Cuídate de los profetas
Lunes, 30 de marzo.
¿Saben aquel que diu desde atrás al conductor del autobús aquello de -te la vas a pegar, te la vas a pegar- hasta que se estrella contra una tapia? ¿Recuerdan la reacción del chófer? Me joden los profetas. Pues eso.
Alguien ha ideado en estos tristes días ¿se dice meme o memez? el título de Capitán Aposteriori. Los que siempre tienen razón a toro pasado. A toro por pasar cualquier burladero les resulta bueno. No podemos hacer nada con esta gente. Si acaso reírse un poco de ellos en la intimidad. En público cultivar la rosa blanca también para ellos. En el fondo son entrañables.
Recuperar a los clásicos. Una buena estrategia, además, ahora que vuelven los fríos de antaño. ¿Qué leen ustedes aparte de las memeces, aquí sí, del WhatsApp? No resulta fácil, lo sé. Estamos arrastrados por la actualidad, por lo que dicen los medios que es la actualidad. Por el debate del día. Por la polémica de la semana. O por la ocurrencia del payaso de moda, sea Trump, Bolsonaro o el holandés errante o herrado. Ayer un sabio, uno de los pocos que en este país tienen concedido el título en propiedad, don Emilio Lledó, recomendaba una y otra vez El Quijote. Es un buen principio. Yo les sugiero a Marco Aurelio. Se van a divertir con su agudeza y su sencillez. Es la quintaesencia, nunca sé si va junto o separado, de la sabiduría y de la madurez. De la madurez tan necesaria en estos tiempos en los que estamos en riesgo de perder lo más valioso de nuestra sociedad. La gente mayor.
La novedad de la semana es que al encierro doméstico se van a incorporar albañiles, metalúrgicos y el resto de la menguante clase obrera. Bienvenidos a casa. A la vuestra, claro.
Vais a saber lo que es bueno. Para una vez que habíais alcanzado el paraíso de ocupar las calles en exclusiva y en libertad, el gobierno socialista va y os encierra. Sólo van a quedar en los campos los aceituneros altivos. Y en las calles los dignos perritos de correa.
A cuidarse.
Ángel
Posdata. El sábado en la lista de agradecimientos se me olvidaron algunos colectivos. Amables lectores me lo recordaron. Farmacéuticos. Servicios funerarios. Y los profesionales de las redes informáticas, de los servicios de comunicación, de las administraciones públicas, etc. Perdón por el olvido.
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