23J. El triunfo de la esperanza

Los resultados electorales de 23J son en primer lugar un triunfo para las izquierdas en tanto que garantizan la imposibilidad del que gobierne el tándem de la derecha PP-VOX. El PP había inflado sus posibilidades activando a todo gas sus terminales mediáticas y Freijó y su equipo han manejado la campaña de forma prepotente y marrullera en base al “antisanchismo” vacuo y tratando de ocultar o minimizar los acuerdos con Vox en los recién estrenados gobiernos de comunidades como Extremadura o Pais Valenciá con unas escandalosas propuestas de recortes sociales y de libertades que han provocado la movilización del electorado de izquierdas.

Sanchez por su parte ha realizado un intenso y eficiente trabajo de denuncia contra el tándem PP-Vox y los graves efectos que tendría un gobierno de ambos, que finalmente le ha llevado a sumar un millón votos sobre los que tenía 2019 y dos parlamentarios más. El que la suma de ambas fuerzas de derechas no alcance la mayoría parlamentaria abre la puerta a que las izquierdas y los partidos nacionalistas traten de alcanzar acuerdos que permita nuevamente la constitución de una coalición de gobierno progresista. Tarea nada sencilla pero a todas luces conveniente y posible.

Vox ha perdido 19 escaños y con ello abre una crisis el su interior y genera una frustración de las extrema derecha europea que esperaba reforzar sus posiciones al alza como ocurre en Francia, Alemania o Italia. La negación de la violencia machista y el cambio climático,… todo ello adobado con un lenguaje guerracivilista ha generado una desafección en parte de su electorado y ha sido un revulsivo para el electorado de izquierdas más pasivo. Con todo conviene no darlos por amortizados porque el espacio político con este tipo de mensajes ha echado raíces en Europa y el Mundo y está en proceso de expansión.   

Sumar ha hecho una buena campaña y ha obtenido un buen resultado si tenemos en cuenta que ha tenido que enfrentarse a la escenificación pública de tensiones internas durante largo tiempo, en un contexto en el que ya predominaba la división, descrédito y desmovilización de la izquierda del PSOE. Conviene tener presente que es el declive de Unidas Podemos, que se prolonga durante más de 5 años y que ha ofrecido sus datos más elocuentes en las pasadas elecciones del 28M, el que ha suscitado el nacimiento de Sumar. Una plataforma que se enfrenta a las limitaciones y errores cometidos por las anteriores experiencias, que afronta los complejos y extendidos problemas de la división de la izquierda, que promueve un nuevo lenguaje cercano y accesible a la gente, unas propuestas que afrontan los problemas de la vida cotidiana y plantea un proyecto trasversal que va más allá de los Partidos,… Todo ello genera nuevas expectativas, ilusiones y motivaciones en medio de un ambiente de desanimo provocado por el evidente proceso de cierre de ciclo que veníamos percibiendo en la trayectoria de UP. 

Como es lógico, la difícil tarea de encajar en un complicado puzle los 15 partidos que se han integrado en Sumar ha generado tensiones y el resultado final no ha satisfecho por igual a todos los protagonistas, pero pese a las dificultades la resultante final de dicha tarea ha sido encomiable, más aún si tenemos en cuenta que el adelanto electoral del 23J obligaba a precipitar el proceso de construcción del proyecto con el complejo recorrido de la elaboración de las listas electorales en el plazo de pocos días. Como decía Ernest Urtasun, portavoz de Sumar en la rueda de prensa tras conocerse los resultados electorales “Estos resultados son un punto de partida, llamado a extenderse en los próximos años”. En definitiva, Sumar ha llegado para quedarse y el resultado del 23J es un buen y sólido inicio de una andadura que acaba de comenzar.

También en Navarra, los resultados han sido positivos. Ciertamente Sumar en Navarra no consiguió representación en el Parlamento, pero los 43.564 (12,85%) votos obtenidos al parlamento encabezado por Idoia Villanueva (a 2.200 votos del parlamentario que obtuvo UPN) y los 41.390 que logró Edurne Eguino al Senado suponen un espectacular crecimiento en relación a los 20.000 votos (6,08%) que obtuvimos en las elecciones Forales como Contigo Zurekin.

Todos los miembros de Contigo Navarra-Zurekin Nafarroa (Podemos, IU, Batzarre e Independientes) apoyamos entusiastamente desde un principio el proyecto de Sumar y dedicamos nuestras energía a realizar la mejor campaña posible. Sirvió para un mejor conocimiento mutuo y seguir fortaleciendo los vínculos entre las gentes de los diversos colectivos. En el transcurso de esta andadura, ha quedado clara la compenetración y sintonía entre Contigo-Zurekin y Sumar como dos proyectos que están llamados a estrechar lazos en los tiempos venideros.

Con todo esto hemos inaugurado un nuevo ciclo en el que la ancestral división electoral de la izquierda da paso a unas fórmulas electorales únicas, tanto en Navarra como en el Estado. Cada partido o colectivo mantendrá la identidad que considere, pero tendrá que ser bajo una cobertura electoral compartida que habrá de resolver la correlación de fuerzas interna con fórmulas democráticas. Esto, a mi entender, es por fortuna un proceso sin marcha atrás. 

En estos dos envites electorales recientes (28M y 23J) las izquierdas transformadoras de navarra hemos estado a la altura de lo demandado por las gentes que cambiar las cosas y hemos salido fortalecidas, generando una imagen de unidad y buen entendimiento. Iniciamos pues un nueva andadura en el que desde estas bases unitarias, ambiciosas e ilusionantes aspiramos a extender nuestra representación, y a influir con cada vez mayor fuerza en el escenario político navarro para avanzar en la igualdad, impulsar el feminismo, pelear contra el cambio político y ensanchar el espacio de las libertades y derechos.