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El desgaste y el poco agarre de las ruedas macizas de Bicimad inquietan a sus usuarios después de varios accidentes

Imagen de un neumático de Bicimad de una bicicleta "en muy malas condiciones" y de una usuaria después de sufrir una caída en una de estas bicis.

Guillermo Hormigo

Madrid —

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Magulladuras, fotos con ropa mojada, quejas y muchas imágenes de ruedas desgastadas. Es la tónica habitual de muchos usuarios de Bicimad, según denuncian en redes sociales. “Yo tengo fractura en la tibia y esguince de cadera por la misma razón, bicicletas en muy malas condiciones”, llega a denunciar una afectada en X. Los testimonios, orales o visuales, han puesto sobre la mesa el debate sobre el formato de rueda escogido por el Ayuntamiento que dirige José Luis Martínez-Almeida para los aparatos, así como su posible desgaste.

Una de las víctimas de estas pérdidas de control de los aparatos es Christian, que lo ha sufrido “cuando el pavimento está mojado” después de la llegada de los nuevos modelos a principios de 2023. Aunque siempre sin consecuencias, ha estado a punto de irse al suelo con su Bicimad hasta en tres ocasiones porque “la rueda trasera resbala tanto que empiezas a dar tumbos sin darte cuenta”. Achaca los problemas a “la poca calidad de los neumáticos”. Otros ciudadanos, sin embargo, se fijan más en su tipología.

Guillermo, que no solo es aficionado al ciclismo sino que regenta una tienda de bicicletas en la capital, relata a Somos Madrid el accidente que presenció hace solo unos días en la calle Ramírez de Prado, cerca de la plaza del Amanecer de Méndez Álvaro: “El suelo estaba mojado porque había pasado un camión barredor de limpieza. En una curva, un chaval que iba con una Bicimad se fue al suelo y se lesionó un pie. Me di cuenta de que la rueda no tenía nada de dibujo, un elemento que la protege y que desaparece al desgastarse el neumático. Este neumático además era macizo, que es muy rígido y no tiene nada de agarre”.

Miguel de Andrés, responsable de ciclismo urbano de la Asociación Pedalibre, asegura a este periódico que “las ruedas con el dibujo desgastado suponen un problema importante de seguridad, ya que se suma al que ya tienen de por sí las ruedas macizas”. Admite “las ventajas de este tipo de ruedas, sobre todo el menor coste de mantenimiento y la ausencia total de pinchazos”, pero las contrapone a “un grave inconveniente: al ser macizas, les cuesta adaptarse al terreno y tienden a reducir agarre”. “La ausencia de dibujo o un dibujo desgastado vienen a agravar este problema, sobre todo, cuando el terreno está mojado”, concluye.

Existen maneras de pasar por un charco de chinchetas llevando ruedas de aire sin pinchar, aunque sean más complejas y menos económicas. Hay neumáticos que llevan una capa de protección interna, o una gomaespuma para evitar que el clavo la alcance

Para Guillermo, “las ruedas macizas tienen de bueno que no pinchan, pero tienen de malo todo lo demás, te lo digo yo que los vendo”. Lo explica así: “Ante un golpe, esta clase de neumático es mucho más duro y no puede absorber el impacto como lo haría uno de aire, mucho más flexible, que no habría resultado en que la rueda se salga y el ciclista pierda el control”. Reconoce que es “supercomplicado” decidirse por un modelo de neumático para Bicimad, ya que la ventaja de evitar los pinchazos “es muy importante en una ciudad como Madrid que está llena de cristales”.

En su opinión, la solución idílica sería apostar por neumáticos de aire si al mismo tiempo se mejora la recogida de los residuos y desperdicios de vidrio que acaban en la calle. “De todos modos, si tuviera que elegir un sistema para no pinchar, probaría con otro que no sea el de las ruedas macizas”, apostilla. “Existen maneras de pasar por un charco de chinchetas llevando ruedas de aire sin pinchar, aunque sean más complejas y menos económicas. Hay neumáticos que llevan una capa de protección interna, o una gomaespuma que se meten entre el neumático y la cámara de aire para evitar que el clavo la alcance”, dice Guillermo, que no destaca pero tampoco descarta la incidencia del desgaste en estos accidentes porque “el dibujo sirve para algo, pero en ruedas macizas no sé hasta qué punto”.

Las quejas pasan del deterioro a un material que el Ayuntamiento defiende

En la Comisión de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del pasado 11 de marzo, el concejal socialista en el Ayuntamiento de Madrid Ignacio Benito ya trasladó la cuestión sobre el mantenimiento de Bicimad al Ejecutivo de Almeida y el área que dirige Borja Carabante: “La falta de personal está provocando un deterioro enorme del estado de las bicicletas. Tardan mucho en detectar averías y desgastes y en retirar las que no están en buen uso y siguen circulando en mal estado. Sobre todo se puede ver en las cubiertas sin dibujo de las bicis, algo que pone en riesgo la seguridad de los usuarios. Se puede decir que la mitad de las bicis no son aptas porque no tienen huella. Y con lluvia aún es más peligroso”.

El colectivo En Bici Por Madrid comenzó alertando del desgaste de los dibujos, aunque luego ha matizado en la red social X la que consideran principal razón detrás de los accidentes: la naturaleza maciza de las ruedas. Desde su punto de vista, “son menos flexibles y por tanto tienen menos superficie de agarre”. “Una bici de rueda maciza, según se gasta, ofrece siempre el mismo material rugoso. Su adherencia no depende del dibujo mientras rodemos en asfalto, ya que el asfalto ya tiene dibujo suficiente para evacuar agua. El problema se da en suelos sin dibujo mojados: rejillas metálicas o pinturas lisas (los motoristas conocen bien el problema). En estos caso las ruedas macizas resbalan más que las que tienen cámara de aire”, argumentan.

Desde el área de Medio Ambiente, Movilidad y Urbanismo, en declaraciones a este medio, justifican el tipo de goma escogido: “Bicimad, como otros grandes sistemas de bicicleta pública, utiliza ruedas macizas (no es un conjunto de cámara-neumático). Su comportamiento ante el desgaste es diferente y el proveedor ha comprobado y certifica que mantiene sus propiedades a pesar de la pérdida del dibujo, es decir, que no implica una pérdida de adherencia. La rueda está plenamente operativa y no tiene problemas ni de agarre, ni de conducción ni de seguridad. Los neumáticos cuentan con certificados sobre la seguridad del producto, garantías de uso y durabilidad y han pasado test de estrés máximo en laboratorio”.

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