El desvío obligatorio de camiones de la N-232 a la AP-68 no gusta a los transportistas, que a los altos gastos que tienen que asumir en las áreas de servicio de la autopista, tienen que sumar ahora la inseguridad existente. Los camioneros han denunciado la existencia de bandas que se aprovechan de la situación y están robando gasoil.

“No nos encontramos seguros en las áreas de descanso”, explica el camionero Carmelo San Emeterio. “Muchos de nosotros llevamos material de gran valor dentro del camión y no podemos arriesgarnos a dormir en un sitio no seguro donde nos pueden robar a la mínima, de hecho a mí me han robado gasoil en lo que va de mes en la autopista”, comenta otro transportista de la Plataforma de Afectados por el Desvío Obligatorio de la N-232 a la AP-68, Rafael Tello.

“Nos obligan a vivir como animales”

Lo cierto es que las áreas de servicio en la autopista brillan por su ausencia. Sólo hay un área de 24 horas en Logroño, pero con “precios estratosféricos”, lamenta San Emeterio, y sin espacio suficiente para camiones: “Sólo caben 20 o 25”. En el resto de áreas de descanso de la autopista ocurre lo mismo: “no te puedes parar a nada, un bocadillo vale 8 euros y estás estorbando. La gente paga en una autopista para ir cómodamente. Todo está pensado para el turista, no en el trabajador”, afirma Tello.

“No hay servicios para comer, para ducharte, para vivir como una persona. Nos obligan a llevar bocadillos de casa y a vivir como animales”, dice San Emeterio. Además, no pueden descansar en las áreas porque “constantemente están pasando vehículos”.

Poder salir a la N-232

Los transportistas insisten en que la solución sería poder salir a la N-232. Tienen claro que quieren ir por la autopista, pero poder salir a la nacional para tener acceso a los servicios. Algunos de ellos ya lo hacen y se salen a dormir en las áreas de descanso de la nacional, para estar vigilados y poder comer y ducharse.

Así, por ejemplo, proponen que para ir a San Asensio podrían poder salir en Cenicero y volver en Haro. “Sólo son 8 o 9 kilómetros en la nacional”, explica Tello.

Una denuncia que se añade a las quejas de los hosteleros de la N-232, que aseguran que la decisión de desviar los camiones a la AP-68 puede llevar a la ruina a muchas familias y negocios. Están en juego, aseguran, 400 puestos de trabajo.