“¡Parque sí! ¡palitroques no!”: vecinos de la Dehesa de la Villa se concentran contra un cercado de troncos en la zona infantil
El pasado domingo por la tarde, con temperaturas de manga corta, la Dehesa de la Villa era un hervidero de familias. Especialmente en su parte norte, donde están los chiringuitos y las áreas infantiles, a pesar de que gran parte de este espacio se encuentra vallado por unas obras en curso. Una renovación del área de zonas infantiles del parque que ha causado extrañeza en las últimas semanas por los más de trecientos troncos que conforman lo que se adivina será un gran itinerario de juegos, y a día de hoy se presenta como una enorme empalizada de troncos de madera clavados en el suelo a lo largo de unos sesenta metros lineales que transcurren paralelos a la calle de los Pirineos.
Lo que se aprecia no ha gustado a todo el mundo. Mucha gente se preguntaba este domingo qué era aquello y miraba con curiosidad los mensajes prendidos en la valla de la obra: “Más árboles y menos troncos”, “¡Parque sí! ¡palitroques no!” o “La Dehesa de la Villa, un bosque en la ciudad y no una fortaleza”.
Las proclamas pertenecían a la concentración que diversas asociaciones y entidades ciudadanas del entorno habían convocado a las doce de la mañana. El próximo domingo volverán a reunirse allí para pedir que no se continúe adelante con la llegada de “palitroques y cemento” a su parque.
La actuación tiene su origen en los presupuestos participativos y la propuesta Más y mejores columpios en la Dehesa de la Villa, que proponía renovar las viejas zonas de columpios de esta zona de la dehesa, donde había unos parques infantiles convencionales, algunas estructuras de bicicross, una cancha de baloncesto y mesas en las que a menudo se celebran cumpleaños. La licitación ha sido llevada a cabo por el Área de Gobierno de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid con un presupuesto de 495.854,59 euros, impuestos no incluidos.
El proyecto fue presentado al Grupo de Participación vecinal de la Dehesa de la Villa del pasado 14 de marzo, una reunión periódica a la que ocuden distintos colectivos ciudadanos, vecinos a título individual y miembros de la administración, como la representante de la empresa encargada del mantenimiento del parque. La renovación de las zonas de columpios pareció bien, más allá de las dudas planteadas sobre el material de caucho previsto para zonas infantiles, pero no se conocieron los detalles concretos del proyecto.
Hace unas semanas, sin embargo, los primeros pasos de la obra, con entrada de cemento al parque y la colocación de los troncos empezaron a suscitar dudas entre los vecinos, a pie de parque y en las redes sociales. Hace un par de semanas las asociaciones vecinales pudieron ver el proyecto, sobre el que ahora plantean dudas más serias.
Enrique es presidente de la Asociación Vecinal San Nicolás-Dehesa de la Villa y miembro de la coordinadora Salvemos la Dehesa de la Villa. Explica que han empezado a ponerse en contacto con distintas asociaciones implicadas con el medioambiente e instancias administrativas relacionadas con el Patrimonio para plantear la poca adecuación del proyecto. La Dehesa de la Villa fue declarada en 2024 Bien de Interés Cultural como “un espacio forestal único dentro de la almendra central” y las actuaciones que se proyecten para el pareque deben ser especialmente cuidadosas con su conservación y su mantenimiento como bosque urbano, explica.
Enrique pone un ejemplo que considera elocuente al respecto. “Estuve hablando con la Junta de Distrito para ver si podían reparar el suelo de la zona donde se juega al frontenis en el Cerro de los locos, porque el fieme tiene agujeros y es peligroso [históricamente, se juega a este deporte en la torreta que hay en la cima del cerro]. Me dijo que ya no iba a entrar absolutamente nada de cemento en la Dehesa de la Villa y ahora en esta obra han metido muchos metros cúbicos para cimentar los más de trescientos troncos que han puesto”, explica con afán didáctico.
Otros vecinos con los que hablamos in situ también ven desproporcionada la infraestructura en ciernes. “Parece el fuerte de una peli de indios y vaqueros”, dice un vecino con viible enojo. “Es un atentado visual y medioambiental”, dice otra vecina. También hay quien se muestra cauto y prefiere esperar a ver el resultado final.
En realidad, las reacciones al proyecto tienen que ver con una tensión que se produce alrededor de la Dehesa de la Villa desde hace años. Entre quienes ponen en valor su característica como bosque urbano y abogan por limitar al máximo su urbanización y quienes requieren las comodidades de los parques más actuales. En esa línea iba la propuesta aprobada en los presupuestos ciudadanos de 2021, que incluía ejemplos de columpios modernos –con grandes estructuras, generalmente– en parques como las zonas infantiles de la torre Caleido, el Parque Sanchinarro, o el de la Cuña Verde, en el distrito de Latina. La empresa encargada del proyecto está especializada en este tipo de instalaciones espectaculares.
El mensaje que ha circulado en distintos grupos de WhatsApp del barrio a propósito de la concentración representa la postura de la Dehesa como espacio natural:
“En la sesión de participación se propuso un espacio con elementos de juego naturales y en los tiempos de la Filomena se planteó reutilizar troncos de árboles caídos y otros elementos naturales, como en muchos parques infantiles que existen por el mundo. Se han gastado la pasta es un vallado de troncos secos de falsa acacia incrustando un muro de hormigón en el suelo en todo el recorrido de la empalizada que en nada representan el paisaje de la Dehesa y que como dice la experta están destinados a pudrirse. Ni caso de lo que se propuso. La Dehesa fue declarada Bien de Interés Cultural como Paisaje por ser, según dice el decreto ”único espacio forestal dentro de la almendra central de la capital que ofrece un relato del nacimiento y evolución de la ciudad a lo largo de casi nueve siglos de historia.“ Su superficie es apenas la décima parte de la que fue históricamente. Esta intervención es absolutamente irrespetuosa con el objetivo de la declaración”.
En cualquier caso, los vecinos críticos con la estructura de troncos con los que ha hablado este medio están de acuerdo con la renovación de las zonas de columpios y las canastas, pero se quejan de que la formulación del proyecto, sobre el que, explican, nadie les ha pedido opinión, ha aterrizado como un enorme ovni en la Dehesa de la Villa.
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