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¿Decidirá Pamplona derribar el monumento a los Caídos o reformarlo?

Monumento de los Caídos, en Pamplona.

Miguel M. Ariztegi

La ciudadanía de Pamplona tiene hasta el próximo 7 de marzo para opinar sobre las 7 propuestas seleccionadas en el concurso internacional de ideas para la transformación del Monumento a Los Caídos y su entorno urbano. Pueden hacerlo en el palacio de Condestable, donde están expuestas someramente, o bien a través de la web de participación Erabaki.

Seis de los siete proyectos plantean reformas de más o menos importancia, y uno derribarlo por completo, opción que cuenta incluso con una plataforma en su defensa. Sin embargo, más allá de la decisión final, que deberá enfrentarse a numerosos condicionantes legales, son muchos los que plantean dudas sobre la forma en que el Ayuntamiento de Pamplona utiliza la participación ciudadana. Empezando por uno de sus socios políticos, Izquierda-Ezkerra, que propondrá en la próxima Comisión de Urbanismo que se consulte también la decisión final a la ciudadanía. Pero son más los que dudan del proceso de consulta mismo. ¿Están los ciudadanos preparados para tomar una decisión así?

Las 7 propuestas elegidas lo han sido entre un total de 48 proyectos válidos, que se ajustaban a las bases del concurso, recibidos en la Gerencia de Urbanismo. Tras las aportaciones ciudadanas, las propuestas ganadoras pasarán a una segunda fase: sus autores tendrán dos meses para desarrollarlas y llevarlas al grado de anteproyecto. Para poder realizar este trabajo, los equipos redactores recibirán 25.000 euros.

El concurso comprendía no solo la actuación sobre el edificio de Los Caídos en virtud de los parámetros marcados en la Ley de la Memoria Histórica, sino también la reordenación urbanística de la plaza de la Libertad, el parque de Serapio Esparza (la parte trasera del monumento) y las calles adyacentes, dejando libertad para decidir si mantener, transformar, eliminar o sustituir el actual edificio aunque en todos los casos había que dotarlo de nuevos significados cívicos compatibles con la memoria democrática. Además, era obligatorio mantener el aparcamiento subterráneo bajo la plaza y sus accesos, así como la estructura viaria, especialmente las calles Iturralde y Suit y Aoiz. Al concurso, convocado por la Gerencia de Urbanismo municipal, se presentaron 49 propuestas.

La selección ha corrido a cargo de un jurado internacional presidido por el alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, e integrado por tres personalidades del mundo de la arquitectura: la doctora en Arquitectura, profesora en la Escuela de Arquitectura de Barcelona-UPC y directora de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramanet, Zaida Muxí; la profesora titular del departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, Pilar Biel; y el licenciado en Ciencias Políticas de la Freie Universität Berlin y doctor de la Facultad de Ciencias Sociales y de Planificación de la Technische Universität Berlin, Max Welch. Junto a ellas, el arquitecto y director de la Gerencia de Urbanismo y del área de Urbanismo, Vivienda y Rehabilitación del Ayuntamiento de Pamplona, Vicente Taberna; el doctor en Arquitectura y presidente de la Agrupación Vasco Navarra de Arquitectos Urbanistas (AVNAU), Javier Martínez Callejo; y el arquitecto y profesor universitario Rafael de Cáceres. Como secretaria del jurado, con voz pero sin voto, ha actuado la letrada de la Gerencia de Urbanismo Rebeca Sánchez.

El Ayuntamiento solo establecía dos premisas. Por un lado, la debida a su contenido simbólico y sus efectos sobre la memoria democrática, haciendo necesaria una resignificación del monumento mediante su transformación o su desaparición; por otro, supone una ocasión para intervenir y reconvertir el espacio urbano en un lugar de encuentro engarzado en el tránsito entre la ciudad consolidada y los nuevos desarrollos urbanísticos al sur.

Los proyectos

Pausoz pauso. Número 6

  • Plantea la inserción del monumento en un recorrido cultural que enlaza diferentes puntos de especial relieve de la ciudad. El uso propuesto es un museo dedicado a la ‘Cultura navarra y los Sanfermines’, además de cuestiones genéricas sobre la cultura de Pamplona y Navarra en el siglo XXI. Mantiene el conjunto edificado y añade un edificio posterior, adosado al ábside, para poder albergar el programa propuesto. Plantea la relación entre la plaza de la Libertad y los jardines de Serapio Esparza mediante sendos pasos bajo las galerías laterales, generando para ello una depresión de la rasante del espacio publico. La propuesta plantea la incorporación de usos ciudadanos cotidianos en la actual plaza monumental. Por otra parte, se ha valorado positivamente el planteamiento explícito de transformación del monumento y su entorno como proceso continuado. Los autores son Borja Gorostiaga Requejo, Nerea Aranbarri Kortabarria, Aitor Acilu Fernández.

Metamorfosis. Número 12

  • Esta propuesta plantea la eliminación completa del conjunto monumental: templo votivo, arquerías y pabellones laterales, erigiendo un cuerpo de volumen reducido que contiene una parte del material de la edificación demolida, creando así un poético espacio de rememoración. Se propone el mantenimiento, en el plano del pavimento, de la traza de la actual ubicación del monumento. En esa área se propone la creación de un elemento tipo pérgola, que insinúa un cuarto lado porticado para la plaza. La plaza es despojada de estanque y graderíos. Esta operación de vaciado total genera un dominio peatonal unitario desde Carlos III hasta la calle Monjardín, al transformar también el área de las Misioneras del Sagrado Corazón. En este afán de limpieza del espacio se propone el traslado de las rampas del garaje subterráneo, que se recolocan en la calle Iturralde y Suit. Esta pérgola supone un filtro sutil. Permite el libre deambular por todo el espacio público y aloja, en su lado oeste, un espacio de la memoria, construido con el material procedente del actual monumento. Se valora especialmente esta propuesta como actuación prototípica de eliminación del conjunto monumental y por la construcción de un poético espacio de rememoración. Los autores son Jordi Comas Mora y Anna Pont Armengol.

Árbol de la memoria. Número 28

  • Mantiene el conjunto edificado por templo central, galerías y pabellones laterales. Todos los elementos se relacionan mediante una entreplanta en las arquerías. El interior del templo tendrá nuevas plantas en las naves laterales, respetando el gran vacío central. Se propone la implantación de un centro dedicado a la cultura y a la memoria histórica que ocupará todo el conjunto con sus diversas partes. Se establece un nuevo nival en las arquerías laterales, a fin de posibilitar la conectividad urbana y la circulación interna de los espacios recuperados. Se eliminan el estanque, escaleras y plataformas actuales. Plaza y jardín trasero se resuelven en una rasante continua posibilitada por el recrecimiento del edificio hacia abajo, creando un nuevo zócalo. El acceso principal al nuevo centro cultural se efectuará, por lo tanto, a nivel de la cripta. Se traslada la actual parroquia de Cristo Rey al sur del conjunto, y se modifica el área urbana en el arranque de la avenida de Juan Pablo II con la incorporación de un evidente recorrido peatonal que liga Lezkairu con la plaza de la Libertad. Los autores son Jokine Crespo Garbisu y Luis Beriáin Sanzol.

Civitas. Número 31

  • Se eliminan las arquerías, conservando los pabellones laterales con sus usos actuales. El templo votivo se mantiene, ahora aislado. Se modifica el sistema de gradas sobre el que se apoya, que ahora envolverán el templo, manteniendo las proporciones originales de éste. Las gradas son convertidas en espacio de estancia quitando la monumentalidad axial. En la parte trasera del monumento, y manteniendo cierta separación, se propone un nuevo volumen edificado. Propone la conservación del edificio como espacio de reflexión, y antesala para acceder a un centro de memoria histórica. Se eliminan el estanque, escaleras y plataformas actuales que, juntamente con el aislamiento del pabellón central, permiten que plaza y jardín sur se conviertan en un espacio prácticamente unitario, resolviendo con gran naturalidad la dualidad actual plaza-jardín. Los recorridos peatonales hacia Lezkairu se refuerzan con la reurbanización como espacio público de áreas que se proponen transformar al sur. El autor es Oscar Mongay Jiménez.

La casa de todos. Número 34

  • En esta propuesta se plantea el mantenimiento del cuerpo central del monumento y las arquerías, sustituyendo los pabellones laterales por nueva edificación. Todos los elementos se relacionan mediante una entreplanta en las arquerías. Se justifica la inclusión dentro del conjunto de alguna institución pública, concretamente una sede municipal, como forma de resignificar el monumento. Además, estos nuevos usos incorporados para garantizar la presencia de actividad pública en la plaza, se sitúan básicamente en la sustitución de los pabellones laterales. Plaza de la Libertad y Jardines Serapio Esparza se relacionan mediante la suave deformación de las rasantes del espacio público, permitiendo la continuidad de recorridos. El autor es José Ramón Sierra Gómez de León.

La puerta del sur. Número 41

  • Es una propuesta que opta por el mantenimiento del edificio. Justifica el valor patrimonial del edificio, y la transformación que propone es acorde con los valores que le reconoce. El jurado quiere señalar que esta propuesta tiene la virtud de ser muy didáctica para ver lo que supone mantener el edificio tal y como está (con arquerías y edificios anexos). En cuanto a los usos, la propuesta sugiere unos usos (museo) sin descartar otras opciones, pero considera que la decisión final es trasladable a otro momento, aunque propone un programa provisional alternativo de carácter lúdico-recreativo (restaurante, librería, cafetería) con el que se pretende hacer el lugar atractivo, aunque esta parte de la propuesta no se considera que sea lo más relevante de ella. Resuelve la conexión con la parte sur mediante el paso bajo las galerías. Para conseguir ese objetivo, sin alterar las proporciones del edificio desde la plaza, plantea la creación de un porche previo, que supone la prolongación de la idea de plaza porticada también al lado sur de la misma. Se efectúa una reconfiguración de la plaza dando importancia al espacio público con un tratamiento continuo del mismo, y propone una peatonalización total, eliminando vías rodadas laterales y el estanque central. Este gran espacio público se extiende hacia el sur, hasta la rotonda de la calle Monjardín, insinuando una remodelación de la calle Aoiz. Los autores son Tabuenca & Leache + DOA Arquitectura.

Wu. Número 49

  • Se eliminan arquerías y edificios laterales, dejando el templo votivo como único resto del conjunto monumental. Al oeste del templo se propone un nuevo edificio, creando un sugerente contraste entre ambos volúmenes, tanto en geometría, textura y alineaciones. La disposición de estos dos edificios genera una clara fuga del espacio público hacia el sur por el lateral de la plaza que conecta más fácilmente hacia Lezkairu, estableciendo la asimetría resultante como una de las características definitorias del nuevo espacio público. El actual templo se convertirá en biblioteca, con ocupación de las alas por diversas plantas y manteniendo el gran vacío central libre. El nuevo edificio se dedicará a un centro de mediación de conflictos. Ambos usos, a pesar de la posible indefinición del segundo, se consideran muy adecuados desde los criterios propuestos en las bases del concurso. El espacio de la plaza se trata de forma ascendente hacia el tempo votivo, y desde allí se baja hacia el lado sur suavemente. Los autores son José Manuel Rodríguez Peña, Germán J. Delgado Pérez, Ingeniería y Arquitectura Techne Proyectos S.L.P.
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