Frágil: “Trabajamos por la despenalización de la pintura urbana autónoma”
Frágil es el sobrenombre con el que firma uno de los artistas cuyas obras están muy presentes en las calles de Malasaña. Entre sus más recientes intervenciones figura el 'paste up' (poster pegado) situado en las contraventanas del local de la calle de La Palma que mostramos en la fotografía superior. Con él hemos hablado sobre su trabajo y sobre arte urbano en general.
- ¿Desde cuándo te dedicas a esto?
- Me dedico a la intervención urbana desde hace ya unos años, asumiendo para ello diferentes identidades. Mi principal interés es polemizar sobre lo medios de control de masas a través de
intervenciones e imágenes iconoclastas y conceptuales de alto contraste, generar cierta posición crítica mas allá del hecho de intervenir ilegalmente. Me interesan también otro tipo de intervenciones urbanas autónomas que podríamos definir como 'sui generis', como la 'guerrilla gardening' o las construcciones improvisadas de los 'sintecho', pintadas infantiles, etc.
-Las galerías de arte han comenzado a fijarse en los artistas que se trabajan la calle, igual han hecho importantes museos del mundo, mientras que grandes medios de comunicación nacionales le están dando cabida poco a poco en sus páginas. ¿Consideras que el arte urbano está viviendo un 'boom'?
-El arte urbano vive un 'boom' continuo desde su aparición en los 80, junto con el grafiti, (fuente continua de inspiración técnica y plástica) No ha dejado de crecer en número y calidad de artistas y seguidores. Se ha convertido en un movimiento global que sigue creciendo imparablemente. En cuanto al presunto 'boom' actual, es simplemente un 'boom' mediático que se hace eco del crecimiento exponencial de este movimiento, parecido al que vivió el graffiti Hip-Hop a finales de los 80 y principios de los 90.
-¿Por qué crees que gusta este tipo de arte?
-Es popular, directo, profundamente democrático, hiperactivo e increíblemente variado, ha conseguido eliminar las históricas barreras existentes entre arte y espectador (tanto las visibles como las invisibles). Oponiéndose a conceptos elitistas herencia de otro tiempo, se ha cargado de un plumazo al museo, al curator y al galerista. Es, por tanto, un arte horizontal que ni se compra ni se vende, que acaba con la idea de obra de arte como articulo comercial de lujo, es por definición, subversivo aunque sea por nacer en la ilegalidad o alegalidad, por eso genera un debate e invita al diálogo y la participación, evitando así el monólogo aséptico que ofrecen las obras de museo y su pretenciosas cualidades iluminatorias. Todo ello mediante unas propuestas de calidad que incluyen un abanico creativo que va desde la pintura pop colorista del postgraffiti al arte conceptual de las instalaciones 'site-specic'. En otras palabras. es creativo y original, lo hay para todos los gustos, es de calidad, es gratis y te lo llevan a la puerta de casa. ¿Es posible que algo así no tuviera éxito?
-¿Consideras que la sociedad ha superado -sobre el grafiti- el debate entre arte o 'vandalismo'?
-Es posible. De todos modos el grafiti siempre encontrará maneras de seguir generando conflicto. Por definición es ilegal y anarquista, aunque algunas de sus formas de expresión o parte de su estética sea fagocitada por el mercado y convertida en producto de consumo otras seguirán encargándose de escandalizar el gusto burgués y de asolar la propiedad privada.
-De Madrid se ha dicho que es una ciudad permisiva con el grafiti en comparación con otros lugares de España, pero recientemente la resonsable del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Ana Botella, ha dicho que se aplicará la norma de “tolerancia cero” contra él...
-Si no me equivo las multas por pintar graffiti en la ciudad de Madrid ascienden a 6000 €, eso no es permisividad en absoluto. Ocurre que el movimiento es tan amplio y está compuesto por un número tan alto de escritores que toda persecución es inútil. Como ya se demostró en el caso de Barcelona, incluso si consiguieran amedrentar a algunos escritores a través de vigilancia, multas y/o limpiezas, sólo conseguirían eliminar aquellas piezas que requieren más trabajo para ser realizadas y, por lo tanto, más tiempo y riesgo, como son murales o piezas coloristas; en cambio, aumentarían los 'tags' y los 'throw ups', piezas mucho más rapidas y menos laboriosas. A ojos de los vecinos, se percibiría como un descenso en la calidad del grafiti y un aumento de la suciedad.
Frágil es además miembro del Taller de Arte Urbano del Patio Maravillas, un colectivo dirigido por una asamblea informal, de entre 10 y 15 personas, que tienen en común “la preocupación por la gestión del espacio público por parte de las instituciones, su veto al libre uso por parte del ciudadano y su uso supeditado al negocio y al beneficio económico”.
“Trabajamos para conseguir la despenalización de la pintura urbana autónoma, por un paisaje urbano libre de publicidad y consumo, y con la firme convicción de que desde la práctica del arte urbano es posible el cambio social”, afirma Frágil. “Desde el Taller estamos organizando muestras y jornadas temáticas sobre arte urbano preparamos talleres y espacios donde intercambiar conocimientos y técnicas y organizandos acciones para denunciar la abusiva presencia de publicidad en el espacio público. La información de estos eventos y actividades se puede seguir en nuestro blog.
Otros de los trabajos de Frágil que actualmente se pueden ver por el barrio son algunos posters en la calle Minas, una instalación en el Patio Maravillas, en el espacio expositivo de la 5ª planta, así como piezas de pequeño formato aquí y allá, “insistiendo en la paranoira mundial de nuestros dias, la crisis (con permiso del H1A1)” y criticando a “nuestro querido Gran Hermano, Dios TV”. En internet es posible también seguirle los pasos.
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