Por los que no están
Las flores y los recuerdos protagonizan el Día de Todos los Santos. Desde primera hora de la mañana, los cementerios se convertían en ruta de peregrinaje de los ciudadanos que acudían a las tumbas de sus seres queridos para mostrarles su cariño y su recuerdo.
El Mercado de las Flores, que este año ha cambiado de ubicación para situarse en la Plaza Joaquín Elizalde, permance abierto durante toda la jornada, hasta las nueve de la noche, para aquellos que quieran llevar ramos a los suyos.
A medida que avanza la jornada, el cementerio de Logroño, al igual que los de otros municipios, se iba llenando de ciudadanos que recorrían unas hileras de tumbas y nichos que se iban adornando.
Rescatar la historia y el valor arquitectónico y escultórico del cementerio logroñés es, precisamente, el objetivo que tiene el Ayuntamiento con la edición de un próximo libro que recorrerá la historia de este enclave, desde su creación en 1832.
0