Una de las películas que mas me impactó, que no me gustó, en mi juventud fue 'El coloso en llamas', aunque sería más propio decir 'The towering Inferno'. Siempre me ha llamado la atención cómo se traducen al español las películas yanquis (daría para otro articulo, igual lo escribo). Volviendo al tema: una película de 1974, dirigido por John Guillermin, y protagonizada por Faye Danaway, Steve McQueen, Paul Newman o Willian Holden entre otros.
Y es que los incendios siempre me han dado mucha 'pesambre'. De hecho, les reconoceré que, cuando era un chaval las dos cosas que de más mala leche me ponían al ver los informativos eran los incendios de nuestros montes y los atentados de la banda terrorista ETA. En este último caso, amén de que eran una barbarie y un sin sentido. Mi condición de hijo de guardia civil hacía que los viviera, si cabe, con más rabia e intensidad.
Los atentados de ETA ya no están, a Dios gracias. Pero los incendios de nuestros montes y nuestros bosques se siguen sucediendo inevitablemente cada verano. Y mi sensación sigue siendo la misma que de pequeño. Estupor, rabia y mucha impotencia. De hecho, he de reconocerles que más de una vez se me han saltado las lágrimas delante del televisor al ver tan desoladoras imágenes.
Se da la circunstancia de que este verano el devastador incendio de la Isla de Tenerife me pilló allí pasando unos días de vacaciones. Como anécdota desagradable les contaré que un día nos despertamos con la cama cubierta de cenizas. Por haber dejado aquella noche la ventana de la estancia donde nos encontrábamos abierta. Aquellas imágenes, y aún mas presenciadas in situ, resultaron terribles. Centenares de hectáreas de rica vegetación reducidas a cenizas, por mor de un fuego que, para mas inri, según los investigadores, todo apunta a que fue intencionado.
Ni que decir tiene que siento una inevitable sensación de repulsa y asco por los pirómanos. Me parecen seres de la peor calaña. ¿Qué quieren que les diga?, no lo puedo evitar.
Pero hete aquí, que vuelvo a mi querida Región de Murcia, y para aumentar mi estado de indignación estos días me ha tocado presenciar cómo ha estado a punto de arder nuestro parque regional del Valle. Gracias a la rápida intervención de las brigadas forestales, de los bomberos, y de los medios aéreos, se ha podido evitar una más que segura catástrofe ecológica, en el pulmón más importante que tiene la ciudad de Murcia. Vaya desde aquí mi reconocimiento y admiración para todos ellos. Unos auténticos héroes.
Ayer mismo tuvimos conocimiento de que, nuevamente, la mano del hombre estaba detrás de este último incendio. Eso sí, aún no se sabe si fue provocado o fruto de un descuido o por negligencia.
Por eso, me permito aprovechar estas líneas que elDiario me brinda para lanzar un humilde mensaje a los descuidados o negligentes que suben a nuestros bosques. Debemos de tener en cuenta lo seca que se encuentra la vegetación, debido a las temperas extremas que nos azotan y también a la falta de lluvia. Amén de lo sucios que se encuentran, en algunos casos, nuestros montes. Que todo hay que decirlo, y que tampoco ayuda.
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