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“El colegio investigó los abusos a mi hijo de forma negligente y torticera”

Eduardo Azumendi

“Cuando oigo al director del colegio Gaztelueta decir que se ha mostrado cercano con mi familia, pensaría que es algo hilarante si no fuera por lo trágico que es todo lo que ha pasado”. Así se expresa el padre del joven que acusa a un docente del colegio Gaztelueta (Leioa), dirigido por el Opus Dei, de abusar de su hijo cuando era menor y tenía 12 años. El propio Papa Francisco ha ordenado abrir un juicio canónico (dentro de la Iglesia) para esclarecer los hechos. De esta forma, el Santo Padre se hace eco de la denuncia de la familia, quien ha presentado una querella criminal en los juzgados de Getxo por unos hechos que ocurrieron hace seis años. En ese momento, la Fiscalía archivó de forma provisional el caso. El afectado hoy es mayor de edad (tiene 19 años). El colegio, que defiende la presunción de inocencia del profeso, asegura que se ha mantenido cercano a la familia, hasta el mnomento en que esta optó por distanciarse.

Este presunto caso de pederastia ocurrió durante el curso 2008/2009. El padre de la víctima decidió recurrir al Papa y le escribió una carta relatándole los hechos y los presuntos abusos. En declaraciones a Radio Euskadi, el padre desmiente a la dirección del centro ya segura que nunca se han mostrado cercanos con la familia. “Llevamos mucho tiempo siendo víctimas y nadie del colegtio se ha preocupado por la salud de mi hijo. La relación con el centro se rompió porque investigó los hechos de una manera torticera, negligente y no cumplió con los protocolos que la Inspección de Educación del Gobierno vasco le había marcado. En ningún momento hemos sentido cercanos ni al anterior dirtector del colegio ni al actual”.

En esta línea, el padre asegura que su familia ha sido sometida a “una conspiración de silencio” promovida por el colegio y por los propios padres del centro, quienes “se desentendieron de nosotros”. En cuanto al Obispado y su falta de competencia para juzgadr lo ocurrido porque es un ámbito del Opus Dei, el padre reprocha a los responsables de la diócesis su falta de colaboración. “Nunca hemos recibido una llamada del obispo interesándose por la salud de mi hijo. Tan solo el vicario se ha mostrado cercano. Sobre la falta de competencia, me parece que se trata de un doble rasero”.

Según el padre, cuando el Papa Francisco ha decidido abrir un juicio canónico es porque “ha visto que hay pruebas suficientes. Lo único que deseo es que mi hijo vuelva a tener una vida normal y que la Justicia cumpla con su trabajo. La carta del Papa ha sido un rayo de luz dentro de la oscuridad. Cuando la leí por primera vez, me brotaron las lágrimas por la emoción”.

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