Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

El 'Aita Mari' recurrirá a la Justicia para poder lanzarse al mar y rescatar migrantes

El 'Aita Mari' está atracado en Pasaia a la espera de permiso para lanzarse al Mediterráneo a realizar labores de rescate

Rubén Pereda

El ‘Aita Mari’ sigue amarrado al puerto de Pasaia. Una jornada más sin poder partir para ofrecer ayuda, que es lo que la tripulación desearía hacer. Los responsables del buque han anunciado ahora que tomarán acciones legales contra las “limitaciones ilegales” que están impidiendo que participe “en operaciones de rescate de personas en riesgo de muerte en el Mediterráneo”. El barco, que necesitaba algunas reparaciones, arribó al puerto de Pasaia el domingo y desde allí lucha para que se levante la prohibición. “Pelearemos durante este mes para conseguir un despacho limpio, sin esas restricciones”, afirma Íñigo Mijangos, presidente de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario.

Ha señalado que no comprende “el giro” tomado por el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, quien, “tras invocar los derechos humanos” en el caso del Aquarius, está siguiendo ahora “la misma política que Salvini”. “El haber salvado la vida a las 630 personas del Aquarius hace que valga la pena dedicare a la política”, llegó a asegurar el presidente en su libro. Por el momento, el jefe del Ejecutivo no le ha concedido al ‘Aita Mari’, el que fuera un atunero, permiso para brindar apoyo a los migrantes que necesitan ser rescatados del Mediterráneo.

Ni acuerdos ni desobediencia

La Dirección General de la Marina Mercante basó su negativa en el hecho de que el navío pertenece a una naviera privada, por lo que, para desarrollar tareas de rescate en aguas que no caen dentro de la jurisdicción española, necesita “establecer acuerdos”. Ante la falta de permisos para actuar cerca de las costas españolas, el ‘Aita Mari’ ha estado más de dos meses trabajando en Grecia, aunque en puerto. “Si no conseguimos el permiso, volveremos a hacer ayuda humanitaria en las islas [del Egeo]”, comenta Mijangos.

La desobediencia, por otra parte, no entra dentro de sus planes, puesto que las sanciones podrían ascender hasta los 1.200.000 euros, cifra que, asegura, no podrían costear. De hecho, el caso de la capitana Carola Rackete ha sentado precedente de lo que significa desobedecer las leyes europeas marítimas. Esta joven, que llevaba más de dos semanas buscando un lugar alternativo al que llevar a las cuarenta personas que portaba a bordo, fue detenida ayer nada más atracar en la isla de Lampedusa.

Etiquetas
stats