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La nieve examina a los híbridos de Toyota

Toyota RAV4 2019.

Pedro Urteaga

Después de haber presentado hace pocos meses la quinta generación del RAV4, Toyota acaba de dar conocer más detalles de su versión dotada de tracción a las cuatro ruedas (AWD-i). A estas alturas de año, con poca nieve en las cumbres, el mejor lugar para poner a prueba en Madrid las aptitudes del SUV híbrido japonés sobre firme deslizante es la pista de nieve del popular centro comercial Xanadú, en Arroyomolinos.

A cinco grados bajo cero y sobre un trazado dibujado ad hoc en la pista, los periodistas hemos podido comprobar el eficaz desempeño del sistema de tracción AWD-i, en este caso trabajando junto a neumáticos Bridgestone Weather Control A005, unas cubiertas que, a pesar de ser todo tiempo y no específicas para vehículos 4x4, ofrecen un agarre sobresaliente en mojado y digieren sin ningún problema la nieve.

En buena asociación, sistema AWD-i y neumáticos A005 permiten al RAV4 Hybrid ascender con toda solvencia las pendientes del 17% de desnivel (supera hasta las del 21%), frenar y girar sin perder la compostura, si se hace suavemente, y volver a arrancar sin patinar a mitad de la subida. Incluso dejándolo cobrar velocidad en el descenso, el coche no pierde grip al pisar el pedal de freno, y se detiene manteniendo la trayectoria. Especialmente tranquilizador es experimentar cómo sigue la trazada en plena curva –sobre nieve compacta y con una pendiente que impone respeto– y sentir que las cuatro ruedas están en contacto con el suelo.

Durante la jornada pudimos probar también el nuevo Prius equipado con tracción AWD-i. Aunque no sea un vehículo capaz de afrontar inclinaciones tan fuertes, ofrece igualmente una respuesta satisfactoria y predecible en nieve, aquí gracias también a la adecuada colaboración con neumáticos de invierno Bridgestone Blizzak.

Con respecto a la tracción 4x4 de la cuarta generación del modelo, el nuevo AWD-i incorpora un motor eléctrico trasero, colocado detrás de la batería del sistema híbrido, con el que colabora para generar empuje. Ahora, las ruedas posteriores reciben un 30% más de par máximo, con magnitudes que igualan y superan las que proporcionan los sistemas mecánicos y otorgan un rendimiento más firme al arrancar sobre superficies desiguales o muy resbaladizas. Otra novedad es que el tren trasero puede recibir hasta el 80% de la fuerza del motor, por el 60% de que disfrutaba el modelo anterior.

Como efecto indirecto de estas modificaciones, la versión 4x4 del RAV4, que rinde 222 caballos y acelera de 0 a 100 km/h en 8,1 segundos, registra menos emisiones (en ciclo NEDC) que la de tracción delantera, de 218 CV y 8,4 segundos en el 0 a 100 km/h. Ésta registra 102 g/km de CO2 y aquella se queda en 100, debido a que la intervención del motor eléctrico trasero resta trabajo al de combustión interna, como explica Félix Iglesias, responsable de producto de este y otros modelos de Toyota. Recordemos que el maletero de esta variante con tracción total mantiene el volumen de carga, 580 litros.

Es primicia en el RAV4 la Gestión Integrada 4x4, herramienta que ajusta automáticamente los distintos sistemas del vehículo –dirección asistida, control del freno y el acelerador, caja de cambios y distribución del par motor– al modo de conducción seleccionado por el conductor; a saber, Normal, Eco y Sport.

La versión 4x4 añade un modo Trail, el cual, gracias a un control automático de diferencial de deslizamiento limitado, reduce el par de las ruedas sin contacto con el firme y lo desvía a las que sí disponen de apoyo y tracción. En este caso, el control del acelerador y la respuesta de la transmisión se adaptan para ayudar al conductor a mantener el vehículo en movimiento en tramos todo terreno particularmente complicados.

El SUV de Toyota está a la venta desde 31.800 euros con tracción 4x2 y acabado Advance. Las variantes AWD-i cuestan 3.000 euros más, excepto las 500 primeras unidades de esta misma versión de acceso, que salen por 33.800. Los modelos más sofisticados (Luxury) cuestan 38.300 euros con tracción delantera y 41.300 con tracción total. Entre medias quedan los acabados Feel y Advance Plus.

Como todos los híbridos, el RAV4 lleva la etiqueta ECO de la DGT, un buen incentivo para que la firma japonesa alcance su objetivo de vender 11.000 unidades de este modelo en 2019, lo que supondría acaparar un 10% de cuota de mercado, y con un 35% de esas entregas inclinadas por la versión AWD-i. Un estudio de Toyota concluye que los motivos de seguridad han incrementado el porcentaje de usuarios que compraría un modelo 4x4 del 32% al 49%.

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