La reparación del talud que se desprendió en Arnedillo comenzará en la primavera de 2026 y se invertirán 3,4 millones
El Gobierno de La Rioja licitará en enero las obras de reparación del talud de la carretera LR-115 en Arnedillo por un importe de 3,4 millones de euros. El consejero de Política Local, Infraestructuras y Lucha contra la Despoblación, Daniel Osés, acompañado de la directora general de Infraestructuras, Gema Álvarez, del alcalde de Arnedillo, Pedro Montalvo, y de la geóloga del Gobierno de La Rioja, Laura Moreno, ha presentado en Arnedillo, el proyecto definitivo de las obras de estabilización del talud de la carretera autonómica LR-115 que será licitado el próximo mes de enero por un presupuesto de 3.402.248,20 euros. El pasado 25 de marzo, la LR-115 tuvo que cortarse en ambos sentidos por un desprendimiento en el punto kilométrico 13,700 en el término municipal de Arnedillo.
Esta inversión, unida a los 576.995,29 euros invertidos en la construcción del desvío alternativo, suman casi 4 millones. El Ejecutivo regional prevé que los trabajos, que cuentan con un plazo de ejecución de 10 meses, puedan comenzar en la primavera del 2026. El objetivo es lograr una solución a largo plazo para garantizar la seguridad de los usuarios tanto de la vía verde del Cidacos como de la carretera frente a futuros desprendimientos, evitando nuevos cortes temporales de la carretera.
“Inicialmente hicimos una actuación en tiempo récord para proveer de un desvío alternativo entre el puente metálico y el entorno de la ermita de Santiago, que desde Semana Santa ya está en servicio, y de lo que se trata ahora es de dar el paso definitivo, para poder garantizar la seguridad vial y poder reabrir al tráfico”, ha señalado el consejero. Asimismo, ha afirmado que esta es una actuación “esperada e importante para todos los vecinos del Alto Cidacos que se va a intentar ejecutar con toda la agilidad posible para que sea una realidad cuanto antes”.
Por su parte, el alcalde ha agradecido al Gobierno de La Rioja “el esfuerzo que ha puesto desde el primer día en este proyecto, porque lo cierto es que fue un desprendimiento de una magnitud increíble, con lo cual se ha llevado un estudio muy exhaustivo y, sobre todo, algo de lo que estamos orgullosos, es de que sea una actuación a futuro”.
La solución, que ha sido proyectada por la empresa especializada Consultoría de Geología y Geotecnia S.L., consiste en la ejecución de un muro de contención de hormigón armado, de 168,29 metros de largo y 10 metros de altura, y de una playa de arena en el trasdós del muro como colchón disipador de energía del material en movimiento, que actuará como lecho de frenado de las piedras que se desprendan.
A la longitud del muro hay que añadir unas aletas de cierre de 13,5 metros y altura variable para contener los derrames del material de relleno del trasdós del muro. La geometría del mismo consiste en una zapata de 6,6 metros de anchura y 1,5 metros de altura, y un alzado con anchuras variables, siendo los 4 metros primeros de 1,10 metros de espesor, los 3 metros siguientes de 0,80 metros de espesor y los últimos 3 metros de 0,35 metros de anchura.
La ubicación en planta del muro se ha calculado para contener el cien por cien de las rocas que puedan desprenderse, así como para minimizar la excavación de la cimentación necesaria a ejecutar para su construcción. Además, se ha previsto un drenaje para recoger el agua que se filtre por el trasdós.
El trasdós se rellenará con el material procedente de las excavaciones y desmontes realizados en las obras, así como de las rocas y tierras procedente de la retirada de material desprendido por el talud y acopiado, así como del extraído de la propia excavación de la zapata. Para la ejecución del muro se excavarán en torno a los 8.900 m3 de superficie y para el relleno del trasdós se emplearán 7.850 m3 de tierras y 9.880 m3 de arena para formar el lecho amortiguador.
Se repondrán 238 metros de vía verde
La ejecución del muro de contención y su correspondiente relleno del trasdós ocupará el actual trazado de la vía verde del Cidacos, que también se ha visto afectada por el desprendimiento.
A este respecto, se ha proyectado variar sensiblemente su trazado, ocupando parte de la actual cuneta y carril derecho actual de la carretera, para proteger a los usuarios de la vía verde mediante el muro de contención. La longitud total a reponer de la vía verde es de 238 metros, en los que se incluye la conexión con los tramos adyacentes existentes.
Como consecuencia de la necesidad de ubicar la vía verde junto a la calzada, será necesario ampliar la calzada mediante un retranqueo hacia su margen izquierda, ocupando parte del talud existente en una longitud de 228,74 metros, desde el kilómetro 13,595 (salida del puente sobre el río Cidacos) hasta el kilómetro 13,823.
La nueva sección transversal de la calzada se proyecta con una anchura total de 6,8 metros, que se distribuye en dos carriles de 3,10 metros y arcenes de 0,30 metros, a lo que hay que añadir en la margen derecha una cuneta de seguridad de 1 metro de anchura y una berma de 0,50 metros en la margen izquierda.
En la zona de ampliación de la calzada se extenderá un nuevo firme consistente en 40 centímetros de zahorra artificial, riego de imprimación, 9 centímetros de capa de base, riego de adherencia, 6 centímetros de capa intermedia, riego de adherencia y 5 centímetros de capa de rodadura.
Por su parte, en la calzada actual se fresarán las zonas dañadas por el desprendimiento y en las zonas que tengan un bombeo distinto al proyectado se extenderá una capa intermedia de regularización de 4 centímetros.
En cuanto al pavimento del nuevo tramo de la vía verde, se proyecta continuar la capa de rodadura de la calzada con un espesor de 5 centímetros sobre una capa de 20 centímetros de zahorra artificial compactada.
Barrera ‘new jersey’ para separar el tráfico rodado y peatonal
La actuación incluye la renovación de la señalización horizontal, vertical y los elementos de balizamiento, así como la instalación de una barrera rígida de hormigón de tipo new jersey entre la vía verde y la carretera para proteger a los viandantes.
Además, se prevé instalar una cuneta de seguridad revestida de hormigón, de 120 metros de longitud adosada al carril derecho de la calzada, que recoja el agua de la calzada y la vía verde. Por último, se ejecutará una escollera de sostenimiento a lo largo del talud de la margen izquierda para conseguir la ampliación de la plataforma del tramo de carretera retranqueada.
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