Contrapunto es el blog de opinión de eldiario.es/navarra. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de la sociedad navarra. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continua transformación.
La alegría de votar
Qué quieren que les diga… a mí siempre me da alegría ver espacios con urnas donde la gente acude civilizadamente a votar. Etimológicamente, voto significa compromiso; de ahí, los votos religiosos. El voto electoral es un acto de lealtad y compromiso para con lo Común. Pero mucha gente no comparte esta opinión. De tal modo, que en determinados países el sufragio activo es obligatorio. Es decir, están obligados a acudir a las urnas. En algunos casos, so pena de altas multas.
La obligación legal de votar se produce en países sudamericanos; también en Bélgica, Grecia y Luxemburgo. Se entiende que participar electoralmente, legitimando el sistema, es una obligación ciudadana. Algo así como los impuestos. En España, con una alta tradición libertaria y antisistema, prácticamente nunca se ha obligado a votar. Es más, en muchas ocasiones, la posición de abstención ha servido de plataforma electoral.
En España, se suele votar en domingo bajo el argumento de ahorro de costes. Como si la productividad se antepusiera a la democracia. Las últimas elecciones habidas fueron las catalanas. La situación era excepcional no sólo por el contenido de lo que se votaba. También fue excepcional porque se hacía en un día de labor, no festivo. Hacía casi 30 años que no se votaba en día no feriado. La última vez que se votó en unas elecciones generales en un día laboral fue un jueves 28 de octubre de 1982. Para unas elecciones europeas, un jueves 15 de junio del 1989. En esta ocasión, las elecciones catalanas las convocó el Gobierno de España en un jueves con el fin de hacer subir la participación, como así ocurrió. Posteriormente, el sentido del voto de los que acudieron a las urnas no fue del agrado del convocante. Pero eso tienen las urnas; que los que deciden son los ciudadanos y ciudadanas, no los partidos.
A mi modo de ver las cosas, la participación electoral es una expresión política que en muchas ocasiones mide la salud del sistema. Un sistema político basado en una alta abstención debiera encender las alarmas por su escasa legitimidad. Por ello, soy partidario de fomentar el acceso universal al ejercicio del voto. Soy partidario de facilitar la participación electoral. Así, lo estimable es que se vote en día laboral con permiso retribuido para aquellos que estén trabajando. Porque de esa manera se aumenta la participación electoral. Alguno puede argüir que es un artificio, que se trata de dopar el sistema; pero el ejercicio de la democracia debe ser premiado.
Estamos a casi seis meses para que se convoquen las próximas elecciones autonómicas y municipales. Mi propuesta es que se realicen los cambios legales para que se puedan convocar en un día laboral. Por ejemplo, modificando la ley electoral que fija el cuarto domingo de mayo. Que se suprima esa referencia dominical.
En definitiva, convirtamos el día electoral en una fiesta de la democracia y liberemos unas horas para ese ejercicio. Al fin y al cabo, no se vota todos los días. Si en el calendario laboral nos fijan hechas festivas por motivos religiosos (la Asunción, el Pilar, Viernes Santo, Santiago...), por qué no fijar como festivo, por unas horas, un día de la votación.
Sobre este blog
Contrapunto es el blog de opinión de eldiario.es/navarra. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de la sociedad navarra. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continua transformación.
0