Aunque generalmente se trate de una expresión atribuida a Dolores Ibarruri, Pasionaria, pronunciada durante un apasionado discurso radiofónico en el Madrid sitiado por las tropas franquistas en la Guerra Civil, el origen del No pasarán se remonta a lo expresado por un general francés en 1916, durante la batalla de Verdún. Aquel lema ha sido utilizado luego, en múltiples ocasiones, como símbolo de la resistencia. Acabada la contienda española, la actriz y cantante de origen argentino Celia Gámez, adicta al bando sublevado, popularizó un chotis que tituló Ya hemos pasao, en el que con la sorna de los vencedores se burlaba del eslogan de los vencidos.
Pues bien, en la Región de Murcia, el supuesto No pasarán esgrimido frente a Vox se ha esfumado como por arte de magia desde el momento en que, desde esta misma semana, dos de sus militantes han entrado a formar parte del Consejo de Gobierno de esta Comunidad Autónoma. El vicepresidente José Ángel Antelo, a sus 36 años, no solo asume, de facto, ser el número dos del Ejecutivo, sino que se pone al frente de una consejería en la que, aparte de Interior y Emergencias, asume la Ordenación del Territorio. Cierto que Vox no tendrá el Medio Ambiente ni el Mar Menor, que seguirán siendo responsabilidad del popular Juan María Vázquez, pero será decisivo a la hora de elaborar el Plan de Ordenación de la Cuenca Vertiente, pieza clave para determinar qué se podrá hacer y qué no en las inmediaciones de la laguna salada. A esto cabe añadir que Antelo ejercerá su potestad sobre el Urbanismo, un área que se desgaja de la consejería de Fomento e Infraestructuras, donde su partido ha colocado a José Manuel Pancorbo, un ingeniero con notable currículum profesional pero con nula experiencia política.
Los gestos de complicidad vividos el pasado jueves en el Palacio de San Esteban entre Fernando López Miras y Antelo escenifican que había un deseo evidente de dar carpetazo a la transitoriedad que implicaba una situación de bloqueo institucional y que se prolongaba desde el pasado 28 de mayo. La reiterada negativa a que Vox entrara a formar parte del Ejecutivo ha pasado a mejor vida y en el PP ya están mentalizados de que van a tener que cohabitar con sus socios, por mucho que le pese a alguno, y lo que esto conlleva. Además, tendrán que normalizarlo.
Que José Ángel Antelo no va a ser un vicepresidente florero es más que evidente. El viernes ya ejerció como número dos en la apertura del Año Judicial, ocupando la primera fila de autoridades junto al consejero de Presidencia y Portavoz, Marcos Ortuño, ya que López Miras había ido a Zarzuela a ver al rey. Vuelve a recuperarse la figura de la vicepresidencia en el organigrama del Ejecutivo, que ya apareció en época de gobiernos socialistas, y que tuvo al frente de la misma, en la etapa de Ramón Luis Valcárcel, a un auténtico pata negra de la política: Antonio Gómez Fayrén. Porque, visto lo visto, lo de la pasada legislatura, con Isabel Franco en ese cargo, más sonaba a inocentada o chacota que a una circunstancia dotada de la más mínima dosis de verosimilitud.
Todo apunta a que Antelo no solo se limitará a ejercer las competencias que tiene asignadas, sino que también intentará meter la cuchara y hacer que valga su criterio a la hora de decidir sobre determinados nombramientos del llamado segundo escalón y en aquellos organismos dependientes del Gobierno regional. Por cierto, que ya hay ciertos nombres, que para alguno de esos puestos suenan por ahí, que al presidente provincial de Vox le chirrían demasiado. De manera que su intención es que ese Gobierno “fuerte y sólido”, como él mismo lo ha definido, trabaje bajo una clara “unidad de actuación”, como dejó claro este jueves en la toma de posesión ante su líder, Santiago Abascal. Y, a buen entendedor, con pocas palabras, basta.
Vox ha llegado al Gobierno de la Región para mandar y también para ser decisivo. Lo advirtieron durante la campaña electoral. Que nadie se llame a engaño. Para que quedara claro. Antelo no quiere medias tintas. Sus primeros movimientos, vistiendo de competencias una vacua consejería que le habían entregado los del PP es la prueba más evidente. Como cantaba en el chotis Celia Gámez, ya han pasao. O sea, que ya están aquí. ¿Queda claro?
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