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Ferraz dice sí a Chivite y no a EH Bildu: “Lo que haga cada uno no es responsabilidad nuestra”

José Luis Ábalos.

Irene Castro / Miguel M. Ariztegi

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“Sabemos que tenemos un ángel de la guarda en Madrid, que es Santos Cerdán”, reconocía un pletórico Ramón Alzórriz después de que el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, confirmara punto por punto el apoyo que el pasado jueves brindó el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, a los planes de María Chivite de conformar un gobierno de progreso para Navarra. Se aleja así el fantasma del agostazo de 2007 de la ronda de contactos impulsada por los socialistas navarros, que hasta ahora no habían podido convencer a sus interlocutores de que no estaban nadando para morir en la orilla.

“Llevamos una semana diciendo lo mismo. Nunca nos hemos sentido atacados por lo que ha dicho nuestro partido sobre Navarra, sino coordinados”, subraya el número dos de María Chivite en declaraciones a eldiario.es. Censura a “cierta prensa de Madrid” que “ha intentado meter cizaña y manipular”: “Sánchez nos dio toda la razón el jueves, y ahora nos lo confirma toda la Ejecutiva. No es ni más ni menos que lo que llevamos diciendo durante toda la ronda de contactos”.

La lectura desde la sede del paseo de Sarasate es clara: “Es un espaldarazo, ha quedado claro que tenemos todo el derecho, y la obligación, de tratar de conformar un gobierno progresista en Navarra. Y está claro que no vamos a negociar con EH Bildu, pero también queda claro que ellos podrán hacer lo que les da la gana”.

La confirmación de Ábalos de que los socialistas desligan ahora Navarra de la gobernabilidad de España es música para el PSN, que batallaba con sectores de su propio partido que valoraban el ofrecimiento de abstención de UPN si el PSOE permitía que Navarra Suma gobernara en la comunidad foral. Hasta ahora Ferraz se había desmarcado de las conversaciones de María Chivite para armar un gobierno progresista en Navarra ya que necesitaría la abstención de Bildu, pero ha dado un giro. 

“Que Bildu vote en contra se abstenga, o vote a favor o en contra, si no se negocia no depende de uno”, ha justificado Ábalos: “Lo que haga cada uno no es responsabilidad nuestra”. Lo que sí ha asegurado es que no se va a “pactar nada” con la izquierda abertzale y que el ejemplo se verá este mismo sábado en la composición de los ayuntamientos. El PSOE permitirá a Navarra Suma hacerse con la Alcaldía de Pamplona en vez de decantar la balanza en favor de Bildu. 

El argumento va un paso más allá porque el dirigente socialista ha argumentado que la vía navarra les quita más de los que les da en la investidura de Sánchez ya que, según ha explicado, el PNV votaría entonces en contra: “Si pretendíamos ganar dos, hemos perdido seis”. 

UPN: “Cesión al chantaje del independentismo vasco”

Y la alegría del PSN es la pena de los regionalistas navarros. El Comité Ejecutivo de UPN ha tildado este lunes “perjudicial para Navarra y para España” que el PSOE “ceda al chantaje del independentismo vasco”.

En un comunicado, UPN ha contestado a Ábalos que “no hay abstención gratis” y ha insistido en que “Chivite solo podrá ser presidenta con el apoyo de Bildu”. “Es la única forma, no hay otra, que no pretendan engañar a nadie”.

El PSOE está en la fase de los tacticismos para la investidura de Pedro Sánchez, que espera se celebre en la primera quincena de julio. Los socialistas reclaman ahora la abstención de PP y Ciudadanos en aras de la estabilidad y han comenzado otra estrategia: la del miedo a una repetición electoral que, a su juicio, pasaría especial factura a Unidas Podemos, pero también a los partidos de la derecha. 

La estrategia del PSOE pasa ahora por reclamar a los tres grandes partidos que arrimen el hombro para que haya investidura. “El PSOE actuará con generosidad. No pedimos acatamiento sino altura de miras por el bien común, por el bien de España”. En esa nueva táctica, los socialistas se ahorran ir sumando con cuentagotas apoyos parlamentarios, que es en lo que estaban hasta ahora. La abstención de PP o Ciudadanos facilitaría a Sánchez el camino sin necesidad de depender de fuerzas como UPN o Coalición Canaria, que vinculan el sentido del voto en el Congreso a lo que suceda en los gobiernos autonómicos. 

 

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