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Refugiados a la deriva

Refugiados del campamento de Idomeni, en Grecia, intentan cruzar un río en la frontera con Macedonia

Fundación Alternativas

Consejo de Asuntos Europeos —

El asunto principal que abordará el Consejo Europeo es el relativo al acuerdo de devolución de refugiados desde la UE a Turquía, que es el país en el que más personas están refugiadas huyendo de la guerra de Siria, y de otros conflictos en Eritrea, Afganistán, y países de Oriente Medio. Es Turquía también el país de quien provienen inmigrantes que han pasado a Grecia, cuyas autoridades son incapaces de gestionar la estancia de los refugiados y el examen de sus solicitudes de asilo, cuando las hay.

Miles de familias, incluyendo niños y niñas y mujeres embarazadas, “viven” en la frontera de Grecia con Macedonia sobre el agua y el fango, sin que haya auxilio eficaz.

El problema se ha agravado desde el momento en que cinco países de la UE y otros cinco de la región balcánica han cerrado sus fronteras, han suspendido Schengen y han bloqueado el paso de miles de refugiados. Este es el origen de la decisión de la UE de pactar con Turquía la vuelta de quienes están en Guerra (acuerdo UE- Turquía de 7 de marzo).

La devolución infringe el Convenio de Ginebra en cuanto que Turquía (en pleno proceso de involución en derechos humanos) no ha sido ni es un “país seguro” para los sirios. Turquía ha violado los derechos de sirios, según el Informe de Amnistía Internacional de 2015. Algunas organizaciones no gubernamentales han documentado malos tratos por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad, detenciones ilegales y arbitrarias, falta de condiciones adecuadas de acogida, e incluso devoluciones forzosas a países como Siria, donde sus vidas corren un grave riesgo. Turquía no ha firmado en su integridad el Convenio de Ginebra y no garantiza los derechos que éste establece para todos los refugiados. Por tanto, una devolución de refugiados a Turquía, en estas condiciones, significaría que Grecia (con la complicidad de la UE) vulneraría el principio fundamental de la legislación sobre el asilo: el principio de “non refoulement”, es decir, la prohibición de devolución de una persona a un país en donde su vida o su integridad corra peligro.

Ante la insostenible situación humanitaria de los refugiados exigimos a los jefes de Estado y de Gobierno que se reunirán los días 17 y 18 en Bruselas:

1.- Poner los medios suficientes, personales y técnicos, para evitar las muertes en el Mediterráneo de quienes quieren alcanzar el Continente europeo.

2.- Acoger en condiciones adecuadas a quienes sobreviven en la frontera de Grecia con Macedonia en una situación límite.

3.- Aplicar individualmente a estos refugiados la legislación internacional sobre asilo, que requiere examen de cada solicitud y de la identidad de cada persona y examinar los recursos que, en su caso, se planteen contra eventuales decisiones de las autoridades de devolver a inmigrantes o refugiados a Turquía. Para ello, deberán instalarse los puestos oficiales de registro necesarios (hot spots).

4.- Ayudar económicamente a Grecia para poder afrontar esta emergencia.

5.- Reubicar en países de la UE los refugiados que están ahora en Grecia o Italia, cumpliendo el compromiso adoptado hace meses por la Unión Europea.

6.- Trasladar a la UE, y distribuir en ella, a refugiados que ahora están en campamentos de acogida en Turquía, Líbano o Jordania.

La llegada de emigrantes y refugiados a Europa no es un problema social o económico tan grave como se ha presentado a la opinión pública europea. Según las estimaciones más altas, en 2015 habrían llegado a la UE un millón de personas, lo que representa un 0,2% de la población total de la Unión (500 millones).

7.- Dejar de vincular la aceptación por Turquía de refugiados o inmigrantes devueltos desde Grecia a concesiones políticas tales como visados para ciudadanos turcos o avances en la adhesión a la UE.

8.- Instalar Centros de Acogida en los países de tránsito, Turquía, Líbano, Jordania, entre otros, e incluso en los países de origen cuando sea posible. En estos centros podrían solicitar asilo y esperar la resolución correspondiente, con la seguridad de que si es positiva serán trasladados al país europeo que corresponda de forma segura.

Otorgar visados humanitarios a quienes, no reuniendo las condiciones legales para ser reconocido como refugiado, requiera protección internacional.

9.- La puesta en marcha de un servicio europeo de seguridad fronteriza que colabore con las fuerzas de seguridad nacionales es una buena iniciativa en esta dirección, que debe ser apoyada.

10.- La UE ha de regular, de una vez por todas, el derecho de asilo desde una dimensión europea y desarrollar, en consecuencia, una política de asilo también europea, no meramente nacional como ocurre ahora.

La Unión está basada en unos principios, como la solidaridad y el respeto a los derechos humanos, que forman parte de su esencia y no pueden olvidarse. Hacer concesiones a los populismos xenófobos y ultranacionalistas que prosperan en algunos países europeos al hilo de la crisis económica, no logrará aplacarlos sino que contribuye a reforzar sus posiciones ante la opinión pública y a que prosperen. La prioridad debe ser siempre la protección de las vidas de las personas que se desplazan y la mejora de sus condiciones de vida.

El Consejo de Asuntos Europeos de la Fundación Alternativas está compuesto por:

Diego López Garrido (Presidente), Nicolás Sartorius, Carlos Carnero, Vicente Palacio, Enrique Ayala, José Manuel Albares, José Candela, Patxi Aldecoa y Carlos Closa.

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