Denuncian el problema de movilidad peatonal que en el entorno de Mostenses generan las motos mal aparcadas

Las dos zonas delimitadas para el aparcamiento de motocicletas en el entorno de la plaza de los Mostenses no dan abasto y si encima una de ellas, la más cercana a la entrada desde Gran Vía por la calle García Molinas, lleva semanas inhabilitada por unas obras la situación se complica bastante más.

En cualquier caso, ni con ambas -la que se encuentra próxima a la calle de Antonio Grilo ni la ya citada- a pleno funcionamiento ni tan siquiera con el doble de capacidad podrían todos los vehículos motorizados de dos ruedas que estacionan a diario en la zona hacerlo de forma correcta.

A las motocicletas de particulares que aparcan en la plaza se les han unido más recientemente en grandes cantidades las de empresas dedicadas al alquiler de este tipo de vehículos y, en determinadas horas del día, se les suman las de los riders que trabajan para compañías de distribución de comida a domicilio.

Así pues, la cantidad de motos que se congrega en esta plaza apunta a plaga y sus aceras han terminado por convertirse, indebidamente, en aparcamientos, dificultando la movilidad peatonal en la zona, algo de lo que sobre todo se quejan desde la asociación de comerciantes del Mercado de los Mostenses, cuyas entradas se ven taponadas en muchas ocasiones a lo largo del día.

Los comerciantes del mercado han denunciado las dificultades de paso que estas infracciones de estacionamiento ocasionan a su numerosa clientela, máxime teniendo en cuenta que una gran parte de la misma se mueve con carros de la compra o simplemente cargando en bolsas los productos adquiridos en el mercado municipal y, aunque desde la gerencia de Mostenses han trasladado sus quejas por la situación a la Policía Municipal, y también han informado del problema a la Junta Municipal de Centro, por el momento no han logrado que se le ponga solución.

La fragmentada distribución actual de los espacios para peatones de la plaza de los Mostenses, cuya remodelación urbanística se está preparando, ayuda además a la creación de una especie de improvisadas islas de aparcamientos ilegales aquí y allá, en sitios como la rampa de salida de coches del aparcamiento subterráneo, pero también en cualquier esquina con cierto ensanchamiento o, incluso, en la estrecha acera de la calle General Mitre que rodea el mercado.