Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El Gobierno da por imposible pactar la acogida de menores migrantes con el PP
Borrell: “Israel es dependiente de EEUU y otros, sin ellos no podría hacer lo que hace”
Opinión - Salvar el Mediterráneo y a sus gentes. Por Neus Tomàs

El alto precio de la ignorancia

Atardecer en La Dehesa de Abajo, Parque Nacional de Doñana.
14 de abril de 2023 22:46 h

50

Un condado ultraconservador de EEUU, Shasta, al norte de California, se ha deshecho de las máquinas de votación sin colocar nada para sustituirlas. Han previsto llevar unos papeles que los electores rellenarán y computarán por su cuenta. Son creyentes, al menos la mayoría de sus 180.000 habitantes. Creyentes en la teoría del fraude electoral que proclama Donald Trump. 

El expresidente, encausado en 34 cargos penales, ha salido reforzado en su popularidad tras su comparecencia ante los tribunales. Casi la mitad de los estadounidenses le apoya y piensa con él que es objeto de una persecución. La llevan a cabo los enemigos de América, naturalmente. Es el manual populista de extrema derecha. Trump invocó en su alocución posterior en una convención republicana a los grandes dictadores de la Historia. Y volvió a anunciar -ya lo ha hecho varias veces- que en su vuelta a la Casa Blanca le hará unos drásticos retoques a la forma de gobernar. En una palabra: no deja de proferir amenazas. Trump, imputado por delitos de falsedad casi menores, tiene en su pasado y horizonte su papel nada menos que en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, tras perder las elecciones, múltiples injerencias en los comicios que le llevaron a la presidencia o muy dudosas prácticas en las relaciones internacionales.

Millones de electores apoyan a Trump. Parece incomprensible, pero no hay nada más caro que el fomento de la ignorancia y el oscurantismo. Nada peor que dejar sin respuesta problemas reales y permitir que turbios intereses manipulen la realidad, sin contrapeso alguno. Añadamos la práctica del mal menor que asola las democracias, como el que lleva al futuro presidente de turno de la UE, Pedro Sánchez, a visitar entre cortesías diplomáticas a la presidenta fascista de Italia, Giorgia Meloni. Apenas despedido en el aeropuerto, también se ha saltado las normas para decretar un estado de emergencia migratorio que permite cambios legislativos sin pasar por el Parlamento. Con el apoyo de Salvini. Los dos ultras fueron los más votados en Italia para formar gobierno junto a Berlusconi. La ignorancia y el burdo egoísmo salen carísimos.

En España tenemos el mismo problema: el vicepresidente ultraderechista de Castilla y León. Juan García-Gallardo es un individuo que a sus 32 años ha alcanzado un puesto de relevancia gracias al apoyo de miles de ciudadanos y la colaboración del PP. Machista e inculto riguroso, se ha comido completos todos los bulos y revisionismos históricos que han pasado por su cabeza. Ahora quiere convencer de sus peregrinas creencias incluso a niños de 15 años, en el afán de contagiar y difundir su doctrina. El hombre pide a los críos cuestionar el cambio climático como hace él y la democracia de la II República y de postre “combatir la leyenda negra sobre España en América”. Así se empieza. Millones de adultos creen fantasías similares. Lo peor son las consecuencias porque, recuerden, nada más caro que la ignorancia  

Si Trump entró sobre la democracia como un elefante en  una cristalería, el PP español es capaz de cargarse el humedal más importante de Europa, el Parque Nacional de Doñana, para que unos centenares de familias rieguen. Es lo que dicen al menos, en contra de la realidad, las directrices de Europa, la biodiversidad, el cambio climático y cuanto se les ponga por delante. Bueno, el colega Bolsonaro dejó temblando la Amazonía antes de intentar el golpe de Estado contra el resultado de las urnas.

Y hay seres que les entienden tan bien, comparten tantos ideales con ellos, que les votan para que sigan en la brecha. La brecha es recurrir la ley de la Vivienda nada más aprobarse, como anuncia la madrileña Ayuso porque ella gobierna para la especulación de los propietarios. Feijóo lo apoya todo. Lo de Ayuso con la vivienda, el destrozo de Doñana y sobre todo que Ferrovial se vaya de España en castigo al Ejecutivo que preside Pedro Sánchez. De hecho, la prensa de la mañana está que no cabe en sí de gozo. Ésa que difunden en bucle, según recuerdo, teles y radios, y cuyos postulados son el hilo conductor de las tertulias.

De casualidad he oído declaraciones de Antonio Garamendi en una emisora. Decía el presidente de la CEOE -para explicar la huida de Ferrovial- que el Gobierno es cada vez más intervencionista. Cuando precisamente Ferrovial se ha beneficiado de nuestro dinero público por ayudas del Estado. Personalmente llevo muy mal el concepto de impunidad, es irritantemente injusto. Y creo que Ferrovial debería devolver cuanto le hemos dado antes de marcharse. Y pagar lo estipulado por su actividad en nuestro país. Sé que estas cosas que exige “la parte morada del Gobierno”, según es definida, molestan a muchos tertulianos que de esta forma evitan que se vaya nadie más a pagar menos impuestos, que nadie externalice su producción para ahorrarse sueldos e impuestos, ustedes ya saben.

Cada día asombra más que sean decisiones de seres humanos normales elegir a quienes destruyen democracias, vidas y ecosistemas compartiendo una mirada extremadamente corta con sus elegidos. Y en el camino, cuanto les ponga obstáculos: el pensamiento critico y la coherencia también, con esas lecciones magistrales de estupidez impartidas hasta a niños.

Se han cumplido diez años de la muerte de José Luis Sampedro, aquel pensador excepcional, todo corazón, además. Él nos dio la clave en el libro Reacciona (Aguilar 2011) que compartimos. Han de darse unas bases mínimas para que la democracia funcione como tal y no valen las trampas en la información o la educación. Son las que siempre han terminado por llevarnos a esta democracia imperfecta y en buena parte tutelada. Porque una cosa son las lógicas imperfecciones, y otra que haya tantas y tan masivas.

Escribió Sampedro:

“Es verdad que el pueblo vota y eso sirve para etiquetar el sistema, falsamente, como democrático, pero la mayoría acude a las urnas o se abstiene sin la previa información objetiva y la consiguiente reflexión crítica, propia de todo verdadero ciudadano movido por el interés común. Esos votos condicionados por la presión mediática y las campañas electorales, sirven al poder dominante para dar la impresión de que se somete al veredicto de la voluntad popular expresada libremente en las urnas. En ocasiones, como se ha visto, sirven incluso para avalar la corrupción. Se confunde a la gente ofreciéndole libertad de expresión al tiempo que se le escamotea la libertad de pensamiento”.

Forma parte de las causas, pero ser adulto y persona debe exigir algo más de criterio y una mirada más prospectiva sobre el futuro. Hay mucho de inmadurez también, de irresponsabilidad, en todas las escalas del proceso. El caso es que millones de ciudadanos estamos pagando un precio inasumible por esas claras lagunas del sistema que conducen a una multitud a obrar en contra de sus propios intereses. Ese extraño mecanismo por el que tantas personas eluden la realidad para seguir creyendo en sus propias mentiras.

Etiquetas
stats