Aunque ausentes del discurso institucional sobre la modernización de la agricultura industrial murciana, los trabajadores asalariados agrícolas son una figura central de funcionamiento de este sistema productivo. He dedicado buena parte de mi labor de investigación como sociólogo a indagar en las condiciones de vida de este colectivo de trabajadores “invisibles”, a conocer su composición social (mayormente trabajadores pobres, mujeres e inmigrantes extranjeros) y a escuchar sus reivindicaciones. Ahora, en mi nueva condición de diputado regional de Podemos, compruebo que también están ausentes en el Parlamento murciano. No se habla de ellos, y mira que llevamos unas cuantas comparecencias de la consejera de agricultura y otras tantas mociones de agricultura y agua… Pero “ellos” como si no existieran…
Por esto mismo, me congratula que haya sido el Grupo Parlamentario de Podemos el que sea el primero en llevar los problemas de los jornaleros y jornaleras al parlamento murciano. Y es que en los últimos meses venimos apreciando un alarmante crecimiento de los accidentes de trabajo vinculados al transporte de trabajadores agrícolas en la Región de Murcia. Se han sucedido ya varios casos a modo de continuum: en Lorca, en Totana, en Mula, etc. Esto no es un fenómeno nuevo, un repaso a la hemeroteca mostraría que desde los mismos inicios de la agricultura intensiva murciana, encontramos periodos en los que se incrementan estos accidentes vinculados al trabajo jornalero, a menudo con trágicas consecuencias. El accidente más reciente tuvo lugar el pasado 4 de diciembre en Mula con el triste resultado del fallecimiento del conductor.
Como tuve ocasión de demostrar en mis investigaciones sociológicas, la agricultura industrial murciana es cada vez es más intensiva en fuerza de trabajo asalariada. Además tiene una alta tasa de desplazamientos de trabajadores a través de la geografía regional e interregional, dada la tendencia a la expansión territorial de las producciones. Esto hace que los desplazamientos cotidianos de trabajadores, esto es, la denominada movilidad del trabajo sea un rasgo fundamental del mercado laboral de la agricultura intensiva murciana. Por esta razón es necesario prestar una especial atención a la prevención de riesgos laborales vinculados a esta movilidad del trabajo. El denominado “accidente de trabajo in itinere” es de hecho frecuente en este tipo de mercados laborales, como lo demuestran los accidentes mencionados.
Seguramente, dos son las causas que pueden estar actuando para que se estén de nuevo incrementando los accidentes de trabajo en los autobuses que desplazan jornaleros por el campo murciano. Por un lado, el mal estado de los autobuses. A menudo se trata de una flota de autobuses envejecida, con vehículos en mal estado o poco conservados, etc. Y por otro lado, el cansancio de los conductores. A menudo están sometidos a largas jornadas de trabajo, horarios atípicos (de madrugada, por ejemplo) que producen cansancio en los conductores con la consecuencia de una menor atención y concentración en la conducción. Recientemente hemos sabido que la tragedia del autobús accidentado en noviembre del año pasado en la Venta del Olivo y que se dirigía a Bullas fue por consecuencia de la fatiga del conductor.
En la iniciativa parlamentaria que Podemos ha registrado en la Asamblea Regional, se insta al Consejo de Gobierno para que tome medidas urgentes de prevención de los accidentes de autobuses en el desplazamiento de trabajadores agrícolas en la Región de Murcia, en tres sentidos: 1º) Que la Jefatura Provincial de Tráfico realice una supervisión del estado de la flota de autobuses dedicada al desplazamiento de trabajadores agrícolas; 2º) Que el Instituto de Seguridad y Salud Laboral realice labores de prevención en las empresas dedicadas al desplazamiento de trabajadores agrícolas; y 3º) Que la Inspección de Trabajo supervise las jornadas laborales y los horarios atípicos en los que los conductores de autobuses jornaleros realizan su labor.
Los trabajadores agrícolas nunca han estado presentes en “el gran relato murciano del esfuerzo colectivo por tener una agricultura moderna”. Igual que ahora se anuncia oficialmente “el fin de la crisis y tampoco en ese relato se tiene en cuenta al ”trabajador pobre“, ese figura silenciada que sufre los malos salarios, los contratos troceados y los accidentes de trabajo. Forma parte de nuestra responsabilidad política luchar contra estas exclusiones, que son más bien expulsiones, como puntualizaría la gran socióloga estadounidense Saskia Sassen.
Andrés Pedreño Cánovas, diputado regional de Podemos