Un banco (que no es de sangre) en pleno Complejo Hospitalario de Navarra
Un nuevo edificio cobra forma en el Complejo Hospitalario de Navarra. Y no es ninguna de las infraestructuras sanitarias recogidas en el reciente informe de la Cámara de Comptos, en el que se lamentaba cómo se solapaban tantas inversiones que han provocado retrasos en su equipamiento y, por tanto, en su puesta en marcha. En este caso, según lamentan los sindicatos de la Comisión de Personal, las obras avanzan a buen ritmo (no en vano, en el concurso tramitado en 2014 para este fin se preveía un plazo de tres meses para su ejecución). Y lo lamentan porque la construcción es de un banco, y no precisamente el de sangre.
Un letrero anuncia que se trata de una oficina del Banco Santander, que se ubica cerca de la capilla del recinto, en frente del Centro de Investigación Biomédica. Los sindicatos reconocen su sorpresa, cuando no su indignación por este tema y, a pesar de que no se reúnen con representantes de la Dirección tras la tensión, entre otras cuestiones, por cómo se están gestionando las nuevas Urgencias, ya han solicitado explicaciones, según confirman fuentes de CCOO: “Nos enteramos de ello cuando vimos que se estaba construyendo, y nos ha extrañado ver una entidad privada en pleno complejo sanitario. No tiene sentido”. Desde ELA, por su parte, temen que actuaciones de este tipo “sienten un precedente” y, por tanto, se extiendan.
El Gobierno de Navarra y el Banco Santander ya han firmado con anterioridad acuerdos vinculados a la Sanidad. Por ejemplo, ambas entidades ya anunciaron el 29 de junio de 2012 un acuerdo (que se mantenía hasta finalizar 2013) para que la entidad financiera promoviera el desarrollo económico de la Comunidad Foral mediante líneas de financiación a empresas, autónomos, comercios y profesionales. En total, se habló de 650 millones.
Ese mismo día, se explicó también que ambas partes habían incluido en ese convenio la concesión de becas de estudio y de prácticas para estudiantes, profesores e investigadores y la implantación de la Tarjeta Sanitaria Inteligente. Esta, en principio, tendría una implantación progresiva y serviría como acreditación para que profesionales sanitarios. El PSN después preguntó, en octubre de 2012, por el avance en el reparto de estas tarjetas, y la propia consejera de Salud, Marta Vera, explicó que el desarrollo dependía de la creación de un Comité de Seguimiento que aún no se había formado. Y es ahora cuando el personal tiene unas nuevas tarjetas de acreditación, aunque, según critican los sindicatos, no ha habido explicaciones oficiales sobre qué cambios suponen. Lo único que han visto es que el logo del Banco Santander figura en su dorso.
La concesión
Y, en cuanto a la construcción de la oficina, Diario de Noticias ya recogió hace ahora un año que el Complejo Hospitalario contaría con una oficina bancaria, a cambio del pago de un canon al Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea que, según se anunció en junio de 2014, sería de al menos 10.000 euros al año hasta el 31 de diciembre de 2020. Estas eran, al menos, las condiciones con las que esta obra salió a concurso, y que por ejemplo también valoraba las horas de apertura al público, la oferta económica, dejaba la construcción en manos de la concesionaria e impedía que se subrogara la concesión. El 23 de junio de 2014 se decidió, finalmente, que la adjudicación recaía en el Santander.
Fuentes de la Comisión de Personal lamentan ahora que el Gobierno haya promovido y permitido esta construcción de una entidad privada en unos terrenos de uso sanitario. Como curiosidad, cabe recordar que, como ya señaló el propio Gobierno al celebrarse los cien años de aniversario de la capilla del complejo, el hospital (entonces se llamaba Hospital de Barañáin) se impulsó gracias a los fondos donados por Concepción Benítez Ruiz, de origen mexicano, quien destinó su dinero para construir un hospital con varias condiciones: pabellones separados por jardines, aislar los sexos y enfermedades y hacer un centro “digno de los pobres”.
