Cientos de afectados por el repentino cierre de Bikram Yoga Barquillo
Uno de los centros de referencia para la práctica de Bikram Yoga en todo Madrid cerraba el viernes sus puertas de manera definitiva y sin avisar. Tras más de nueve años abiertos en la calle Barquillo número 38, más de un centenar de vecinos y trabajadores de Chueca que estaban matriculados se han quedado de la noche a la mañana sin clases y sin dinero.
Los usuarios que el viernes se acercaron a sus instalaciones para practicar Bikram Yoga se encontraron con una amarga sorpresa: un cartel que les avisaba del cierre del centro y de la transferencia de las clases que tuvieran pendientes a otro centro lejos del barrio, en Chamberí.
Confiados en poder aclarar dudas en el teléfono y el correo electrónico que facilitaba la dirección, o en poder hablar personalmente con alguien, los usuarios se han encontrado en cambio con el más absoluto de los silencios.
Nada les podía hacer sospechar esta situación el martes 25 de noviembre, cuando la página oficial de Bikram Yoga Barquillo compartía los horarios de las clases para esa semana, que incluía también el viernes 30 de noviembre y el sábado 1 y el domingo 2 de diciembre.
Casi de manera simultánea al cartel de papel en la puerta del centro, se anunciaba públicamente el final de Bikram Yoga Barquillo desde sus redes sociales (hoy eliminadas), alegando motivos estrictamente económicos: la venta del local a unos nuevos propietarios que les pedían unas nuevas condiciones en el alquiler que, según ellos, “triplican la cantidad actual”, era lo que les habría obligado a cerrar.
Asimismo, explicaban que las personas que aún tuvieran algún tipo de bono pendiente serían transferidos a otro centro no especializado en Bikram Yoga, el Californian Hot-Yoga (C/ Fernando el Católico, 23 ), donde podrán continuar con sus clases, con previa reserva, a partir del 10 de diciembre.
Una solución que los afectados, cerca de 200 usuarias y usuarios, no han recibido de manera positiva. Consideran que Bikram Yoga Barquillo debería devolverles el dinero por las clases no disfrutadas y acusan a su directora de no dar la cara y de querer estafarles al remitirles a un centro que no tiene certificación Bikram Yoga y con unas condiciones diferentes a las que contrataron.
Dado lo elevado de algunas cantidades (los bonos van desde los 78€ por cinco clases al mes hasta anuales con clases ilimitadas de 999€ que se han estado vendiendo hasta el último momento), el alumnado se está movilizando para emprender acciones legales conjuntas.
Pero, más allá de la cuestión económica, también les preocupa la posible transferencia de sus datos personales a otro centro de yoga sin su autorización, tal y como exige la legislación española.
Un año de falta de mantenimiento
Aunque el cierre les ha pillado por sorpresa, los usuarios del centro sí que han sido testigos de su paulatino ocaso. Desde hace aproximadamente un año las faltas de mantenimiento y deterioro de las instalaciones y la higiene eran evidentes.
Además de malos olores y falta de limpieza en los vestuarios, muchas veces las condiciones para la práctica del Bikram Yoga (que se realiza a 40ºC con 40% de humedad) no eran las adecuadas porque faltaba calor.
Cansados de la dejadez del equipo directivo, algunos usuarios incluso decidieron presentar reclamaciones formalmente en Consumo por estos motivos, que aún están pendientes de resolver.
0