Cuando la lucha vecinal modificó el Barceló que estamos a punto de heredar
Ahora que la zona de Barceló bulle a medida que se acerca la fecha de inauguración del centro polivalente en el que se instalará el nuevo mercado, ahora que la plataforma Vecinos Haciendo Jardines tiene abierto un proceso de consulta sobre qué tipo de plaza deseamos que surja en los Jardines del Arquitecto Ribera después de que las estructuras temporales que los ocupan desaparezcan tras la reubicación de los comerciantes de Barceló en su nuevo edificio, ahora que el Ayuntamiento pone a la venta -sin perder tiempo y para uso comercial- la parcela municipal que se encuentra entre las calles San Mateo y Beneficencia, sobre la que desde 2009 hay un parque infantil, provisional y sustitutorio; ahora vamos a hablar de historia, de una reciente de no hace más de seis años, de 'Salvad el Cole', una pequeña lucha vecinal que cambió el que es el proyecto estrella de la legislatura del actual equipo de Gobierno.
La manzana de Barceló que estamos a punto de conocer sería muy distinta de no haber sido porque hubo un día en el que el AMPA del colegio público Isabel la Católica le dijo al hoy ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, que no quería que el por aquel entonces todopoderoso alcalde de Madrid adosara un enorme edificio de siete plantas y pisos de lujo a su escuela, y que no quería que los niños del citado centro y los vecinos de los barrios de Universidad y Justicia se quedaran sin la pista pública deportiva sobre la que Gallardón había planificado levantar la mencionada mole de ladrillo.
El 18 de diciembre del año 2007 el Ayuntamiento anunció cómo iba a ser el proyecto de remodelación del entorno de Barceló, obra adjudicada a los arquitectos Nieto y Sobejano. En el comunicado,casi de tapadillo, se podía leer lo siguiente: “El programa residencial se resuelve mediante un bloque lineal adosado a la medianería con el Colegio Público Isabel la Católica”.
El bloque lineal al que se hacía referencia era en realidad un edificio de siete plantas de altura, destinado a albergar pisos de lujo y con cuya venta se pensaba sufragar parte del coste total de la transformación de la zona. Ese mismo comunicado obviaba también el hecho de que los pisos se construirían sobre la pista deportiva municipal que había en la zona, una pista que en horario escolar era utilizada por los alumnos del Isabel la Católica y que fuera de esas horas quedaba abierta al vecindario.
Cuando el AMPA del colegio fue consciente de los planes municipales, creó la plataforma 'Salvad el Cole' y lanzó una efectiva campaña de comunicación basada en un único mensaje: “Gallardón quiere quitar el patio a los niños para construir pisos de lujo”. Argumentaba que, además de perder las canchas de fútbol y baloncesto, que venían disfrutando desde hacía décadas, las aulas del centro educativo quedarían sin luz natural, tapiadas por el hormigón del nuevo edificio.
Los medios informativos pusieron el foco en la protesta -concentraciones semanales a la puerta del colegio, una campaña de recogida de firmas, pancartas, camisetas y hasta una manifestación-, que tuvo en la prensa escrita y en la televisión a sus mejores aliados.
Finalmente, el AMPA del Isabel la Católica, que contaba también con el apoyo del profesorado del colegio, de la asociación de vecinos ACIBU y con el de la Federación de Asociaciones Vecinales de Madrid, obtuvo una victoria a medias: el Consistorio renunció a su idea inicial de edificar un edificio de viviendas, pero se negó a indultar la pista deportiva y contratacó con un movimiento de fichas que inutilizó el argumento mediático de 'Salvad el Cole'; en lugar de pisos ofreció colocar sobre el espacio deportivo una biblioteca pública. Gallardón ya no iba a quitar la pista deportiva para hacer casas, sino para hacer una biblioteca, que no dejaría sin luz a las aulas escolares y que estaría conectada directamente con el colegio. Esa biblioteca, a día de hoy aún sin inaugurar, se iba a construir de todas formas, en las vecinas Escuelas Pías de San Antón.
Entre los integrantes de 'Salvad el Cole' hubo división de opiniones. Había quien quería continuar la lucha para tratar de salvar la pista deportiva, pero otros muchos se dieron por satisfechos y no deseaban ir más allá. El Ayuntamiento argumentó que el futuro centro polivalente de Barceló contaría con canchas deportivas y que por esa razón el barrio no iba a perder espacio para hacer deporte.
En cualquier caso, la plataforma 'Salvad el Cole' logró transformar un proyecto que está a punto de adquirir su forma definitiva. La lucha vecinal modificó el Barceló que vamos a heredar.
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