 2.224 migrantes han muerto intentando cruzar el Mediterráneo entre enero y julio de 2017, según la Organización Internacional de Migraciones. La policía de frontera dice que nadie ha muerto intentando cruzar a Rumanía en los últimos años.

Un lugar de paso, no un destino final

Rumanía, que se encuentra fuera de la zona Schengen, ha esquivado hasta ahora la crisis de refugiados; pocos migrantes han tomado Rumanía como destino final y la mayoría han elegido rutas más transitadas hacia Europa occidental. A pesar de esto, el número de personas intentando cruzar la frontera terrestre rumana está subiendo.

Según datos de la policía de fronteras rumana, en los primeros siete meses de 2017, 2.800 personas fueron capturadas intentando cruzar de manera ilegal, contra las 1.624 registradas a lo largo de todo 2016. La mayoría, 1.370 personas, provenían de Irak, seguidos por 525 de Siria y 319 de Paquistán.

La capacidad de Rumanía para afrontar un aluvión de refugiados está en cuestión. Fue uno de los países que se resistió inicialmente en 2015 a marcar una cuota a nivel europeo para redistribuir refugiados entre los estados miembros. Sin embargo, acordó más tarde a aceptar alrededor de 4.200 solicitantes de asilo. A finales de agosto 727 personas fueron reubicadas en Rumanía, aunque hay indicios de que muchos decidieron no permanecer en el país debido a la escasez de oportunidades.

“No quieren venir a Rumanía para quedarse, solamente quieren entrar en la Unión Europea y después seguir adelante,” dijo Răzvan Samoilă, director ejecutivo de Arca, una ONG en Bucarest que ofrece asistencia a refugiados y migrantes. “Es igual que el proceso de reubicación”, dijo. “Hasta ahora de los cuatro grupos que han venido a Rumanía ninguno permanece en el país.”

Samoilă asegura que estos últimos incidentes en el Mar Negro son pruebas realizadas por los traficantes, aunque él cree que las condiciones meteorológicas y del mar están contra ellos. “No es como el Mediterráneo. En el Mar Negro no puedes prever lo que va a pasar en los próximos 20 minutos”, explica. “Estos migrantes que han tomado la ruta del Mar Negro han tenido que experimentar un viaje muy duro”.

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