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La ayuda detrás de la barrera

Mari Jose y Sara dan las últimas instrucciones al grupo de Cruz Roja en Telefónica.

Garikoitz Montañés

Pamplona —

Unos ojos, desde la barrera, pueden salvar una vida. Esa es la presión, y la motivación, de los voluntarios de Cruz Roja durante los encierros. La organización se vuelca durante estos sanfermines en su asistencia sanitaria y, en especial, en la cobertura de la carrera. Distribuidos por el recorrido, estas personas con el chaleco rojo o naranja siguen el evento con precisión. Detectar cómo ha sido una cornada o una caída puede ser clave para la asistencia posterior. Y eso entre corredores que se empujan, pasan por debajo del vallado, saltan y pelean por una carrera frente a las astas. A veces, cuentan, ni siquiera se puede distinguir un toro de un cabestro. Todo pasa en apenas dos minutos. Y, por eso, antes se preparan como un equipo. Con consignas, frases de apoyo y una meta común: intervenir lo antes posible. Así es el dispositivo de Cruz Roja para los encierros.

“No resulta fácil mover a un mínimo de 120 personas cada mañana durante ocho días consecutivos, a las 06:30 horas, en perfecto estado y para atender el encierro. Puede que este no sea solo el operativo más importante de Cruz Roja Navarra, sino el de toda España”, cuenta el presidente de la entidad en la Comunidad Foral, Joaquín Mencos. “Es complicado, muy complicado, pero al final se consigue organizar esto gracias a muchos palos y mucha experiencia. Encima hay que tener en cuenta que está el personal que se ve, en el recorrido, y el que no, que se queda en las ambulancias, en la radio en la sede…”, subraya el coordinador del operativo desde hace siete años, Jesús Muniain.

Sobre las 06:30 horas, los miembros del colectivo se citan en el local de Cruz Roja en Pamplona, ubicado cerca del coso taurino. Gracias a unos largos listados colgados en la pared, los presentes se distribuyen por grupos y tramos. En cada uno, hay un responsable y un encargado de transmitir la información. Hacia el vallado primero parten los tramos más alejados hasta, progresivamente, llegar al grupo que acompaña eldiarionorte Navarra, en la curva de Telefónica. Al pasar por el callejón de la plaza, el público rompe a aplaudir. El próximo día 14, la comitiva incluso atravesará la arena, como reconocimiento a sus 150 años de historia.

Cruz Roja cuenta con alrededor de 3.000 voluntarios en Navarra y 19.000 socios. 350 voluntarios (de Pamplona, Navarra y otras autonomías -unos 25-) son los que hacen posible la cobertura de las fiestas, desde las 21:00 horas del 5 de julio hasta las 09:00 del 15. De esta forma, el colectivo está presente, con sus servicios preventivos, en alrededor de cien actos durante las fiestas. Es lo de todos los años, aunque esta vez sea diferente. Por el aniversario y porque esta vez lanzaron el Chupinazo de los sanfermines 2014. Mikel Martínez, abogado y voluntario de Cruz Roja desde hace 22 años, fue el encargado de prender la mecha. Y, después, durante las fiestas, es uno más de los miembros del equipo que vigila el encierro, en su caso desde la siempre complicada curva de Mercaderes.

En Telefónica, por ejemplo, las responsables son Mari José Valencia, ‘la abuela’, y Sara Merchan, con 36 y 17 años de experiencia en San Fermín. Antes de la carrera, se dirigen al grupo para dar las últimas indicaciones. Este rato de espera, hasta que a las ocho de la mañana suena el cohete, es el que se hace más largo. Y, luego, en apenas dos minutos, el encierro habrá terminado. Por eso, según explica Valencia, la clave para un voluntario de Cruz Roja es no perder la calma pese a que, al principio, es habitual “no ver nada entre tanta gente”. Con el tiempo, en cambio, se aprende a prestar especial atención a aquellos mozos que estén cerca de los toros. Ahí es donde puede haber caídas o heridas más graves.

La importancia de la comunicación

Pero para Cruz Roja el encierro no termina en ese suspiro que es la carrera. Después, hay que anunciar el parte de heridos. Para señalar las incidencias durante los encierros, Cruz Roja cuenta desde hace cuatro años con un sistema telemático diseñado por un voluntario junto a la Universidad Pública de Navarra. A través de Internet, este sistema, similar a una aplicación del móvil, agiliza la solicitud y asignación de ambulancias para los traslados a los hospitales. Así, por ejemplo, uno de los responsables de comunicación del colectivo, Alfonso Contín, puede anunciar a los medios de comunicación que en el encierro de los Jandilla de este 11 de julio no hubo ningún herido por asta de toro pero sí ocho traslados a hospitales. Gracias a una PDA, desde cada tramo se anuncian las atenciones, la causa y el hospital de destino.

Esta información se facilita al momento al centro de coordinación de Cruz Roja, a SOS Navarra, los hospitales y al personal del encierro. Uno de los hombres-radio es Nacho Sánchez, responsable de las comunicaciones en la curva de Telefónica desde hace 23 años. Resulta fácil distinguirle por la PDA y equipo de radio de última generación, que al final funcionan como dos canales informativos complementarios. Un lío de comunicaciones para el que es importante “descansar mucho, robar al día las horas que te dejen los hijos y no excederse”.

Al final, todo este entresijo de voluntarios, ambulancias, avisos, traslados, profesionalidad, seriedad y buen humor sirve para que cada día del encierro, nada más acabar, Cruz Roja pueda atender a los heridos y contar qué ha pasado. Además, de puertas afuera, esta rapidez comunicativa también se ha acelerado: el colectivo comunica los partes de heridos a través de la red social Twitter (@CruzRojaNavarra), su página web y otros portales como Facebook, YouTube o Flickr. Así es la labor de Cruz Roja. La de ser una ayuda detrás de la barrera, la de vivir los sanfermines ayudando a los demás. Porque eso también es una fiesta.

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