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Análisis de los Sims 4, un juego como la vida misma

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Jaime Pérez

Ha llovido mucho desde que en el año 2000, apareciera un, por entonces desconocido juego que presumía de ofrecer una “simulación de vida” en el que controlar el destino de unos adorables alter-egos virtuales y gestionar su día a día en el ámbito personal, laboral y social. Desde entonces, Los Sims se han convertido en una de las series más exitosas jamás creadas, y también una de las más prolíficas con más de 40 expansiones repartidas entre los 3 primeros títulos que han llegado a abarcar casi cualquier faceta de la vida que se nos ocurra.

Ahora le llega el turno a Los Sims 4, la última entrega de la franquicia que aterriza con la intención de pulir y ampliar la experiencia ofrecida por sus antecesores gracias a una necesaria mejora visual, un lavado completo de interfaz, y todo un abanico de nuevas emociones e interacciones entre personajes.

Creando a los protagonistas

Creando a los protagonistasPero empecemos por el principio, porque no se puede hablar de Los Sims 4, sin dar la importancia que merece el proceso de creación de los que serán las principales estrellas de este particular simulador.

Antes de empezar a gestionar las vidas de nuestros Sims, tendremos que crear tanto su aspecto físico, como los rasgos principales de su personalidad, para ello, contaremos con un editor renovado con bastantes más posibilidades que en cualquier entrega anterior.

La principal virtud del editor de personajes no es la profundidad que ofrece el proceso de edición, si no lo accesible e intuitivo que resulta. Simplemente pinchando y arrastrando el puntero de nuestro ratón podremos dar forma a cualquier parte del cuerpo que se nos ocurra, lo que nos permite crear rasgos faciales al milímetro o añadir ese ancho adicional a los muslos para que se parezcan a los de la vida real. El editor de Los Sims 4 es ante todo, fácil de usar para los sorprendentes resultados finales que se pueden conseguir, ya sean realistas o dignos de un circo ambulante.

Como viene siendo habitual en la saga, el aspecto físico de nuestros Sims es sólo una parte, y no la más importante, porque serán sus rasgos de personalidad, sus habilidades y sus aspiraciones los que marcarán realmente la diferencia entre ellos una vez metidos en faena.

En esta fase podremos definir el comportamiento general de nuestro Sim, pudiendo convertirlos en unos guarros patológicos capaces de vivir rodeados de basura, o maniáticos de la limpieza a los que un simple par de tazas sucias encima de la mesa pueden provocarle altas dosis de ansiedad. Es sólo un ejemplo, porque el abanico de aspiraciones y rasgos, y sobre todo las combinaciones que se pueden dar en entre ellos, aseguran una variedad de gustos y comportamientos para convertir a un buen puñado de Sims en personas completamente diferentes. Friki de los videojuegos o amante del arte; introvertido y solitario, o deportista que no puede pasar un segundo sin entablar una conversación; familiar y hogareño, o promiscuo… las posibilidades son muchas, y la decisión que tomemos a la hora de establecer estas características afectarán a las preferencias de nuestro Sim y por ende, a su nivel de felicidad o frustración durante el juego.

Una de las novedades más interesantes de Los Sims 4 es su nuevo formato de “unidades domésticas” o dicho de otra forma, de familias o amigos compartiendo un mismo techo. En esta ocasión no estaremos ceñidos a una única familia a la que hacer progresar, al contrario, el juego invita a crear varias de estas unidades domésticas y gestionar sus vidas en paralelo, una faceta que resulta todo un acierto y una alegría para todos aquellos que aprecien la variedad. De esta forma podremos gestionar las vidas de nuestra familia modelo, y cuando nos apetezca, dejarla en manos de la IA y dedicarnos a controlar las vidas de nuestro grupo de Punks o de una adorable pareja de ancianos.

Dando forma a nuestro nuevo hogar

Dando forma a nuestro nuevo hogarSi la personalidad y comportamiento de nuestros Sims es la faceta protagonista en cualquier juego de la serie, sus pertenencias y propiedades, ocupan sin duda el segundo lugar en la lista, al fin y al cabo, para eso los ponemos a trabajar, para que sean unas personas de provecho, para que su casa sea cada vez más grande y sus muebles más exclusivos, y para que puedan disfrutar de aficiones cada vez más caras.

Los Sims 4 en este sentido permite fantasear de forma virtual con ese chalet que jamás nos compraremos en la vida real, o esa sala de juegos que nuestros cónyuges nunca nos dejarían construir.

El interfaz para crear nuestros hogares ha sido remodelado para permitirnos editar hasta el más mínimo detalle de la estructura y diseño de la propia vivienda, así como de cada pequeño elemento que introduzcamos en las habitaciones, desde el mobiliario, a los azulejos del baño, o la decoración de las paredes. De esta forma podremos crear un pequeño estudio para el lobo solitario de turno, o la mansión de 3 plantas más ostentosa y obscena del vecindario.

Como añadido adicional, podremos compartir online nuestros diseños con la comunidad o seleccionar los solares y edificaciones ajenos, una característica que confirma una vez más los resultados que se pueden conseguir si se cuenta con imaginación y presupuesto suficiente.

Un juego como la vida misma

Un juego como la vida mismaUna vez tenemos los cimientos de lo que será la nueva vida de nuestros Sims, tocará realizar el control y las gestiones necesarias para que evolucionen en la vida, es decir, cuidar sus relaciones personales, progresar en el trabajo y conseguir que sus aspiraciones se cumplan. Para ello, tendremos que tomar multitud de decisiones y anticiparnos en la medida de lo posible a sus necesidades para que vivan una vida plena y feliz. Eso sí, la libertad de acción que ofrece el juego también nos permite convertirlos en unos auténticos miserables, infelices con su propia existencia.

Como de costumbre, nuestros Sims suelen ser unos inconformistas, y continuamente tendrán necesidades que van desde aspectos tan básicos como vaciar su vejiga en mitad de la noche, a desahogarse con sus similares cuando tienen un problema. Aquí es donde realmente entra en juego la personalidad de cada uno de ellos, y si hemos creado una mente inquieta, tendremos que procurar ofrecerle distracciones como libros, un ordenador o una Tablet con los que saciar sus ansias de conocimiento, si por el contrario hemos creado una persona activa, tendremos que asegurarnos de que cuentan con equipamiento deportivo, o llevarlos que realicen sus sesiones periódicas de gimnasio.

Pero al igual que en la vida real, no todo es ocio y entretenimiento. Habrá multitud de momentos delicados donde tendremos que gestionar la situación de la mejor forma que las circunstancias nos permitan. Por ejemplo, mantener un buen nivel de descanso con un bebé llorando a todas horas, puede ser una labor titánica, de igual forma, tendremos que procurar ingresar suficiente para no dejar de pagar las facturas y que la compañía eléctrica nos corte la luz.

La principal virtud de Los Sims 4 es sin dudas el gusto por el detalle que hacen que las vidas de nuestros pequeños alter-egos resulten bastante creíbles. Nuestros Sims cocinarán los ingredientes del plato que hayamos decidido elaborar, podremos ver en las pantallas de sus PCs los juegos que hayamos seleccionado en cada momento, o incluso veremos cómo nuestra futura mamá embarazada de ocho meses anda inclinada hacia atrás para redistribuir el centro de gravedad de su cuerpo. Estamos ante un título que ha sido tratado con mucho cariño y con una auténtica pasión por ofrecer hasta el más mínimo detalle, algo que tiene especial mérito si tenemos en cuenta la gigantesca variedad de situaciones que se dan, y el enorme abanico de objetos con los que interactuar.

Pero no es oro todo lo que reluce…

Pero no es oro todo lo que reluce…Quien haya jugado a otros títulos de la saga, podrá deducir por lo comentado hasta ahora que esta cuarta entrega no difiere demasiado de todo lo visto hasta ahora, y no le falta razón, porque la principal pega que se le puede poner a Los Sims 4 es su excesivo continuismo y su falta de grandes novedades que revolucionen realmente la experiencia.

Maxis ha hecho un gran trabajo, de eso no cabe la menor duda, pero ha corrido muy pocos riesgos al plantear una fórmula casi idéntica a la de las ediciones anteriores. Es cierto que se incluyen nuevos elementos como la capacidad multitarea de nuestros Sims, su mayor abanico de reacciones y emociones o nuevas formas de interacción, pero la realidad es que en la práctica, todo ello acaba ofreciendo las mismas sensaciones que en cualquiera de sus predecesores.

A esto se suma el hecho de que la evolución gráfica respecto a los Sims 3, aunque apreciable, no muestra las mejoras visuales que cabría esperar tras todos estos años de espera. No es una gran pega, porque el juego cumple con su cometido, pero da la impresión de que su apartado técnico podría haber dado mucho más de sí.

También cabe mencionar que Los Sims 4 cuenta con más restricciones en cuanto a las dimensiones de este pequeño mundo virtual. El juego cuenta con dos grandes vecindarios organizados por barrios o zonas diferentes, pero no tendremos la misma libertad en los desplazamientos que en la tercera entrega y tendremos que sufrir pequeños tiempos de carga si nos queremos desplazar a un barrio diferente, o visitar una casa concreta en nuestra misma manzana. Probablemente se trate del precio a pagar por la nueva estructura de juego que nos permite gestionar diferentes unidades familiares, un precio que pagamos encantados, pero que puede resultar un tanto molesto.

Por último, Los Sims 4 cuenta con un buen número de elementos coleccionables, como ropa, mobiliario y objetos de todo tipo, pero no es ni de lejos tan amplio como esperábamos. Como punto de partida puede valer, pero nos tememos que a largo plazo se puede tornar bastante escaso, algo que de una forma u otra, vaticina una auténtica avalancha de contenido descargable adicional de pago durante al menos el próximo lustro.

Conclusiones

ConclusionesLos Sims 4 es en pocas palabras, un juego que proporcionará una incontable cantidad de horas de entretenimiento tanto a los fans de la serie como a los recién llegados. Ofrece una propuesta asequible que puede llegar a ser increíblemente profunda y placentera si se le dedica el tiempo suficiente.

Es cierto que finalmente no aporta tantas novedades como se esperaba, ni se libra de algunos defectos importantes, pero en líneas generales, sería injusto no calificarlo como un buen juego, sobre todo teniendo en cuenta el mimo con el que se han tratado muchos de los detalles que nos brindan nuestros Sims en sus vidas cotidianas.

Por último debemos hacer una pequeña recomendación sobre el juego, porque al igual que cualquiera de sus anteriores entregas, no se trata de un título para todos los perfiles de jugador. Si eres de los que disfrutan de un estilo de juego pausado, de un enfoque más de observador que de jugador activo y sobre todo, si sabes apreciar el gusto por el detalle, no tengas la más mínima duda que vas a pasar muy buenos ratos. Si por el contrario eres un jugador inquieto que le gusta ir al grano, puede que acabes tirándote de los pelos ante un planteamiento que requiere ante todo, altas dosis de paciencia para sobrellevar los pormenores del día a día, y es que Los Sims 4 es para bien o para mal, una recreación de la vida misma.

Lo mejor:

  • El cariño con el que han sido tratados casi todas las facetas del juego
  • Si tienes pasión por el detalle, este es tu juego
  • La posibilidad de gestionar varias familias en paralelo aporta una enorme variedad
  • La variedad de situaciones e interacciones es tan alta, que resulta imposible resumirlo con pocas palabras

Lo peor:

  • No cuenta con grandes innovaciones respecto a anteriores entregas
  • La cantidad de ropa, mobiliario y objetos es menor de lo que esperábamos, se avecina una avalancha de DLCs
  • Visualmente podría haber dado más de sí
  • Aunque cortos, hay muchos tiempos de carga cuando nos desplazamos a otro lugar
  • En ocasiones nuestros Sims hacen cosas tan raras como preparar una ensalada en la encimera del baño
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