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Alumnado universitario en Navarra: la UPNA mantiene sus cifras pese al tirón de la privada

Una prueba de Selectividad, una de las medidas afectadas por los cambios normativos / Foto: Efe.

Garikoitz Montañés

Las universidades públicas españolas han perdido 77.000 estudiantes en los últimos cuatro años, mientras que centros privados han ganado 5.000. El sindicato CCOO recogió estos datos del Ministerio de Educación para denunciar cómo las políticas implantadas por el Gobierno de Mariano Rajoy, y en concreto se refirió a la subida de las tasas y a la reducción de las becas, benefician a las universidades privadas. ¿Esta situación es extrapolable a Navarra? Lo cierto es que el centro público aguanta el tirón, aunque la Universidad de Navarra continúa aumentando su alumnado: su número de estudiantes de grado creció un 13% este año, y ya en el curso 2014-2015 la cifra había subido un 7% con respecto al año anterior. Este es un repaso a las principales cifras de los centros navarros.

La UPNA espera contar en este nuevo curso académico 2015-2016 con más de 8.000 estudiantes, una cifra aún sin cerrar porque en octubre aún hay plazos de matrícula abiertos. El dato es constante durante los seis cursos anteriores, en los que el alumnado siempre se ha situado por encima de los 8.000 estudiantes: el mayor balance, por ejemplo, se alcanzó en el año 2013-2014, con alrededor de 8.360 matriculados. Estas cifras demuestran que la UPNA aguanta el tirón, considerable, de la Universidad de Navarra: entre 2014 y 2015, por ejemplo, la UN contó con 9.388 estudiantes, entre quienes cursaban grados (7.555) y posgrados (1.833, aunque no todos estudian en Navarra porque también incluye el alumnado del IESE Business School, cuyas principales sedes no están en la Comunidad Foral).

Con todo, el rector de la UPNA, durante su etapa como vicerrector de Investigación, ya insistió en que “los cambios normativos en Educación se lo ponen más fácil a las universidades privadas”, destacó cómo se ha disparado la apertura de nuevos centros en España en este ámbito y, durante la campaña por el Rectorado (en la que acabó imponiéndose a Jorge Nieto), insistió en que la universidad no es elitista pero que “el problema es que esa sea la meta”.

Los datos actuales de alumnado universitario en Navarra, no obstante, son llamativos. Y eso a pesar de que, dada la evolución de la población, se calcula un progresivo descenso del número de personas en edad universitaria: el Instituto Nacional de Estadística ya apuntó, como se recoge en este artículo de Diario de Noticias, que el dato de personas menores de 25 años ahora es similar a los registros que había 2002 y que, en la próxima década, ese tipo de población puede reducirse un 6%. Y, pese a todo, por ejemplo la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) contó el año pasado con 4.540 estudiantes, 1.700 más que seis años antes.

La crisis y la necesidad de completar la formación es una de esas razones, de ahí que las miradas se centren en los estudios de posgrado. El Consejo Navarro de la Juventud, de hecho, ya ha asegurado que, entre los problemas de emancipación de la juventud navarra y de acceso al empleo, una de las características más llamativas es una “sobrecualificación” entre la juventud que llega a un trabajo. Si se llega, porque, como apuntaba su presidente, Eduardo Alonso, a menudo la juventud se pregunta ¿Y ahora qué, otro máster?. Por ejemplo, en los últimos años ha seguido aumentando el número de estudiantes que preparan el doctorado en la UPNA: en el curso 2013-2014, se llegó a contar con 468 estudiantes en esta vía, cuando apenas cuatro ejercicios antes eran 270.

La crisis y la universidad

En la Universidad de Navarra, el aumento es del 7% en los estudios de posgrado. El director de Admisiones del centro, Álvaro Balibrea, atribuye el aumento a un claro reflejo de la situación económica y al interés por mejorar la formación: “Cuando el mercado laboral sufre, y no hay ofertas de trabajo, la gente formada o se marcha fuera, y se produce ese éxodo de cerebros que hemos sufrido, o busca mejorar su cualificación profesional”. Preguntado, no obstante, sobre esas modificaciones normativas en Educación, Balibrea reconoce que los cambios “favorecen que haya nuevos centros para grado y postgrado”, pero defiende que la UN “queda fuera de esa polémica” al tratarse de una universidad fundada en 1952.

¿Es Navarra una excepción a esta pérdida de alumnado en los centros públicos? La responsable de Educación de CCOO en Navarra, Maite Rocafort, opina que ahora mismo puede ser así, pero que el peligro de los cambios normativos es “a futuro”. Y, en concreto, se refiere al 3+2, una de las consecuencias más debatidas del plan Bolonia y que permite sustituir a las universidades, dicho en general y con excepciones en algunas carreras, las titulaciones de cuatro años más uno de máster por otras de tres más dos. Rocafort considera que ese sistema beneficia a los centros privados, a los que se elige para completar esa formación ya sea por el prestigio, por el déficit de adaptación de los centros públicos o por sus problemas para afianzar el profesorado. De ahí que lamente que “da miedo pensar en qué puede ocurrir dentro de unos años con el 3+2”, porque está por ver si el resultado de la suma cambia.

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