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La política local ha sido secuestrada por el gobierno municipal

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.

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La política local ha sido secuestrada por el gobierno de nuestro Ayuntamiento. Tanto PP como Ciudadanos están usando sin disimulo nuestra ciudad como altavoz para sus planes nacionales. El señor Almeida lo tiene claro, forma parte de un partido con una estrategia muy definida de juego duro. El árbitro no va a pitar penalti, porque el árbitro es amigo de un amigo. Ser alcalde de Madrid sirve para demonizar sin descanso a Pedro Sánchez. No le va mal, aunque no acabará bien porque solo a la gente sin elegancia democrática le gusta ver a un partido político convertido en un perro de caza. Luego tenemos a la señora Villacís, una vicealcaldesa consorte, miembro de un partido en descomposición. A diferencia de Almeida, ella no defiende un proyecto político determinado, nadie en Ciudadanos lo hace, no saben argumentar un ideario sin ponerse de perfil. De ahí que, cuando vio a Ayuso (avatar castizo de Esperanza Aguirre) rentabilizar la más dañina de las frivolidades, decidió seguir el camino del abismo.

Lo de la cerveza y la libertad es un insulto a la cerveza y a la libertad. Una banalidad arrastrada por un soplo de viento a favor. Este Ayuntamiento ha optado por jugar al neoliberalismo trumpiano sin caer en lo grotesco. Su idea, me atrevo a adivinarla, fue convertir al sector de la hostelería madrileña en un coro de palmeros que le cantara una salve rociera cada vez que apareciesen en escena, pero han cometido un error de cálculo fundamental. Se olvidaron de los vecinos de esta ciudad. ¿Y por qué una torpeza tan elemental? Sencillo, porque ellos, los vecinos, no iban a darles ese protagonismo mediático que buscaba, unas más que otros. 

El Partido Socialista de la ciudad de Madrid, ciertamente una minoría en comparación al peso electoral de la derecha capitalina, ha defendido desde el primer momento a los vecinos, sin dejar desprotegidos a los empresarios. Las terrazas Covid nacen de un acuerdo de todos los grupos, pero nacen con una fecha de caducidad: el 31 de diciembre de 2021. La falta de control, la falta de voluntad sancionadora de este gobierno local ha hecho que una idea necesaria (no digo buena, digo necesaria) se haya convertido en algo monstruoso.

Las terrazas Covid son una puñetera pesadilla para los vecinos, han generado un modelo de ciudad que destroza la vida de barrio. La gente no vota a sus representantes para que los traten como a peones en una partida de ajedrez. Los vecinos de Madrid merecen que sus concejales piensen en ellos desde diferentes sensibilidades o sin ninguna sensibilidad, como ustedes prefieran, pero la política local ha de centrarse en lo municipal, en los problemas cercanos de la gente, en aquello para lo que tiene competencias.  El PSOE está volcado en los distritos, en las calles. Confío en que nos ganaremos la confianza de los madrileños. Cuando lo hagamos brindaremos con cerveza, en libertad, respetando el descanso de los vecinos.

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