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“Si hay cargos en el Gobierno que están incómodos con el cambio, tendrán que ser relevados”

La presidenta de Navarra, Uxue Barkos, en su despacho oficial.

N. Elia / Aitor Guenaga

La presidenta de Navarra, Uxue Barkos (Pamplona, 1964), hace balance de su gestión al frente del denominado Gobierno del cambio a lo largo de casi un año y anuncia, para septiembre, cambios en la estructura del Ejecutivo. No se trata de una crisis de Gobierno propiamente dicha, explica, sino de relevar de sus puestos a las personas nombradas por los anteriores gobiernos de UPN cuya forma de trabajar ralentiza el objetivo político del cambio. Barkos habla sin pelos en la lengua de terminar con el “régimen” de UPN. Y considera que lo está haciendo sin precipitación, con actitud inclusiva y de forma serena. Niega que el Gobierno apoyado por el cuatripartito sea una “jaula de grillos” y habla de gestión normalizada de la pluralidad.

En octubre de 2014 expresó usted su deseo de que las elecciones de 2015 permitieran “formar un gobierno con todos aquellos que hoy no componen el régimen”. ¿Puede explicar qué era el régimen?

Clarísimamente. Cuando tenemos un gobierno, por decisión democrática, cuasi monocolor durante casi 20 años, una penetración y una impregnación en diferentes instituciones, en agentes sociales, con esa manera de hacer las cosas que deja al margen a una parte del Parlamento, a una parte de la representación sindical, a una parte de la sociedad, eso es un régimen.

La palabra régimen tiene unas connotaciones tan negativas…

Eso es porque todo el mundo recuerda el régimen franquista, pero yo nunca he intentado identificar el régimen de UPN con el franquismo.

Reconoce que en su Gobierno hay todavía muchos altos cargos nombrados por anteriores gobiernos de UPN ¿es un demérito?

No.

¿Están haciendo mal su trabajo o poniendo palos en la rueda?

Nunca haré una acusación así. Desde luego, sí vemos que no comparten el compromiso político que nos ha traído hasta aquí. Eso sí puede ser, y eso puede ralentizar, pero no es poner palos en las ruedas. Si hay gente que se pueda sentir incómoda con el cambio político, tendrá que ser relevada. No seré yo quien lo determine, porque esa es labor de los consejeros.

¿Mantiene usted que estos relevos no son una crisis de Gobierno?

En absoluto. Nos hemos dado un año para conocer una estructura que, lógicamente, ha estado moldeada por quien ha estado aquí casi 20 años, que es UPN. Yo no le pregunto a la gente a quién vota. No sé, ni me importa, si es gente de UPN o no, pero sí sé que tiene una determinada manera de trabajar que, en algunos casos, queremos cambiar. Entiendo que este es el momento para que el grueso del Gobierno hagamos una reflexión en torno al tamaño, la dimensión, estructuras de altos y medios cargos, y una revisión de los equipos que nos hemos dado.

¿Puede dar cifras? ¿Qué objetivo de reducción de altos cargos, un 25% por ejemplo?

No. Antes de las cifras necesitamos el diagnóstico. Espero que volvamos en septiembre con las decisiones tomadas, las que

sean necesarias.

En febrero del año pasado, en precampaña, dijo usted que el cambio debe ser “incluyente, sereno y duradero”. ¿Lo ha sido?

Incluyente, lo pretendemos. Es la actitud que tiene este gobierno. El cambio, en su formulación en torno al gobierno, no ha sido partidario. Claro que tiene una razón política de ser y un sesgo político determinado, faltaría más. Pero no ha sido partidario. ¿Sereno? Pues una de las críticas más duras que nos hacen quienes nos apoyan es que vamos demasiado despacio.

Pues da la impresión de que con las OPE de maestros y el euskera han metido ustedes quinta.

No creo que hayamos cometido el error de poner la quinta con el euskera, creo que cometimos el error político de no esperar a ver qué posibilidades legales teníamos para convocar todas las plazas necesarias de forma homogénea. Ésa es una propuesta de OPE que hace una dirección general anterior. ¿Había que haberla revisado políticamente? Sí. Había que haber esperado, primero, a ver si teníamos la oportunidad de solventar el Real Decreto que hoy impide a las comunidades autónoma convocar plazas en inglés. Francamente, creo que fue un error importante, no sólo en la comunicación, también en no haber previsto que quizá teníamos que haber esperado un tiempo para poder llevar toda la necesidad de plazas, también las de euskera y las de inglés, de una manera más homogénea.

¿Está siendo su Gobierno cuidadoso con la simbología y los gestos para evitar esa acusación de que los vascos están invadiendo Navarra?

No queremos precipitación, queremos buenos convenios con las comunidades que nos rodean.

Su Gobierno busca soluciones para poder ver ETB en Navarra de forma legal. ¿Quién pagará el coste que esto tiene?

Se han barajado cifras de lo más diferentes, pero todavía no se conocen con certeza, puesto que dependen de las soluciones técnicas a las que lleguemos. Además, lo primero que queremos garantizar es que el resto de emisiones que ya están trabajando en Navarra, que tendrán que hacer algún pequeño ajuste, no sufran la más mínima merma económica. La solución técnica más razonable sería la concesión por parte del Ministerio de un segundo múltiplex. Mientras tanto, queremos llegar a una solución básica de trabajar con los múltiplex locales.

¿Qué fecha ve probable para zanjar el tema?

Nos costará tiempo.

¿Está su Gobierno dispuesto a desembolsar dinero público para que se vea la ETB en Navarra?

El Gobierno ya está desembolsando dinero público para que se vean televisiones en Navarra. Pero no son la televisión pública de otra comunidad. No, son empresas privadas. Negocios privados que reciben dinero público. En el caso de ETB, existe además un requerimiento al Gobierno de la mayoría parlamentaria de la anterior legislatura para que pueda verse en Navarra. Así que nunca voy a comprometer las arcas forales para que se vea ETB en Navarra, pero a coste cero tampoco nos va a salir.

Se preguntaba usted hace dos años “cuánto nos ha costado el antivasquismo de UPN en términos socioeconómicos y cuánto nos ha costado el afán de UPN por fracturar Navarra”. ¿Se ha invertido el antivasquismo con el Gobierno del cambio?

No. El antivasquismo de UPN sigue vigente y lo estamos viendo en las críticas exacerbadas a la manera, tasada y medida, en la que el Gobierno está impulsando el euskera, más allá del error cometido con la OPE. UPN no acaba de encontrar dónde está su papel. Pero su antivasquismo se delata, por ejemplo, cuando tengo una reunión con empresarios de Sakana y me cuentan que siempre habían pedido a los gobiernos anteriores sinergias con el empresariado del Goiherri. Otro ejemplo, el puerto seco en la ciudad agroalimentaria de Tudela, que empresarios de la zona llevaban tiempo pidiendo, el puerto de Bilbao tenía interés, pero los anteriores gobiernos hacían contactos con el de Valencia, con el de Barcelona… Hemos tardado seis meses en que se instalen empresas que están generando actividad.

¿También sigue abierta entonces esa fractura en Navarra?

La fractura existe. Hace unos meses, me invitó un grupo de alumnos de un instituto de Tudela a hacerme una entrevista para un periódico escolar. Y llegó la pregunta: ¿Por qué quiere ponernos usted la ikurriña en el balcón de Tudela? Yo no quiero poner la ikurriña en Tudela, todo lo contrario. Les expliqué que, con la Ley de Símbolos, me gustaría volver al espíritu de la ley anterior, del año 86. Para que sean las mayorías municipales las que decidan qué banderas ondean. Y si esto lo sabemos vivir con normalidad, nos encontraremos con que en Leitza siempre habrá una ikurriña y en Tudela, bueno, no creo que yo la vea, y en Pamplona podremos verla durante una o dos legislaturas y dejaremos de verla durante otra o dos legislaturas. Y ya está. Me acuerdo que les dije que tienen todo el derecho del mundo a que nadie les imponga una bandera, ni la ikurriña ni cualquier otra, pero los ciudadanos de Leitza tienen también todo el derecho del mundo a sentirse identificados por la bandera que elijan. Y no es menos navarra Leitza que Tudela, porque un poco de eso sí ha habido. La sociedad navarra está fracturada. Es que medir esa fractura por el color de las banderas…

¿A usted le parece que el parado sin prestación o el dependiente sin ayuda mira el color de las banderas?

Es que esa es otra fractura. Una cosa no quita la otra. Lo importante se divide entre urgente y no urgente. Y las banderas, no siendo urgentes, son importantes para mucha gente. Y además no le comen terreno a lo urgente.

Su Gobierno no ha llegado al año de gestión sin tener que recurrir a bloquear partidas presupuestarias.

Son 23 millones de euros, un 0,6% del presupuesto que nos permite trabajar más holgadamente con el 96,4% restante. Se adopta porque los ingresos y los gastos no se estaban comportando de acuerdo con nuestras previsiones. Pero no los hemos recortado. ¿Puede que tengamos que pasar de bloquear 23 millones a que esas partidas se recorten? Es posible. ¿Sería un problema? No.

¿Qué quiere decir?

El recorte en sí no es el problema, el problema es cuando uno recorta 13 millones previstos para ayudas a familias en riesgo de exclusión y sigue construyendo en Navarra Arena. Tenemos 23 millones bloqueados, pero los datos nos están diciendo que la reforma fiscal, de la que empezamos a ver algunos resultados por retenciones, nos permite ser optimistas.

Pero no puede garantizar que no vaya a haber sucesivos bloqueos.

Ni lo contrario, pero somos optimistas, viendo como están funcionando los ingresos. En agosto tendremos una foto más aproximada.

A los anteriores gobiernos les ha ocurrido que en septiembre daban el presupuesto por cerrado. ¿Puede asegurar que a ustedes no les pasará lo mismo?

No, no puedo asegurar que la economía se va a conducir conforme a las previsiones que hemos hecho, no, no.

Geroa Bai, estando en la oposición, criticó duramente la gestión presupuestaria de UPN y su falta de previsión.

Sí, así es. El año pasado, UPN había bloqueado 65 millones. Bien, usted tiene menos dinero del que creía, y yo le puedo hacer una crítica porque usted previó bien o previó mal. Pero la siguiente es dónde va a castigar usted esa diferencia entre ingresos y gastos. Y ahí es donde hicimos una crítica muy dura. Pero, además, hay una segunda parte. Y es que el grueso de nuestro bloqueo no viene sólo del desajuste entre las previsiones de ingresos y gastos, es que nos hemos encontrado con facturas en el cajón.

¿No es muy socorrido y recurrente esto de la herencia recibida?

Yo me encuentro con una sentencia que me pide 48 millones de euros por la Ciudad del Transporte, que la tenemos fiada a 2017, o me encuentro con otra sentencia a ejecutar ya, la de los interinos docentes que han sido contratados y tenemos que pagarla… esto no es el recurso fácil de la herencia recibida, esto es una realidad que desajusta los presupuestos.

Pero ustedes conocían desde antes de las elecciones la existencia de determinadas mochilas de gasto que iba a dejar el Gobierno de Yolanda Barcina a su sucesor.

Algunas, no. Esta sentencia de los interinos, no. Y hay otras que desconocíamos. El desajuste de 4 millones para pagar a Microsoft, no teníamos ni idea de que existía.

 Ustedes reclamaron a UPN el pago de la extra que suprimió Rajoy a los funcionarios y ahora la han dilatado en el tiempo.

Desde el primer momento hemos dicho a los funcionarios que pagaremos esa extra no a golpe de elecciones, como presiona Rajoy para que hagamos, sino que pagaremos de acuerdo a lo que los Presupuestos permitan. Tenemos el compromiso de pagar a 25% por año. Y a los funcionarios les va a costar notarlo en el bolsillo, aunque nosotros sí que vamos a notar que vamos pagándola.

Algunos asuntos de volumen económico siguen atascados, aunque ustedes ya conocían de su existencia, como la II fase del Canal de Navarra o el TAV. ¿Cómo va a desatascar estos asuntos?

Ya me gustaría a mí que el Estado nos pagara para desbloquear la deuda que tiene con Navarra respecto al TAV, que es algo más de 30 millones. UPN nos acusa de haber bloqueado la construcción del TAV, pero en sus dos últimos años de Gobierno no ha licitado una sola obra. Porque el Gobierno central lo tiene parado. Primero, tiene parada la parte entre Zaragoza y Castejón. A mí me interesa que el Estado siga adelante con ese compromiso y en eso estamos trabajando. Con el Ministerio y con Adif. Ahora, ¿estamos avanzando con el mismo proyecto y con el mismo convenio que tiene Navarra? No. Nosotros queremos cambiarlo. Pensamos, a la vista que el tramo Zaragoza Castejón sigue paralizado, la prioridad debería ser el tramo entre Pamplona y la 'Y vasca'. ¿Por qué? Porque eso nos permitirá salir con ancho de vía europeo a Europa. Hay pendientes además otras cuestiones como la re-redacción del proyecto.

¿Por qué motivo?

Cuando UPN dice que el tema de mercancías estaba recogido en el proyecto, ojo, porque estaba recogido sin las necesarias previsiones técnicas. Hay una partida reservada en presupuestos de 100.000 euros para esto. Y, además, reformular el proyecto es muy positivo a la hora de trabajar con esas personas que son contrarias a una infraestructura de estas características. Tenemos que ser capaces de transmitir a la ciudadanía de que hablamos de una infraestructura vital para Navarra.

¿Cómo pretende convencer de ello a EH Bildu y Podemos?

No pretendo convencerles, porque tenemos un acuerdo programático que dice lo que dice. Nuestra prioridad es la conexión con el ancho de vía europeo mientras no se termine el tramo Zaragoza Castejón. Y ahí estamos todos de acuerdo. Cuando llegue el proyecto concreto, ahí habrá discrepancias. ¿Lo vamos a ver en estos próximos tres años? No lo creo.

En menos de un año han trascendido muchas discrepancias entre los socios de Gobierno. ¿Se ha diluido la unidad interna del cuatripartito? 

Para nada. Tenemos un marco general en el acuerdo programático suscrito por los cuatro partidos. Al formar el Gobierno, todos los consejeros conocían ese acuerdo programático y se vinieron a trabajar con ese compromiso. Así que el cuatripartito es una mayoría parlamentaria que hace el dibujo político de acuerdo a ese compromiso programático, y después está la gestión del día de a día de un Gobierno que va haciendo realidad dicho programa. El Gobierno trabaja a su ritmo. Cuando el Gobierno lleva una iniciativa legislativa, por ejemplo, antes de ser presentada a debate parlamentario se lleva al cuatripartito. ¿Esto os convence? ¿No?, pues fuera, la revisamos. Es más laborioso y trabajoso, pero es muy ordenado.

Pues a veces parece, permítame la expresión, más una jaula de grillos que un Gobierno empastado

¿Dónde está esa jaula de grillos? Las diferencias en el cuatripartito se exponen públicamente y con total normalidad, pero en esas discrepancias nunca se verá una cara del Gobierno. Ese ruido de diferencia razonable entre partidos políticos no afecta a la labor del Ejecutivo y eso acabará creando poso.

En estos 10 meses ha habido casos de discrepancias muy sonados, no lo negará.

Que no han afectado en absoluto al acuerdo programático. Y le pongo un ejemplo. La bronca con Izquierda Unida a costa de la OPE de Educación se produjo, justamente, cuando el Gobierno estaba elaborando la reforma fiscal. Y la reforma salió adelante, porque tenemos muy diferenciados los ámbitos en los que se dirimen las discrepancias. Otro ejemplo, la fricción por Aroztegia entre Geroa Bai y Bildu, que comienza cuando estábamos tramitando presupuestos. Hay ámbito y cauce para trabajar las diferencias y éstas no interfieren para nada en la gestión de Gobierno.

No sé si puede ser tan contundente. Ahí está el caso de la ley de Símbolos, aparcada para su debate después de las elecciones, o la ley de Incompatibilidades, que directamente se ha retirado del trámite parlamentario.

Es que la ley de Símbolos no está en el acuerdo programático. Y en cuanto a la ley de Incompatibilidades, los servicios jurídicos del Gobierno dijeron claramente que con la propuesta de 10 años de incompatibilidad, sin cesantías, estamos reservando la política para los jubilados, para los funcionarios, para los ricos. Esto es una propuesta de Podemos a la que se suma Bildu y ha habido normalidad y sensatez al retrasar su debate.

¿Se fía de sus socios de gobierno o teme este tipo de propuestas planteadas por sorpresa?

Claro que me fío, ya sabíamos que iba a ser así. Sabemos que vamos a tener tensiones, muchas. Si hay tensiones en los gobiernos monocolor, ¡cómo no los va a haber en este!

¿Le satisface la gestión de la consejera Beaumont, al frente del servicio de Bomberos, por ejemplo?

Sí. No sé si satisfacción es la palabra, pero creo que ha habido una actuación correcta y leal por todas las partes. Puedo no comprender por qué a un año, determinada jefatura decide que esto no es lo suyo. Pero reconozco la lealtad con la que se ha trabajado.

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