El nuevo equipo de gobierno municipal de Murcia está usando sin parar una palabra muy en boga en estos tiempos: “plan”. Está en plan “en plan”. Plan por aquí, plan por allá. Todo son planes: “plan de choque”, “plan recupera”, planes ‘individualizados’ para barrios y pedanías… Me hace gracia, y a la vez me preocupa, todo lo que transmiten con esa retórica. Todo lo que dicen y lo que no dicen, cuando coges dicha retórica y te la llevas a otro nivel de lectura. Si queréis, os digo lo que me viene a la mente en los últimos días cada vez que veo a sus miembros, con el alcalde a la cabeza, señalando paneles o pantallas con recreaciones por ordenador y planos, o sobre el terreno con sus cascos y sus chalecos amarillos, también señalando, o, si no, cogiéndose los dedicos de una mano con la otra mano. Y cuando leo la dichosa retórica del plan de planes.
Lo que me viene a la mente es que piensan que nos importa más el parecer que el ser, el decir que el hacer, la fotografía que lo fotografiado, el dedo que la luna. Creen que importa más decir la palabra plan que tener realmente un plan. Me viene a la mente, además, que tienen un concepto patrimonializado del poder y de Murcia: que creen que mandar en Murcia es su sino y que Murcia es suya. En cierto modo, los entiendo: reciben un apoyo mayoritario en las urnas, es innegable, pero dudo que se apliquen aquello de “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, y dudo de que en estos primeros días estén entendiendo que el hecho de que les hayan votado 99.000 personas en un municipio con 460.000 habitantes, no supone tener un cheque en blanco. Y no justifica gobernar sólo para quienes les han votado, ni significa tener que agradecer ese apoyo con medidas que sólo benefician a una parte de la ciudadanía.
El nuevo-viejo equipo de gobierno municipal está en plan salvador, y esa es la retórica del plan de planes. Al ver esas fotos y leer esos titulares, leo la mente de personas narcotizadas por su triunfo electoral, hipermotivadas en el mal sentido. El uso de terminología de crisis es chocante: son personas que se creen de verdad salvadores que han venido raudos a una zona devastada por el comunismo, a lomos de briosos corceles, tras la llamada de auxilio de su gente. Y, claro está, ahora también pretenderán hacer pasar como responsabilidad del anterior equipo de gobierno deficiencias, problemas y errores que se deben a los 26 años de gobiernos municipales del PP, y no a los 24 meses en los que ha podido entrar un poquico de aire fresco por los quicios de las ventanas. Creo que piensan realmente que Murcia necesita planes, muchos planes, siendo uno de ellos aquel que llaman “Recupera”: no sé si ese plan depende de otros o es el plan maestro.
Para mí, “Recupera” evoca dos sentidos; dice a la vez dos cosas: en efecto, por un lado alude a que Murcia está hecha un puto desastre bolchevique y necesita ser recuperada, pero, por otro, también alude a que lo que se va a recuperar, o lo que ya se ha recuperado, es precisamente el poder; que son ellos los que han recuperado a Murcia para sí, para seguir con sus movidas pre-infierno rojo. Bien, pues yo les digo que sí, que Murcia necesita ser recuperada: recuperada básicamente por las personas, por la ciudadanía, por su gente, sea cual sea su religión, su orientación sexual o su género. Murcia no necesita salvadores ni un plan de planes; necesita que sus calles, plazas y jardines sean recuperadas para la vida. Necesita abrirse y ser más saludable, más humana, más habitable. Murcia necesita modernizarse para ponerse a la altura de una ciudad europea sostenible y civilizada. De ese modo, para acabar, humildemente les doy un consejo: les recomiendo tila y perspectiva. Eso siempre es un buen plan.
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