Los vecinos de la Dehesa de la Villa vigilan su parque para que no avancen los 'palitroques' invasivos
Las asociaciones vecinales de la Dehesa de la Villa no descansan, ni siquiera en verano, y siguen moviéndose para que los llamados palitroques, una enorme instalación infantil en marcha en la parte norte del parque que ha ocasionado gran malestar entre muchos de los vecinos, sea retirada.
Lo que iba a ser una renovación de la zona de columpios y la cancha de baloncesto se convirtió la pasada primavera en el desembarco de más de trescientos troncos de madera fijados con cemento que conforman un gran itinerario de unos sesenta metros lineales. Para expresar el desacuerdo con la obra, se han organizado varias concentraciones dominicales al grito de lemas como “Más árboles y menos troncos”, “¡Parque sí! ¡palitroques no!” o “La Dehesa de la Villa, un bosque en la ciudad y no una fortaleza”.
La Dehesa de la Villa fue declarado Bien de Interés Cultural a finales de 2024 en calidad de Paisaje Cultural por sus vestigios patrimoniales o su función como lugar de reunión social. Esto, que fue celebrado por todo el tejido vecinal del entorno como un gran éxito, lleva acarreado un plus de responsabilidad en su uso que también complica, a priori, cualquier intervención sobre su territorio, pues los proyectos sobre su espacio deben pasar por la Comisión de Patrimonio.
Por poner un ejemplo, la petición de instalación de baños públicos que los vecinos vienen haciendo desde hace años se encuentra con esta dificultad, lo que les ha llevado a plantear su colocación sobre todo en el perímetro del parque. La idea de arreglar el cemento de la pista informal de frontón del Cerro de los Locos también se encontró con la negativa de meter cemento en la Dehesa. Por ello, las asociaciones vecinales no entienden cómo es posible que esta intervención, que entienden de gran impacto, se esté llevando a cabo en la zona conlindante con la calle de los Pirineos.
El pasado 8 de julio miembros de la Asociación Vecinal San Nicolás Dehesa de la Villa tuvieron una reunión en la sede en la calle Arenal de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid. Hablaban en su nombre y en el de otras asociaciones del barrio de Valdezarza. En el transcurso de la misma, supieron que la sección de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Madrid pretende ampliar las obras a otras cuatro zonas de la Dehesa de la Villa, información que les ha puesto más en alerta si cabe por el precedente inmediato.
Los vecinos explican que el Ayuntamiento no ha seguido los pasos que el proyecto requeriría por su condición de BIC, y que será en septiembre cuando se celebre una Comisión de Patrimonio para tratar el tema, en la que estarán presentes tanto la Comunidad de Madrid como el propio Ayuntamiento, que es quien está acometiendo las obras.
Al día siguiente de la reunión, las asociaciones entregaron un escrito por registro en la Comunidad de Madrid acompañado de 1300 firmas en el que se solicita la retirada de la gran base de cemento y la reposición de los más modestos columpios y de la ahora desaparecida cancha de baloncesto.
Miguel Abad, de la asociación vecinal San Nicolás Dehesa de la Villa lo tiene claro, “en septiembre tenemos pendiente llevar a cabo más acciones”, explica, y avisa que no cierran ni en agosto. “Me he ofrecido a vigilar la obra ya que no salgo de vacaciones”.
La actuación de la discordia tiene su origen en los presupuestos participativos y la propuesta Más y mejores columpios en la Dehesa de la Villa, pero la puesta en marcha de la renovación no ha convencido a muchos vecinos –hay quienes comparan la obra en marcha con una gran empalizada de barrotes– que exigen que el único bosque urbano de la ciudad siga manteniéndose como tal, extremando el cuidado y diseñando intervenciones más respetuosas.
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