Las riojanas entre 25 y 40 años son las que más recurren al bisturí
La cirugía y medicina estética son campos que año tras año van cogiendo fuerza. Cada vez más son las personas que deciden hacerse un retoque estético para mejorar su calidad de vida.
Más de 400.000 intervenciones al año en nuestro país. Según la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, España se sitúa a la cabeza del mercado europeo, y en quinta posición a nivel mundial tan sólo superada por Estados Unidos, Argentina, Brasil y México.
En La Rioja, al igual que el resto del Estado, más del 80% de las pacientes son mujeres aunque el número de hombres en nuestro país poco a poco va en aumento.
La edad en la que las riojanas deciden hacerse un retoque estético está comprendida entre los 25 y los 40 años.
El por qué de la tendencia al alza de las operaciones de cirugía estética no se puede generalizar, pero el factor social es importante. Unos cánones de belleza o la búsqueda de la perfección estética que la sociedad impulsa a tener. Cada caso es único.
Según la psicóloga del Centro adara de Logroño, Ana Angulo destaca la falta de autoestima, que influye directamente en la relación con los demás. “Si uno no está a gusto con su físico y si ha tenido malas experiencias con respecto a los demás por este motivo” puede crear también expectativas irreales ante una operación. “Si soluciono el problema físico o estético mejorarán mis relaciones, o no me dejará mi pareja”, estos son algunos de los pensamientos que llegan a tener algunas personas y que hay que desechar antes de una operación. “Por mucho que cambiemos nuestro cuerpo, nuestras relaciones con los demás no tienen por qué cambiar”.
Antes de tomar la decisión, “hay conocer bien los riesgos y beneficios de cualquier intervención y tener unas expectativas muy realistas de las implicaciones que puede tener”, afirma Angulo.
El principal problema en este campo es el escandaloso intrusismo, ya sea por médicos que no poseen la titulación requerida o por centros o personas que realizan retoques de medicina estética sin ser sanitarios.
Para evitar grandes males la Dra. García- Dihinx , cirujana miembro de la SECPRE, con más de 30 años de experiencia, nos da algunas claves.
Lo primero que debemos de tener en cuenta es el trato directo desde el primer momento con el médico que va a realizar nuestra intervención. Después, como pacientes “no deben tener ninguna vergüenza en pedir el título requerido para realizar la intervención”, “el título se tiene o no se tiene y el Dr. no tendrá ningún problema en mostrarlo”. Por lo tanto, se debe tener claro que hay que pedir el título de médico especialista, es decir, una titulación oficial, médico especialista en cirugía plástica reparadora y estética.
Titulación, experiencia y por supuesto que la clínica donde se vaya a realizar tenga todos los recursos necesarios indispensables.
“Nuestro campo quizás de todas las especialidades es el que más intrusismo tiene. En Logroño, como en el resto de España, hay mil clínicas estéticas, muchas lo que hacen es un cursillo y con eso ejercen. ”El título es el que otorga su majestad el Rey Don Juan Carlos I“. Existen clínicas donde los pacientes son atendidos por un comercial. La Dra. pone un ejemplo claro, ”cuando se va al traumatólogo no dejan que le atienda un comercial de traumatología“, no es entendible que las pacientes que van a una clínica de este estilo sean atendidos por un comercial, ”hay que abrir los ojos“.
La crisis a pesar del 'boom' imparable de la cirugía está afectando a un determinado tipo de clínicas que trabajan bajo la filosofía del crédito, tan escaso en estos tiempos. Los médicos no titulados también se ven afectados ya que no tienen tanta capacidad de competencia.
En la capital riojana, de forma homóloga al resto de las ciudades y comunidades, “la 'vedette' es la cirugía de mamas en todas sus versiones, aunque la reina es el aumento de mama que además cubre un espectro de edades muy amplio, de 20 a 50 años. Más de 50.000 operaciones al año son realizadas en nuestro país. Tras el aumento mamario, la liposucción, aunque ha visto disminuida su demanda ya que en estos momentos hay técnicas menos cruentas aunque no son tan efectivas.
La novedad, 'Macrolane'. Una técnica para aumentar el volumen de diferentes zonas del cuerpo sin cirugía. El macrolane está compuesto de ácido hianurónico, el más fiable y purificado del mercado, el Q-MED. La intervención se realiza en el quirófano por seguridad y con anestesia local. La duración es de unos 20 minutos aproximadamente donde se inyectará este gel detrás de la glándula, por lo tanto no se mezcla ni interfiere en las actividades glandulares. El inconveniente es que es una técnica temporal ya que esta sustancia se reabsorbe en nuestro organismo, desapareciendo a los dos años aproximadamente.
El resultado es un pecho más bonito y sin cirugía, pero no todas las personas son aptas. Éstas deben tener una morfología atlética, delgadas y con una buena estructura del pecho. Otra de las particularidades es que sólo puede inyectarse hasta 130 ml. en cada mama. Hay que tener en cuenta que esta técnica sólo pueden realizarla médicos que hayan hecho el curso de especialización en los laboratorios que elaboran esta novedosa sustancia. “Una solución sencilla y resultados, cosméticamente hablando, extraordinarios”, afirma la Dra. García- Dihix.
Además, el precio se reduce al minimizar los costes, aunque para seguir disfrutando de sus beneficios hay que realizar “recordatorios” anualmente ya que el volumen del pecho se irá perdiendo paulatinamente .
Si hablamos de operaciones de aumento de mama hay que tener en cuenta el tipo de prótesis. Según la Dra., la tendencia son prótesis de alto grado de cohesividad anatómicas. La prótesis dura más y es más segura cuanto más cohesiva es su molécula, lo que evita que se pliegue, por lo tanto no se rompe tan fácilmente. Además, la prótesis anatómica (de gota) es mucho más natural. Esta técnica es más arriesgada en la práxis, “no perdona errores”, hay muchos tipos y hay que saber elegir bien, es como “un traje a medida”. Si este tipo de prótesis no la coloca un médico experimentado y con la formación necesaria puede ocasionar “un desastre mayúsculo”. Un cirujano “intruso” no se arriesgaría a poner una prótesis de este estilo, afirma la Dra. García- Dihinx.
Entre un un 10 y un 15% de las riojanas repite tras la experiencia positiva de una primera intervención. Hay casos en los que “empezó de joven con 'lipo', tras los hijos se decidió por prótesis mamarias y ha seguido con tratamientos de rejuvenecimiento”, el porcentaje no es escaso, es un número importante.
Muchas son las menores que quieren operarse, pero ¿es bueno que un menor se realice una operación de cirugía estética? La Dra. lo tiene claro, “la menor es menor para todo, biológica y mentalmente”, para una rinoplastia por ejemplo la nariz no está madura, igual que en otros casos como liposucción, etc...“ García- Dihinx no aconseja la cirugía en menores por inmadurez psicológica, sólo la cirugía de orejas es recomendable para evitar problemas en el ámbito escolar, es la excepción”.
Según Ana Angulo, “es indispensable tener un grado de madurez emocional y física, por lo que en muchas ocasiones es necesario hacer una buena evaluación de las características psíquicas de la persona para saber si los motivos son los adecuados y no hay trastorno de base que influya”. Estas evaluaciones, hechas preferiblemente por centros independientes, son aún más necesarias en el caso de menores adolescentes, por el momento evolutivo por el que pasan, de esta manera se podrá tomar la decisión correcta.
La época de mayor demanda en estas intervenciones va de febrero a junio. Son meses en los que se toma conciencia de que llega el verano, aunque en general son cirugías más recomendables en invierno, ya que se trata de 'cirugía de vendaje'. “Para una liposucción hay que llevar faja, al igual que una rinoplastia”, por eso hasta el mes de marzo es el mejor momento, para ocultar los vendajes y tener la suficiente antelación a la época estival para que los elementos cicatrizantes estén maduros.
Si se decide pasar por quirófano para “arreglar” ese pequeño defecto que no podemos dejar a un lado, hay que tener claro cómo debe ser ese proceso: Lo primero que el Dr. o Dra. debe pedirnos es la historia clínica para valorar el riesgo quirúrgico y anestésico, luego un estudio completo preoperatorio (analítica, punción cardíaca, respiratoria...) y si todo está correcto hay que planificarlo en una clínica que tenga posibilidad de consultar con otros especialistas, donde haya UCI y banco de sangre, ambos muy importantes, y rodearse de un buen anestesista especialista en cirugía estética.
Con todos estos datos, eliminamos futuros problemas mayores y aumentamos el porcentaje de satisfacción con el resultado de la cirugía.
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