“Nadie en Vitoria tiene por qué dormir en la calle”
Peio López de Munain (Vitoria, 1954) es el nuevo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Vitoria gracias al pacto entre PNV y PSE. Hace poco más de un año, López de Munain pedía a su partido que le dejasen retirarse y ahora se ha convertido en el 'número dos' de un consistorio que, de alguna manera, busca reinventarse en el terreno de los servicios sociales y del Estado de Bienestar en general. “Estamos viviendo del diseño de servicios sociales y Bienestar Social que hizo Cuerda hace 25 años. La Ley de Servicios Sociales ha unificado las competencias y definido que le toca desarrollar a cada institución. Ahora estamos en ese momento, negociando y traspasando asuntos”.
Para el futuro responsable de las Políticas Sociales del consistorio alavés, la aplicación de la ley no puede suponer “una merma en la calidad de los servicios que se prestan”. Munain se ha enfrascado en el reto de diseñar cómo van a ser los servicios sociales de Vitoria para los próximos 25 años, consciente de que algunas medidas, como el aumento de lo que deben abonar los ciudadanos para seguir disfrutando de ellos, puede que no gusten a todos.
¿Es posible seguir disfrutando del modelo de bienestar social que hasta ahora ha tenido Vitoria?
Espero que mejor si sabemos hacerlo bien. Partíamos de la idea de que al Ayuntamiento lo que no le compete, le incumbe. Ahora sabemos a quién le compete cada cosa y, por lo tanto, no tienen que producirse vacíos. Se trata de buscar fórmulas imaginativas para mantener los servicios.
¿El modelo corre el riesgo de morir de éxito? Cómo mantenerlo?
Hay que ver si estamos siendo justos con las tasas y los precios públicos que pagan los ciudadanos, porque todo lo que ofrece el Ayuntamiento está por debajo del precio real. El modelo está diseñado en momentos de bonanza del Ayuntamiento, pero ya no estamos en esa situación. Los ciudadanos deben entender que si el Ayuntamiento da buenos servicios tiene un precio. No digo que haya que incrementar todo, pero sí algo.
¿Todo está en cuestión?
No lo creo. No lo cuestiona ni la ciudadanía ni los políticos. Otra cosa es que, por ejemplo, todos los centros cívicos estén dotados de todo tipo de servicios.
¿Se puede llegar a pasar hambre en Vitoria?
Sí. Puede que haya personas que pasen hambre. Tenemos una serie de vacíos que los hemos intentado cubrir con ayudas municipales. La RGI se puede conceder o no. Si alguien la pide y no se la conceden porque no tiene la suficiente antigüedad en el padrón, ¿de qué vive esa persona? Las ayudas municipales soportan esas situaciones. A nadie le gusta ir a pedir.
Recientemente, paseando por el centro, llegué a contabilizar hasta seis personas en lugares diferentes pidiendo limosna en la calle.
Ayudas hay, pero hace falta un tiempo de padrón. No animo a la gente a que dé limosna. Al contrario. Hay un colectivo de rumanos-gitanos que viven en Miranda de Ebro y vienen a Vitoria a pedir. No quieren ayudas en Vitoria porque la condición que se les ha puesto es que no pueden ejercer la mendicidad. Y no les interesa. Vienen a Vitoria todos los días en autobús de Miranda a pedir. No hay nadie en Vitoria que tenga que dormir en la calle. Las soluciones que hay podrán gustar más o menos. Comer y dormir está cubierto por las instituciones. Pero claro en la calle se da limosna.
Un año después de la salida de Javier Maroto de la alcaldía, la ciudad parece que ha recobrado la paz en cuanto a las tensiones creadas con los inmigrantes.
Hay cuestiones que a todos fastidian, todos tenemos un familiar o un conocido en paro. Si se corre el bulo de que por ser inmigrante recibes ayudas sin más, pues es algo que enoja. Pero es que no es cierto. Hay que explicar a los ciudadanos lo que son las ayudas, las condiciones de acceso. No se trata de llegar y recibir la ayuda. Para nada. Existe un gran desconocimiento en ese campo.
