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Abanto-Zierbena gasta más en los dos trabajadores de una empresa pública que en sus más de mil parados

Gorka Ascorbebeitia

Abanto-Zierbena es uno de tantos municipios vizcaínos bajo cuyo respaldo nació otra empresa pública en época de bonanza económica. Antes dedicada a invertir en ladrillo, Abanto-Zierbena Zerbitzuak S.L. se encarga hoy de gestionar toda una variedad de servicios que van desde la dinamización cultural al fomento del empleo en este pueblo de 9.600 habitantes. El Ayuntamiento, gobernado actualmente por el PNV, gasta anualmente más de 110.000 euros en pagar los salarios de su gerente y su secretaria. Mientras que a pesar de tener una tasa de paro actual cercana al 19%, más de 1.000 personas, su aportación a programas para combatir el desempleo apenas alcanza los 90.000 euros.

La empresa pública nació cuando el presupuesto del Ayuntamiento rondaba los 14 millones de euros y su principal función era ahorrar dinero en el pago del IVA al encargarse de las inversiones municipales en infraestructuras. Ahora que el presupuesto ha caído a los 11 y el gasto en ladrillo es prácticamente nulo, la sociedad se ha convertido en una suerte de cementerio de elefantes que cuesta a las arcas municipales 457.400 euros al año.

La Diputación Foral de Bizkaia completa esta cifra con una aportación de 93.000 euros destinada a programas de empleo y promoción económica y que complementa la contribución municipal de una cuantía similar. El resto del presupuesto se dedica a servicios como los programas infantiles y juveniles o la dinamización cultural y del gaztegune.

Entre sus gastos también se pueden encontrar otros conceptos más difíciles de contrastar como una asesoría externa por valor de 15.000 euros y una auditoría contable también externa de 4.300. Esta opacidad es precisamente una de sus aspectos más criticados por parte de la oposición municipal. “Se nos vendió que iba a ahorrar dinero al Ayuntamiento, pero a nosotros no parece que es una forma de que los contratos que gestiona escapen al control municipal”, explica Javier García Olazabal, portavoz del PSE en la Abanto-Zierbena. Como concejal de la localidad encartada, está en la junta de la sociedad, pero ésta sólo se reúne una vez al año para revisar su presupuesto con lo que los partidos de oposición no tienen mucho margen para contrastar su día a día.

Desde su punto de vista, la situación de la empresa pública es “completamente inasumible dados los tiempos que corren y con más de 1.000 parados en la localidad”. “Es un despropósito que dediquen más dinero a pagar los sueldos del gerente, que es un miembro del PNV de Muskiz, y su secretaria que a planes de empleo”, censura. “Al menos podrían haber puesto a alguien del pueblo”, añade. La selección del personal de la empresa pública la llevó a cabo una conocida asesoría de recursos humanos bilbaína, pero, una vez más, sus procedimientos escaparon al control de la oposición municipal.

El portavoz socialista cree que las funciones que actualmente cumple la sociedad los podría desarrollar la plantilla municipal, compuesta actualmente por alrededor de 60 funcionarios. “A día de hoy ya no tiene ningún sentido que siga existiendo, por lo que deberíamos disolver la empresa y devolver la competencia a los trabajadores del Ayuntamiento, desde donde se ofertaban sus servicios originalmente”, apunta.

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