Los que sufren fiestas ilegales en los pisos turísticos de Madrid: "Vienen hasta con bola de discoteca" Antonio Pérez

A inicios del siglo XX se empezó a extender el cuplé en las grandes ciudades españolas. "Chanteuses", "Cocottes", golosas, faranduleras, seripantas y señoritas frívolas, y un tanto desvergonzadas, empezaron a cantar canciones atrevidas, ligeras, algo groseras y picarescas como "La pulga", "La llave", "La gatita blanca"... y las revistas empezaron a recoger noticias de este nuevo movimiento escénico y musical, procedente de Francia, que comenzó a representarse en cafés, teatros, cabarets, locales clandestinos, otros escenarios e incluso el género se incorporó a alguna zarzuela como "La Corte del Faraón" (1910).
"Yo soy la revista del género francés
la que os ha traído bailes y cuplés
tengo, según dicen muy mala intención
y me extralimito cuando hay ocasión"
(La eterna revista-Ramón Asensio Más y Jacinto Capella)
Algunas de estas cantantes triunfaron y se convirtieron en míticas como La Bella Dorita, La Chelito, La Fornarina, Tina de Jarque, La Yankee, La Goya o Raquel Meller.
Cupletistas de Malasaña
A la par de este estilo musical, en estos años, se instalaron en el barrio de Malasaña chicas jóvenes llegadas a Madrid en busca de trabajo, que lo intentaron con el cuplé y tuvieron el sueño efímero de ser estrellas. Aquí va una lista de ellas y sus curiosas definiciones en los anuncios de periódicos de la época:
"Las cupletistas fueron, en cierto modo, prefeministas: se enfrentaron a censuras y a las costumbres de una sociedad muy hipócrita; desde luego eran más cachondas que la mayoría que cantaban copla' [...] Hoy las hemos olvidado, pero esas mujeres, como luego las estrellas de Hollywood enseñaron a llorar, a besar, a desear y a amar a varias generaciones" (Miguel Moreta-Lara).
Para saber más:
Gatos Curiosos es un blog de Somos Malasaña escrito por la asociación de guías turísticos Carpetania Madrid. Si quieres disfrutar de sus paseos, búscalos en su página web y reserva plaza.